CAMINO ARAGONÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 1º: Somport - Villanúa: 15,93 Km





Hoy no he de madrugar demasiado, ya que el primer autobús que parte de Jaca en dirección a Somport no lo hace hasta las 08:25 horas.

Me levanto a las 06:30 horas y la primera sorpresa es encontrar que mi pie derecho ha sangrado, como puedo comprobar dentro del saco. Al parecer la causa ha sido una pequeña “verruga” que tenía en el dedo gordo del pie y que durante la noche debo haber “descabezado” parcialmente con el otro pie.

Una vez repuesto de la sorpresa, después de asearme, procedo a limpiar y desinfectar la herida, poniendo un pequeño apósito para que no me moleste con la bota.

Son las 07:30 horas cuando abandono el albergue en dirección a la estación de autobuses, situada a escasos 500 metros del albergue en dirección norte, junto a la Ciudadela.

Como llego con tiempo sobrado, aprovecho para desayunar en la propia estación de autobuses, haciendo tiempo hasta las 08:25 horas en que parte el autobús.

El recorrido de 30 Km dura aproximadamente media hora, disfrutando de unos paisajes maravillosos durante el ascenso.





El día climatológicamente es fantástico e ideal para caminar, con el cielo de un azul esplendido y todavía restos de nieve en las alturas.

Son la 09:00 horas cuando desciendo del autobús en el puerto de Somport, situado a 1632 metros. Con su mediana altitud y relativas suaves pendientes, fue el paso más transitado del Pirineo Central, practicable incluso en invierno, de manera que, si se mantenía cerrado más de tres días, había obligación de abrirlo.

Por aquí, el antiguo Summus Port, trazó Roma la calzada entre Caesar Augusta (Zaragoza) y Bencharnum (Lescar, Bearne), antecedente del Camino Medieval.





Dedico unos minutos a contemplar las espectaculares vistas desde la terraza del albergue Aysa, que efectivamente se encuentra cerrado.







Frente al albergue, en la cima del puerto, se ha situado una sencilla y original ermita que señaliza el nivel más alto a la vez que da la bienvenida a esta cota con el símbolo de la cruz de Santiago.







Llegó el momento de comenzar la andadura cuando son las 09:15 horas, iniciando el descenso del puerto y dejando atrás la escultura metálica modernista de un peregrino con su bordón.







Aunque solo una decena de metros después de haber iniciado el descenso por la carretera en dirección a Candanchú, sale una vereda a la izquierda, escalonada y con una valla protectora nos conducirá en dirección al cauce del río Aragón y las ruinas del Monasterio y Hospital de Santa Cristina.

Todavía quedan restos de nieve en las escalinatas, así que es necesario bajar con muchísima prudencia, aunque el espectáculo que brinda el contorno con las montañas y cumbres nevadas, a veces te hace olvidar la peligrosidad del descenso.





Después de 800 metros por esta senda descendente, se llega hasta las ruinas del que fue Monasterio y Hospital de Santa Cristina, establecimiento que se construyó a finales del siglo XI por voluntad de los soberanos de Aragón y Bearne como refugio de comerciantes y peregrinos.





El lugar elegido en el estratégico paso de Somport, a la salida de los Pirineos, nació como establecimiento de acogida, siendo posteriormente atendido por una comunidad de canónigos que permitía paliar la necesidad de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, llegando a alcanzar tal fama que llevó a considerarle uno de los tres hospitales más importantes de cristiandad, junto con el de Gran San Bernardo (en el paso por los Alpes) y el de Jerusalén.







Casi inmediatamente, a las puertas de la población de Candanchú, se continúa el descenso hasta desembocar de nuevo en la asfaltada carretera junto a las edificaciones.







Ahora abandonamos la senda para cruzar momentáneamente la calle Única de Candanchú, para continuar por una senda escalonada que me evita dar una pronunciada vuelta siguiendo el trazado de la calle Única. Después de una decena de metros por la calle A, regresamos a la calle única de nuevo para tomar a la izquierda y cruzar sobre el cauce del río Aragón.

Ahora caminamos en descenso por esta vía asfaltada durante 220 metros y después de pasar ante un edificio de viviendas situado a la izquierda, tomamos la senda señalizada que parte a la derecha, abandonando el asfalto para caminar por la margen izquierda del río Aragón y dejar atrás la población de Candanchú.







Sigo la senda que bordea el margen izquierdo del río Aragón y cuando van a ser las 10 horas decido hacer un pequeño descanso y despojarme de la ropa de abrigo, pues el calor ya se hace notar.





Prosigo la marcha y exactamente 1 Km después de haber iniciado esta senda, llego hasta un puente peatonal que me permite salvar el cauce del río Aragón, todavía no muy ancho, pero con aguas bravas debido a la pendiente por la que desciende. La imagen de las cumbres nevadas en los macizos dirección sur resalta en el contorno del valle.





Nada más cruzar el puente, comienza una senda ascendente inicialmente, protegida con un pasamanos quitamiedos de madera. Unas decenas de metros después cruzamos la carretera N-330a comenzando un descenso por una senda señalizada.

Continua el descenso por el margen derecho del río, disfrutando del maravilloso paisaje que me rodea, dejando atrás el macizo pirenaico con sus cumbres nevadas. Un disfrute para los sentidos.







500 metros después y salvando una pequeña vaguada con otro fenomenal puente peatonal construido para el Camino, volvemos a cruzar la carretera N-330a, caminando ahora por una senda que circunda la parte alta de la carretera durante 700 metros, regresando a un nuevo cruce de esta ya conocida carretera.

Ya en el margen inferior de la carretera volvemos a descender en dirección a la ribera del río Aragón, junto a la cual proseguiremos caminando, dejando atrás la pared de una pequeña presa que controla este caudal progresivamente creciente, a través de una espectacular y frondosa zona de la ribera.







Ahora continuamos descendiendo por la margen derecha del río Aragón, no habiendo necesidad de cruzar su cauce. Después de 800 metros siguiendo el cauce de este río, llegamos hasta el edificio del Hotel Santa Cristina, no resistiendo la tentación de pasear ante su fachada y contemplar el enorme boj que allí existe.







Prosigo la marcha por la margen izquierda del río, pudiendo observar desde la proximidad la fortaleza de sus aguas que descienden formando pequeñas cascadas en la acusada pendiente de su cauce.

De nuevo caminando durante 300 metros hasta llegar al barranco de Izas, cuyas aguas se incorporan al río Aragón, siendo el punto en que cruzamos el cauce del río para continuar ahora el descenso por su margen izquierda.





Después de 250 metros puedo apreciar a la izquierda, en la cima de una colina llamada Coll de los Ladrones, una edificación en la que inicialmente hubo una fortaleza entre 1751 y 1758, aprovechando el estratégico lugar, sin embargo, tuvo una vida breve debido a su precaria construcción.

Posteriormente, en el siglo XIX, se construyó un fuerte fusilero, lo que daba a este valle de Canfranc el sobrenombre de “valle fortificado”. Actualmente es una propiedad privada.





Otros 900 metros siguiendo el curso en descenso del río Aragón y llego al puente que me permite cruzar el río Aragón, desde donde puedo vislumbrar la cubierta y cúpula central de la estación de ferrocarril de Canfranc.







Son las 11:15 horas cuando accedo a la población conocida como Estación de Canfranc, cuyo origen se remonta al año 1907 en que se decide oficialmente el establecimiento de una nueva población denominada “Los Arañones”, para acoger la futura estación ferroviaria de Canfranc. Se evocaba así a la población homónima (Araniones, Aragnous) que existió en la misma zona en la época medieval junto al Camino de Santiago.

La nueva población incrementó su población 1908 (inicio de las obras del túnel) y 1928 (inauguración de la estación ferroviaria), siendo en 1944, tras el incendio de la histórica villa de Canfranc, cuando se convirtió en la capitalidad administrativa del municipio.

Un simbólico muro señaliza la entrada al túnel de Canfranc, inaugurado el 18 de julio de 1928, que con sus 7.874 metros unía la población española de Canfranc y la francesa de Urdos.







Ya en el núcleo urbano, creo que ha llegado el momento de desayunar algo más contundente, así que me surto de algunos alimentos en las tiendas existentes, disfrutando de una excelente cerveza y bocadillo en los jardines que anteceden al maravilloso edificio de la estación de ferrocarril.







El recinto de la estación de ferrocarril se encuentra vallado, no pudiendo acceder al interior de este monumental edificio, ejemplo de la moderna arquitectura industrial, construido en hormigón hierro y vidrio. Destaca su magnitud con 240 metros de longitud, 300 ventanas y 156 puertas.





Me siento incomodo con motivo de la herida que me produje durante la noche en el pie derecho, así que después de interesarme por la ubicación del Centro de Salud, me encamino hacia él, pudiendo apreciar durante el trayecto el edificio de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, obra del arquitecto Miguel Fisac Serna, consagrada en 1969.

Por suerte está abierta y permitido su acceso, cuya arquitectura consigue una plena integración con el entorno a lo que contribuyen sus muros de piedra.





Prosigo mi andadura hasta el Centro de Salud donde me prestan una extraordinaria atención, donde después de extirpar la verruga que dada su precaria situación ya me molestaba, pude proseguir mi andadura con la prescripción de realizar una cura diaria.

Atrás queda la población de Canfranc Estación cuando son las 13:00 horas. El sol se hace notar mientras voy caminando por la pista peatonal construida en el arcén de la carretera que bordea el río, incorporándome a la N-330 hasta llegar a un túnel después de recorrer 700 metros.

El túnel, de no mucha longitud, dispone de un pasillo lateral (arcén), separado de la calzada mediante una valla protectora. Nada más salir del túnel, justo a la altura de la pared de la presa, hay un desvío a la izquierda donde mediante unas escaleras se desciende hacia la base del muro de la presa, encontrando las ruinas de la torre de la Espelunca que debe su nombre a la presencia de cuevas naturales en las proximidades.







Era una de las tres torres de vigilancia construidas en 1592 que se situaban sobre el propio camino, atravesándolas con un pasadizo abovedado, lo que permitía cerrar la ruta en caso de necesidad.

Desciendo un poco más y cruzo a la ribera izquierda del río Aragón a través de un puente/pasarela construido al efecto en las proximidades de la base de la presa.







Ahora el recorrido prosigue por la margen izquierda de la ribera del Aragón, siguiendo prácticamente la misma ruta de su cauce desde la proximidad.

Apenas 400 metros después, se puede apreciar la existencia en la otra orilla, en un nivel más elevado, junto a la carretera N-330, de una torre de aspecto fortificado.

Se trata de la denominada Torreta o torre de los Fusileros, probablemente construida en 1879 por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, con el objetivo de defender el estrecho paso entre las poblaciones de Canfranc y Los Arañones (Estación de Canfranc).

Es un edificio de tres plantas en piedra de sillar, de planta rectangular y esquinas redondeadas. Dispone de un patio interior cubierto, foso con puente levadizo y tejado de pizarra.







La temperatura se sigue incrementando y dada la proximidad del cauce del río y la abundante vegetación se crea un ambiente sofocante en ocasiones.





Sin embargo, las sombras y la presencia física del agua que en ocasiones forma bonitas cascadas, ameniza este precioso recorrido.





Después de recorrer este fabuloso paisaje junto al cauce del río, por su margen izquierda, durante los 3,3 Km que me separan de Canfranc Estación, he de cruzar nuevamente el cauce de este río a través del denominado Puente de Arriba, que pudo ser construido en el siglo XVI, siendo un puente de importancia secundaria al no servir al Camino Real de Francia (o Camino de Santiago) entrando así en la población de Canfranc.

En años pasados se alteró su tablero de plano inclinado que salvaba la diferencia de altura entre sus orillas, así como la anchura original del puente para permitir el paso de vehículos, modificando notable y negativamente su bonita imagen primigenia.







Son las 13:30 horas cuando recorro la calle principal de Canfranc, población nacida en el siglo XI, durante el reinado de Ramiro I como sede aduanera. La profusión de las maderas en las construcciones, favorecían los incendios como el devastador sufrido en 1617, volviendo a resurgir prácticamente de sus cenizas.

Sin embargo, el de 1944 supuso la casi despoblación total de esta antigua villa, continuando su recuperación incluso hasta la época actual.







La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción construida en el siglo XII, entregada por el monarca aragonés Pedro II al monasterio de Santa Cristina en 1202.

El templo, situado en el centro de la población, después de haber ha sufrido varias destrucciones. Está construido con sillares y sillarejo en los flancos, debido a las distintas etapas constructivas.

La iglesia cuenta con una sacristía junto al presbiterio al lado del Evangelio y con una torre campanario de planta octogonal en el mismo lado, pero en la zona de los pies. También presenta un coro elevado en la misma zona y un sencillo pórtico cubierto a dos aguas, que resguarda el acceso al templo.







Al llegar al final de su calle principal en dirección sur salgo a la carretera N-330, sin embargo, solo una decena de metros por ella para abandonarla por la izquierda, tomando el desvío existente y denominado Camino Cabañeras.

Continuamos por esta senda caminando entre la N-330 y el cauce del río Aragón, hasta que después de 300 metros me encuentro con el puente que me permitirá pasar a la margen izquierda del río Aragón.

Se trata del nombrado como Pon Nou, en el que una desgastada lápida se lee con dificultad “RAMON ME FECIC” (Ramón me hizo) y la fecha de 1599. Así se perpetua la memoria de Ramón de Argelas, maestro cantero bearnés, vecino de Isesta (Valle de Ossau), que aceptó el encargo de reconstruir el puente destruido por una avenida del río Aragón.

No es un ejemplar de estilo románico como se suele afirmar, aunque se aprecian restos de su base medieval sobre la que se elevó la reconstrucción.

Tiene una longitud de 35 metros, de los que 15 corresponden a la luz del único arco, mostrando su perfil el típico “lomo de asno”. Se empleó o reutilizo piedra de diversa calidad y coloración, labrada en forma de sillares en la parte inferior y rosca del arco y mampostería en los pretiles.





Continuo el recorrido ya por la margen izquierda del río por donde cada vez se me va haciendo más pesado el caminar debido a las altas temperaturas y a la carencia de agua. Me confié al ser el primer día y eso nunca se lo puede uno permitir, por corto que sea el trayecto, teniendo en cuanta además la avanzada hora en la que inicié la etapa.

Después de 1600 metros siguiendo los regatos del río en los que el recorrido es espectacular pero mi cansancio va en aumento, llego a un fuerte meandro que bordea un montículo horadado en el que se ha construido un túnel para facilitar el paso de la N-330. En este punto debo pasar bajo la citada carretera y bordear el montículo siguiendo el curso del río, volviendo a cruzar la carretera, también en esta ocasión por debajo, pudiendo observar la profundidad del valle entre grandes cortados.

En pleno cansancio observo como un grupo de jóvenes pertenecientes a las fuerzas armadas caminan después de haber finalizado una intensa jornada de entrenamiento alpino, cargados con sus cuerdas y demás elementos necesarios, camino de los vehículos que tienen aparcados en las proximidades.

Este encuentro me provoca una buena inyección de ánimo y prosigo dada la cercanía de la población de Villanúa donde definitivamente pienso finalizar la etapa.

Efectivamente, 1,1 Km después de haber circunvalado el túnel de la N-330, llego a la altura de una presa que se encuentra a las puertas de la población.





Después de 400 metros un puente a la derecha me permite cruzar el cauce del río Aragón, entrando ahora sí en la población de Villanúa por la avenida de Francia, coincidente con la N-330.

Son las 15:15 horas y es tal mi nivel de cansancio y agotamiento que aprovecho el primer bar abierto que encuentro, situado junto a una gasolinera, donde dado mi estado de decrepitud, perfectamente detectado por la amable persona que me atendió, después de suministrarme agua y una buena cantidad de frutos secos, siendo remedio eficaz y suficiente para rehabilitarme. Esto permitió que solo media hora después disfrutase de unas refrescantes cervezas.

En las inmediaciones, por aquel entonces, se encontraba el hotel La Casa Fauss - Hütte, siendo el establecimiento elegido para comer y hospedarme. Sus habitaciones disponían de un espléndido balcón, además de espectaculares vistas, en las que el único elemento discordante era mi figura reflejando el cansancio vivido a pesar de la reconfortante ducha a la que me sometí y el prolongado descanso durante la tarde.







Ya atardecido y con los últimos rayos de sol, decido pasear por las calles de la zona más antigua de la población, situada en la parte este, a unos 700 metros de mi alojamiento.

Desde el exterior pude contemplar la imagen de la fachada de su Iglesia Parroquial de San Esteban, construida en sillarejo, como resultado de varias etapas constructivas.

El testimonio más antiguo que se conserva, es un muro con canecillos en su parte superior, en el que se abría la portada románica y que hoy cierra el baptisterio.

El aspecto actual responde a las modificaciones efectuadas en el edificio en el siglo XVIII.







En las proximidades existía un bonito establecimiento con un sensacional aspecto gastronómico, siendo el único lugar de la población donde pude contemplar la presencia humana, pero mi situación era tan decadente que no tuve ni la inquietud suficiente para hacer una visita. Cualquiera que me conozca podrá apreciar mi verdadera situación.







Regreso al hotel donde ya anochecido, donde después informarme y provisionarme para la etapa de mañana, tomo una cena suave y reconfortante, retirándome a descansar.

Mi sugerencia: Etapa corta para disfrutar, siempre y cuando se lleven las provisiones apropiadas y se comience temprano.

Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Somport:
-Le Somport - Albergue Espace Nordique
    Localización: A 700 metros de la frontera española (Urdos, Francia)
    Reserva obligatoria
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+33) 559 360 021

-Albergue Aysa
    Localización: Carretera Nacional - 330; Puerto de Somport
    Junto a la frontera, en el lado español. En la cima del collado
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 373 023



Candanchú:
-Refugio Pepe Garcés
    Localización: Acceso Pista Grande; Ed. Sta. Cristina S/N
    600 metros al oeste del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 23 78 / (+34) 659 001 201

- Hotel Candanchú***
    Localización: Calle Única s/n
    550 metros al oeste del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 30 25

- Hotel Edelweiss Candanchú***
    Localización: Calle Única, 6
    150 metros al oeste del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 32 00



Canfranc Estación:
-Albergue Río Aragón
    Localización: Avenida de los Arañones, 26
    Junto al Camino
    Propiedad: Municipal y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 373 150 / (+34) 974 486 213 / (+34) 608 22 95 76
    Inaugurado en 2012

-Albergue Juvenil de Canfranc
    Localización: Plaza del Pilar, 2
    En el centro de la población
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 695 90 34 26
    Inaugurado en 2013

-Fonda Casa Marieta
    Localización: Plaza de Aragon, 4
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 33 65 / (+34) 666 80 71 16

- Hotel&Spa Real Villa Anayet**
    Localización: Plaza de Aragón, 8
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 373 146

- Hotel Villa de Canfranc***
    Localización: Avenida Fernando el Católico, 17
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 20 12

- Hotel Santa Cristina***
    Localización: Carretera a Candanchú-Astún (N330a km. 669)
    1,6 Km al norte de la población de Canfran Estación
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 373 300 / (+34) 686 285 283



Canfranc:
-Albergue Refugio de Canfranc
    Localización: Calle Albareda, 19
    Junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 20 10

- Hotel Casa Rural La Cabaña
    Localización: Calle Ramón y Cajal s/n
    Dentro de la población
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 372 119 / (+34) 608 229 663



Villanúa:
-Albergue Tritón
    Localización: Calle Mediodía, s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 638 655 901
    Inaugurado en 2007

-Albergue Villanúa - Edificio Collaradeta
    Localización: Avenida de Francia 5.
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 81 36

-Albergue Villanúa - Edificio Collarada
    Localización: Calle La Selva, 18
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 81 36

-Hotel Apartamentos Roca Nevada Resort
    Localización: Avenida de Francia, 28
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 662 14 55 78

- Hotel Restaurante Alto Aragón**
    Localización: Calle Faci Abad, 4
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 37 81 75