CAMINO ARAGONÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 4º: Santa Cruz de la Serós - Monasterio de San Juan de la Peña: 8,07 Km





Abandono el hostal a las 07:15 horas, sin necesidad de un excesivo madrugón, ya que mi objetivo de hoy se centra en finalizar en el hotel del Monasterios de San Juan de la Peña Nuevo, previa visita al Monasterio de San Juan de la Peña Viejo.

Partiendo de la plaza Mayor, desciendo en dirección noreste durante 170 metros hasta la rotonda en la que me incorporo a la carretera A-1603.

Aquí tomo la primera salida a la izquierda comenzando el ascenso por carretera asfaltada y según la información reflejada en grandes carteles, me restan 7 Km hasta llegar al Monasterio de San Juan de la Peña Viejo. Supone recorrer una distancia superior a la correspondiente a hacerlo a través de sendas que se internan en el monte, pero ante al desconocimiento de la situación de la señalización, opto por esta opción más larga pero más segura.

No obstante, el recorrido resulta peligroso por esta vía asfaltada, debido a la carencia de arcenes, de ahí la necesidad de ir atento al posible e inesperado tráfico de vehículos.

En permanente ascenso y apreciando el maravilloso paisaje de este inmenso bosque de pinos que me rodea, caminando en dirección oeste, llego después de 3,5 Km y salvado un desnivel de 249 metros, hasta una muy pronunciada curva a la izquierda que me obliga a dar un giro de 180º en mi sentido de marcha para dirigirme ahora la este.

Apenas 650 metros después, cuando son las 08:10 horas y la luminosidad es excelente, aprovecho la existencia de un pequeño reguero de agua para efectuar un breve descanso en este prolongado ascenso.





Sin embargo, inmediatamente después de este descanso y haber caminado otros 350 metros, la naturaleza me brinda un balcón espectacular desde el que admirar la belleza del valle que dejé atrás acogiendo a la población de Santa Cruz de la Serós y la impresionante cadena montañosa pirenaica que marca los límites del horizonte. Este lugar se denomina Mirador de Santa Cruz de Serós.





Prosigo caminando y después de 40 minutos y 2,3 Km más de ascenso, me encuentro ante la increíble fachada incrustada en roca del Monasterio de San Juan de la Peña (denominado el Viejo) y situado a 1.119 metros de altitud sobre el nivel del mar.







Son las 9:00 horas y para mi sorpresa he llegado demasiado temprano puesto que al monumento no se puede acceder hasta las 10:00 horas. Creo que he forzado demasiado la marcha durante el ascenso.

No hay más remedio que esperar, así que pacientemente me desprendo de mi mochila y aprovecho para descansar y tomar algo de alimento para recuperar fuerzas.







El edificio del monasterio, cubierto por una gran roca de la que recibe el nombre. Sus auténticos orígenes se pierden en tiempos altomedievales como supuesto refugio de eremitas.

Sin embargo. los datos históricos sitúan su fundación como centro monástico dedicado a San Juan Bautista en el siglo X del que sobreviven algunos elementos.

Después de un ruinoso final de centuria, se refunda con el nombre de San Juan de la Peña bajo el reinado de Sancho el Mayor de Navarra, en el primer tercio del siglo XI. A lo largo de dicho siglo se amplió con nuevas construcciones al convertirse en panteón de reyes y monasterio predilecto por la incipiente monarquía aragonesa.







Permanezco en solitario hasta la llegada de las personas responsables de permitir el acceso al monasterio, lo que sucede efectivamente a las 10:00 horas.

El edificio se compone de dos plantas, la baja, por la que accedo, donde encontramos la primitiva iglesia mozárabe junto a la mal llamada sala de los Concilios.

Esta iglesia inferior dedicada a los santos Julián y Basilisa es el más antiguo testimonio conservado del cenobio, situándose su consagración en el año 920.





En cuanto a la Sala Conciliar, contigua a la iglesia y comunicada por un vano peraltado, obedece a esta denominación por la errónea teoría de que fue sede de un concilio a mediados del siglo XI.

Su construcción es contemporánea a la ampliación románica de la iglesia inferior y estaría destinada a albergar los dormitorios de los monjes.

La otra planta de la que se compone el monasterio es la primera o superior en la que encontramos la iglesia construida sobre la planta de la antigua iglesia mozárabe, consagrada en el siglo XI (1094).

La cabecera consta de tres ábsides cubiertos con bóvedas, siendo el altar central el de un tamaño algo superior y dedicado a San Juan, en tanto que los laterales están dedicados a San Miguel y San Clemente respectivamente.





En cuanto al Panteón de los Reyes, construido bajo el reinado de Carlos III, deja oculta la verdadera necrópolis real, con tumbas antropomorfas en las que estaban los restos de los reyes de Aragón hasta Pedro I, así como algunas reinas y princesas.







A la entrada del monasterio, después de una sala abovedada, una escalera ascendente nos lleva al Panteón de los Nobles, ocupando el espacio descubierto existente entre las celdas monacales (hoy reconvertidas en un espacio de museo) y el moderno panteón neoclásico, en cuyo muro se sitúan los veintidós enterramientos existentes, presentando la misma disposición todos ellos.







Respecto al Claustro, sin duda el lugar más emblemático del monasterio, situado en el costado opuesto del Panteón de los Nobles, frente al muro de la epístola de la iglesia superior desde la que se accede a través de un vano con formato mozárabe (puerta que según muchos especialistas pudo ser “trasplantada” de la iglesia inferior).







Junto a la iglesia y con su puerta orientada al claustro, se encuentra la capilla de San Victorián, añadida en tiempos del gótico para acoger enterramientos de distintos abades pinatenses, siendo la primera manifestación del arte gótico florido en Aragón.





En el ángulo opuesto de esta capilla, se encuentra la capilla de San Voto, de estilo neoclásico, coronando su portada el escudo del abad que la construyó.





El escenario en que se encuentra enclavado el Claustro, conserva prácticamente íntegros los lienzos norte y oeste, habiendo desparecido los correspondientes a las partes oriental y meridional, es decir la contigua al muro de la iglesia y la más próxima al peñón rocoso.







Otro de los aspectos que hacen considerar excepcional este claustro, es el hecho de que en sus capiteles trabajó durante la segunda mitad del siglo XII un artista anónimo, Maestro de Agüero o de San Juan de la Peña, cuya inconfundible maestría se puede apreciar en diferentes edificios religiosos de Aragón y Navarra, destacando su personalísima forma de representar los ojos de los personajes: muy bulbosos y enormemente desproporcionados.







Sin embargo, a finales del siglo XII este monasterio comenzó una decadencia que se fue agravando definitivamente en el siglo XIV, uniéndose a la falta de donaciones, deudas y pleitos, los numerosos incendios sufridos, siendo el último de ellos en 1675, que duró tres días, perdiendo la habitabilidad necesaria para el desarrollo de la vida monacal, por lo que se planificó la necesidad de una nueva ubicación.

Doy por finalizada la visita y antes del mediodía inicio la marcha en dirección al Nuevo Monasterio de San Juan de la Peña situado en dirección oeste, por lo que debo continuar ascendiendo por la carretera.

No obstante, apenas 250 metros después de haber iniciado la marcha, abandono el asfalto tomando un desvío a la derecha y ascendiendo por unas escaleras construidas al efecto que me elevan hasta una senda, evitando así seguir el itinerario de la zigzagueante carretera, con dos ventajas, acortar el recorrido y caminar por tierra.

El recorrido es breve y después de 290 metros retorno al asfalto de la carretera A-1603, aunque ya en plena pradera de San Indalecio, lugar en el que se ubica el Monasterio de San Juan de la Peña Nuevo.







Debido al incendio que asoló el Monasterio de San Juan de la Peña Viejo, dejándolo totalmente inutilizado, durante la última década del siglo XVII y primera del siglo XVIII fue erigido este Monasterio de San Juan de la Peña Nuevo.

Construido en ladrillo y respondiendo a los cánones del barroco, fue consagrado en el año 1705. Destaca su fachada principal, enmarcada entre dos torres de campanario, con sus tres grandes portadas coronadas por sus respectivas imágenes pétreas de San Juan, San Indalecio y San Benito.





Tras la desamortización de Mendizábal, en el año 1835 el monasterio quedó en total estado de abandono, lo que provocó su ruina parcial. A comienzos del siglo XXI, ha sido sometido a una profunda restauración, habilitando su interior con distintas funcionalidades tales como hospedería y centro de interpretación a través del cual se muestra la historia del monasterio y por ende del Reino de Aragón.

Después de ocupar la habitación reservada en la hospedería, hoy integrada en la Red de Hospederías de Aragón, recurro al autoservicio para comer, ya que es el único establecimiento existente.

Aprovecho parte de la tarde para hacer la colada, pues ya hace cinco días que dejé mi domicilio y tengo necesidad de poner al día mi equipamiento.

Ya entrada la tarde visito el Centro de Interpretación, donde a través de un suelo acristalado puedo apreciar la antigua distribución de las dependencias monacales, tales como cocina, botica, refectorio, bodega, habitaciones de servicio, etc.

El anochecer, ya en las instalaciones de la hospedería, decido cenar en la habitación con unos bocadillos que me han preparado en el autoservicio, así como alguna que otra cosa para el desayuno de mañana, dejando reservado un taxi que me recogerá por la mañana para la desplazarme hasta el inicio de etapa, lugar que tengo previsto junto a las instalaciones del Hotel Aragón, antes de acceder a la carretera NA-340.

Mi sugerencia: Bien merece el desvío para visitar el Monasterio de San Juan de la Peña.

Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Monasterio de San Juan de la Peña Nuevo:
- Hospedería del Real Monasterio de San Juan de la Peña Nuevo
    Localización: Pradera de San Indalecio
    A 8 Km de Santa Cruz de la Serós
    Propiedad y Gestión: Sociedad de Promoción y Gestión del Turismo Aragón S.L.U.
    Tel.: (+34) 974 355 119