CAMINO ARAGONÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 3º: Jaca - Santa Cruz de la Serós: 16,14 Km



Después de sopesar las distintas opciones posibles con el fin de visitar el Monasterio de San Juan de la Peña, decido dirigirme a la población de Santa Cruz de la Serós donde pernoctar, pudiendo así dedicar el domingo a visitar el monasterio. Descarto pues la ruta alternativa a través de Atarés.

Son las 06:45 hora cuando abandono el albergue saliendo a la calle Mayor para cruzarla y proseguir por la calle Escuelas Pías que continúa por la calle Sancho Ramírez hasta desembocar en la plaza del marqués de la Cadena.

En esta plaza tomo la primera a la izquierda en dirección sur, calle Ferrenal, que me lleva hasta la fachada de la Iglesia de Santiago para desembocar en la calle del Coso por la que camino durante 260 metros, al cabo de los cuales se llega a la Avenida del Regimiento de Galicia (coincidente con la N-330a) donde tomaremos a la izquierda, en dirección suroeste hasta llegar a una glorieta en la que abandonamos esta N-330a para continuar saliendo de la ciudad a través de la N-240, también denominada avenida de Nuestra Señora de la Victoria. Aunque apenas 180 metros después la abandonamos por la izquierda, después de pasar junto a un McDonald´s y la sede de la Policía Local. Un poste indicador marca la distancia que resta hasta Santiago de Compostela.





Caminando ahora por la vía denominada Camino Cabañera que discurre a través de una moderna urbanización, donde esta vía cambia de denominación, pasando a llamarse Paseo Camino de Santiago, hasta llegar junto a una zona industrial que bordeamos por la derecha.

Definitivamente después de 1,6 Km desde que tomamos el Camino Cabañera, habiendo abandonando el área urbanizada, nos incorporamos a la carretera N-240 donde inmediatamente encontramos en el margen izquierdo de la carretera el edificio de la ermita de la Victoria.

Este templo inicialmente dedicado a Santa María de Mocorones, de posibles raíces en la época medieval, en 1600, siendo regido por la Orden de los Carmelitas Descalzos, cambió la antigua advocación por la de Nuestra Señora de la Victoria, perdurando hasta la actualidad.

Después de caminar 450 metros por el arcén de esta carretera, un desvío señalizado a la derecha nos conduce a una pista, denominada Camino de la Botiquera, que discurre paralelo al trazado de la N-240 durante 1,8 Km en dirección oeste.

Son las 07:30 horas y con buena luminosidad diurna, lo que permite disfrutar de la vista que ofrece el horizonte ante la ausencia de neblina o nubes y la incipiente salida del sol.





Son las 08:00 horas cuando después de pasar junto a unas edificaciones agropecuarias giro a la izquierda, retornando a la carretera N-240.

Esta salida a la carretera me permite salvar el cauce del río Gas a través del puente de la propia carretera, disponiendo de un arcén lateral para peatones en el margen izquierdo.







Solo 350 metros después, volvemos a abandonar la carretera N-240 tomando el desvío señalizado a la derecha, donde encontramos las instalaciones de un merendero junto al cauce del río Gas, ahora por su margen izquierda. En mi caso no me detengo dado lo temprano de la hora, así que continúo caminando, pero ahora por una pista de tierra paralela a la carretera, lo que evita tener que hacerlo por asfalto.

Sin embargo, después de 1,7 Km, cruzaremos perpendicularmente la carretera N-240 para adentrarnos en una pista que nos llevará bordeando una amplia zona boscosa.

Después de 600 metros hemos de salvar el cauce de un arroyo lo que hacemos con toda comodidad gracias al puente peatonal construido y de gran ayuda para los peregrinos.







Junto al puente se ha construido una sencilla área de descanso en un habitáculo de madera cubierto, con dos bancos y una mesa que me permiten hacer un breve descanso y tomar algo de alimento para recuperar fuerzas y dar un pequeño relajo a mi pie todavía condolido.







Después de este relajante descanso, reinicio la marcha, saliendo a una carretera vecinal asfaltada donde tomo a la derecha en dirección a la N-240, pero solo un centenar de metros después, antes de llegar a esta N-240, tomo el desvío señalizado a la izquierda para caminar de nuevo por una pista que continuará paralela a la N-240 pero a distinto nivel, ya que se irá ascendiendo progresivamente en relación con el trazado de la carretera.

Caminamos por una bonita zona boscosa, con algunas pronunciadas rampas en ascenso que se hacen notar con su piso empedrado.





Una vez superado este breve, pero pronunciado ascenso durante 300 metros, entramos en una meseta desde la que se pueden contemplar espectaculares vistas como la imagen del macizo pirenaico con sus cumbres nevadas a nuestras espaldas.





Algo más de 1 Km después, dada la diferencia de nivel con el cauce del río Aragón y su proximidad en ocasiones debido a los meandros que describe por esta zona, nos permite contemplar la ahora mansedumbre relativa de sus aguas a través de este valle entre la abundante vegetación.







Llegado a este punto señalado con el poste del Camino en el que se indican los 819 Km que restan para llegar a Santiago, podemos disfrutar de la maravillosa panorámica que brinda este balcón natural denominado Mirador de la Canal del Berdún, mostrándonos la inmensidad de este amplio valle gracias a la limpieza atmosférica y la ausencia de nubes.







Este mismo punto kilométrico coincide con la existencia de “El Gradil”, palabra procedente del latín “gradus” (en el sentido de escalón o peldaño), cuyo significado en Aragón vendría a señalar el camino zigzagueante encajado en una ladera escarpada.

Este Gradil de Mondano suponía uno de los escasos pasos orográficos dificultosos en el camino de Jaca a Pamplona, relativamente llano por lo general, habiendo de excavarse el camino en la roca, formando escalones para facilitar el paso.

Aquí cometí, por error, el atrevimiento de usar el Gradil para descender, desconocía que se podía seguir la pista que traía y aunque anduviese unos centenares de metros más, pienso que nunca sería tan peligroso como el descenso que hice acompañado de mi pesada mochila que aún lo dificulta mucho más.







El descenso escalonado entre cortados en la piedra y algunas zonas que se han consolidado mediante el uso de cemento, no queda exento de sobresaltos y traspiés, a través de esta bajada en vertical.





Han sido casi 200 metros de alocado descenso, al cabo de los cuales desemboco en la carretera N-240 adonde por suerte llego sano y salvo. Ahora caminando por el arcén izquierdo de la carretera camino durante 350 metros en dirección oeste, al cabo de los cuales retorno por la izquierda a la senda del Camino.





Esta senda, paralela a la N-340, me lleva después de 650 metros y cruzar el barranco de Santa Cruz, hasta las instalaciones del Hotel Aragón, que bordeo por su lado sur tomando la senda que avanza en dirección suroeste para dejarme después de 300 metros en la carretera A-1603.

En esta carretera que conduce a Santa Cruz de la Serós y San Juan de la Peña, tomo a la izquierda, prosiguiendo por su arcén en dirección sureste.







Después de 1,1 Km caminando por esta carretera asfaltada, llego al puente que me permite cruzar de nuevo el cauce del barranco de Santa Cruz, pero en esta ocasión por el puente compartido con vehículos.







Después de 20 minutos caminando y 2,3 Km a través de esta carretera, llego a la entrada de la población de Santa Cruz de la Serós. Todavía no es el mediodía.







A la entrada de la población, la primera imagen que percibo, está compuesta por la Iglesia de San Caprasio y la monumental iglesia de Santa María al fondo. Aquí parte un desvío a la derecha en dirección al Monasterio de San Juan de la Peña, pero hoy mi objetivo está claro, descansar y pernoctar en Santa Cruz de la Serós.





La proximidad al edificio de la Iglesia de San Caprasio y la circunstancia de que su acceso está abierto, son motivos más que suficientes para hacer una parada obligada.

Restaurada en el siglo XX por el arquitecto F. Chueca Goitia, despojándola en esa restauración de elementos añadidos a lo largo de los siglos (dos naves colaterales, cuerpo superior de la torre, lonja y casa-abadía adosadas).

La planta y alzado de la iglesia se ajustan actualmente a la edificación primitiva del último cuarto del siglo XI. Románico de tradición lombarda. Fue la iglesia parroquial hasta que las monjas benedictinas abandonaron el pueblo en 1555.





Su interior es muy austero, con una planta rectangular ligeramente irregular y un ábside en hemiciclo, unido a la nave por un arco en embocadura.







Su única puerta, situada en el hastial oeste, descentrada, bajo arco de medio punto.

Nada importante a destacar en el exterior de esta modesta iglesia pirenaica, salvo una arquería ciega, menuda y de radio variable, con pilastrillas alternas hasta el suelo.







Una vez finalizada la visita, me adentro en la población hasta llegar a su plaza Mayor, presidida por el centenario castaño y el edificio de la iglesia del que fue monasterio femenino benedictino de Santa María.







Junto a esta misma plaza se encuentra el lugar donde he decidido alojarme, se trata del Hostal Santa Cruz, único establecimiento abierto, un verdadero acierto.

Gestionado por Alberto y su esposa, hijo de los anteriores propietarios, recibiendo de ellos un trato familiar y donde además de alojarme como a mediodía y ceno.

La situación del hostal es increíble, con su terraza de entrada desde la que se puede disfrutar de la imagen de omnipresente iglesia de Santa María.





Durante la tarde me informo del posible itinerario a seguir para desplazarme hasta el Monasterio de San Juan de la Peña y pese a las indicaciones recibidas para hacerlo a través de sendas, me decido definitivamente por usar la propia carretera asfaltada A-1603 que conduce hasta el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña que deseo visitar.

La tarde discurre plácidamente dedicándola a visitar las bellas calles de la población cuyo apellido, “de la Serós”, proviene de la vinculación secular con las religiosas (serores en aragonés) que hasta finales del siglo XVI habitaron en el Monasterio de Santa María, principal monumento de la población.

Por sus calles en la cuidada construcción de sus casas, se aprecian en ocasiones inscripciones y figuras grabadas en los dinteles de las puertas y ventanas como símbolos para proteger el hogar, embelleciendo aún más la localidad.





En la mayoría de las edificaciones existen instaladas unas chimeneas troncocónicas que se levantan altivas sobre los tejados, se dice “que así se evitaba que las brujas que sobrevolaban los tejados de las casas sobre sus escobas, entraran en los hogares” al ser la única entada que no podían cerrar, las chimeneas. De ahí su nombre de “espantabrujas”.







En las cuidadas construcciones, en ocasiones se hace patente el reaprovechamiento de los sillares de las antiguas dependencias monásticas de las que solo hoy perdura su iglesia.







Posteriormente decido visitar el edificio de la única dependencia que pervive del Monasterio benedictino de Santa María, su iglesia.

Este edificio formaba parte originariamente de un monasterio fundado a final del siglo X por Sancho Garcés II Abarca y por su esposa Urraca Fernández, convirtiéndose así en el cenobio femenino más antiguo de Aragón.

Conoció un periodo de auge durante el reinado de Ramiro I. El empeño personal de dos de sus hijas, doña Urraca y doña Sancha, permitió su construcción en piedra sillar a finales del siglo XI, recibiendo posteriores aportaciones de monarcas como Pedro I, Ramiro II y Alfonso II.

Las directrices del Concilio de Trento (obligaban a las comunidades de religiosas situadas en el ámbito rural a concentrarse en núcleos urbanos) motivaron el traslado de las benedictinas a la ciudad de Jaca. Del antiguo conjunto monástico solo quedan como testimonio la iglesia y su torre.







La portada situada en la zona de los pies, (de medio punto y enmarcada por una moldura de taqueado en tres filas) presenta un arco con dos arquivoltas entre las que discurre una hilera de bolas, de las cuales la central representa una cabeza humana. El esquema dispositivo del tímpano repite simplificadamente el de la portada occidental de la portada de Jaca.





Regreso de nuevo al hostal donde termino de revisar la etapa de mañana con el fin de llegar a pernoctar en el Nuevo Monasterio de San Juan de la Peña, lugar en el que tengo realizada la reserva para la noche del domingo.

Después de la cena disfruto de las espectaculares imágenes que me brinda la terraza del hostal, con el edificio de la Iglesia Parroquial de Santa María iluminada.





Ya bien entrada la noche y tras despedirme de los propietarios del hostal y agradecer sus atenciones, me retiro a descansar.

Mi sugerencia: Bonita población que bien merece ser visitada.

Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Santa Cruz de la Serós:
- Hotel Rural el Mirador de los Pirineos
    Localización: Calle Ordana, 8
    En el núcleo urbano
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 678 13 09 73 / (+34) 636 43 11 85

- Hostal Santa Cruz
    Localización: Calle Ordana, 2
    En el centro de la población, frente a la Iglesia
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 974 361 975