CAMINO ARAGONÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 9º: Izco - Tiebas: 22,8 Km



Hoy quiero aprovechar el día, así que inicio temprano la etapa, partiendo antes que Camille, con la primera luz del alba.

Salgo de la aldea sin retornar al cruceiro de entrada a la misma, solo cruzando el frontón a lo largo para proseguir por la calle que continúa en dirección noroeste, dejando atrás las mínimas edificaciones existentes e iniciando la andadura por una amplia pista sin asfaltar, pero con muy buen piso.

Todavía sin la visión directa del sol, llego después de 2,0 Km por esta larga recta hasta la inmediata aldea de Abínzano, en la que me da la bienvenida la primera y magnífica edificación de su Iglesia Parroquial de San Pedro, de origen medieval (siglo XIII).





En esta pequeña aldea de apenas una decena de habitantes por la que transita el Camino de Santiago, en su término, se ha localizado un yacimiento al aire libre del Eneolítico – Bronce, donde se han recogido un conjunto de materiales líticos.

Ya con los primeros rayos de sol en el horizonte, dejo atrás Abínzano y continúo caminado en dirección noroeste por esta amplia pista que continúa ahora a través de solitarios e inmensos campos, dedicados al cultivo del cereal y con la permanente presencia en el lejano horizonte de la prominente elevación que preside la villa de Monreal a escasa distancia, se trata de la montaña de la Higa (1.250 metros).

Sin embargo, previamente nos encontraremos con la población de Salinas de Ibargoiti, distante 6,4 Km de Abínzano (última aldea que dejamos atrás).

El Camino entra en Salinas de Ibargoiti junto al antiguo puente medieval sobre el río Elorz, sin embargo, no puedo acceder a la población a su través por el precario estado de conservación en que se encontraba (restaurado en 2017 para uso peatonal).





Accedo a la población de Salinas de Ibargoiti, población de algo más de un centenar de habitantes. Debe su nombre a que en otros tiempos se comerciaba con “sal procedente de sus ocho pozos con sus eras correspondientes”.

Llego ante el edificio de su iglesia gótica de San Miguel de Arcán (siglo XIV – XV), realizada en piedra, de nave única dividida en tres tramos y con cabecera poligonal.







Es temprano todavía, algo más de las ocho de la mañana, así que además de contemplar la edificación, decido descansar en el pequeño muro que la rodea, junto a su puerta de acceso situada al lado de la epístola, de estilo gótico y arco apuntado, protegida por un pórtico cubierto con bóveda de crucería simple.







Continúo caminando por la calle San Miguel hasta cruzarme con la calle el Sol, lugar en el que existen algunas edificaciones de carácter singular y bien conservadas, como las que conforman esquina con ambas calles.







Abandono definitivamente esta sencilla pero bonita y bien cuidada población, a través de la calle el Sol, en dirección oeste, descendiendo por una pista de tierra hacia la ribera del río Elorz cuyo cauce cruzo.

Casi inmediatamente, la pista se convierte en una senda que continúa bordeando los límites de un espeso bosque de pinos, robles y hayas que prácticamente se mantendrá hasta la llegada a Monreal.





Algunas de los pasajes de esta maravillosa zona boscosa, tienen y transmiten un encanto especial, con pasadizos creados por la naturaleza totalmente rodeados de vegetación.





Finalizo el recorrido de esta zona boscosa casi a las puertas de Monreal, después de haber disfrutado de los 1,8 Km realizados siempre paralelos a la ribera del Elorz en dirección oeste, en las faldas de la sierra de Alaitz, que cuenta en la proximidad de Monreal con uno de sus picos más importantes, el de la Higa (1.250 m). Son las 09:15 horas cuando accedo a la población de Monreal.







A pesar de ser temprano, he decidido prescindir de la visita a las ruinas del castillo, situado en la cima de colina que domina la población, distantes unos 700 metros saliendo de la población en dirección al cementerio, partiendo de la calle del Burgo, a través de una senda hasta coronar la cima.

Ha sido a partir de 2017 cuando se ha establecido un plan concreto para su recuperación, lo que está permitiendo la realización de obras de envergadura.

Su historia se remonta a al siglo XII, época en que aparecen los primeros documentos que hablan del castillo, siendo usado como residencia por algunos monarcas navarros.

Tras la conquista en 1512 por tropas castellanas todo cambió, dando lugar a su derribo nueve años más tarde por orden del rey Carlos V, al igual que le sucedió a otros muchos castillos del reino de Navarra. Sus ruinas han permanecido escondidas entre el matorral y los pinos que arraigaron en la colina.

Ha sido en los años 60 (siglo XX) cuando un grupo de vecinos del pueblo animados por el cura párroco, realizaron una limpieza de la cima de la colina y encontraron las estructuras de los muros del castillo, aljibe y varias torres, además de algunos elementos medievales.

Definitivamente me limito a visitar esta población de medio millar de habitantes, situada en la zona de transición entre la Montaña Navarra y la Montaña Media, cuyas calles responden a este paisaje montañoso, ya que muchas de ellas se encuentran en cuesta.

Como elemento arquitectónico más significativo, encontramos su puente medieval sobre el río Elorz, antigua entrada a la villa del Camino Francés.

Consta de dos arcos, uno circular de medio punto y otro apuntado, separados a su vez por un tajamar. Con sus 25 metros de longitud ofrece un excelente estado de conservación.







Monreal alberga un cuidado casco histórico, con algunas casas presididas por escudos, dando fe de su noble origen. Merece la pena pasear por sus adoquinadas calles de El Burgo, Santa Bárbara y Mayor.

A través de la calle Santa Bárbara, asciendo hasta su Iglesia de la Natividad, resultado de la fusión de sus antiguas iglesias de San Martín y Santa María. De origen medieval, conserva del primitivo templo románico un capitel que soporta la pila bautismal. El templo sufrió profundas modificaciones en el siglo XVIII, cuando se construyó un nuevo crucero.

El acceso al interior se realiza en la actualidad por el lado de la epístola con puerta moderna de arco de medio punto, protegida por pórtico.







Son las 09:30 horas cuando me decido a abandonar Monreal, por lo que continúo ascendiendo por la calle Santa Bárbara hasta llegar a la calle Mayor, donde tomo a la izquierda en dirección noroeste, para definitivamente por la calle de El Burgo abandonar la población y continuar ya por una pista sin asfaltar denominada Camino del Cementerio.

Comienza mi andadura por tierras de labor con el amplio horizonte abierto sin ningún arbolado hasta llegar después de 1,0 Km a la ribera de río Elorz, caminando ahora por una senda durante 800 metros siguiendo el serpenteo de su ribera hasta llegar a una pista que cruza su pequeño cauce, tomando a la izquierda para proseguir en dirección oeste a través de tierras de labor de nuevo.

Voy abandonando las tierras de labor para adentrarme ahora por un terreno más accidentado en la ladera del monte, por una senda que me obliga en ocasiones a cruzar algún que otro brusco desnivel con el fin de salvar las variaciones del terreno originadas por corrientes naturales de agua que se deben acentuar en época de lluvias.





Son las 11:00 horas cuando me aproximo a la aldea de Yarnoz, divisando ya sus dos más significativas edificaciones.





La primera de ellas se trata de la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, de origen medieval, en la que su arquitectura sufre un notable cambio en el siglo XVI con el fin de soportar una nueva bóveda de crucería.

En este lugar decido efectuar un descanso, aprovechando la existencia de una fuente junto a la fachada de la misma y la presencia de dos peregrinos, además de la amplitud de recinto.







A escasos metros, se encuentra un torreón medieval (siglo XIV) de planta cuadrangular. Construcción maciza en la que solo se abre una pequeña puerta y una ventana adintelada, pero dotada de saeteras en sus tres plantas interiores y coronada con adarve de matacanes, bastante deteriorados.







Continúo mi caminar por la senda que prosigue por la ladera del monte, con permanentes subidas y bajadas que hacen aún más dificultoso el recorrido, hasta llegar después de 3,5 Km a la altura de la aldea de Otano, a la que no accedo, lo que no me impide apreciar la figura de su sencilla pero bonita iglesia de San Salvador.







El recorrido desde que abandoné Izco, discurre de forma paralela al trazado de la carretera NA-234 (antigua carretera de Jaca), pudiendo apreciar desde este privilegiado mirador por el que discurre la ladera del monte, bonitas panorámicas de toda la zona del valle y el cauce del impresionante canal que riega estas fértiles tierras.





Estas maravillosas panorámicas no aminoran en absoluto el duro caminar por la ladera del monte que aún se mantendrá prácticamente hasta el final de la etapa.

Sin embargo, después de 1,4 Km por esta intrincada ladera, prácticamente a la altura de la aldea de Ezperun, a unas centenas de metros del Camino, se inicia un fuerte ascenso para salvar un desnivel de 110 metros a lo largo de 1,7 Km.

Se inicia el descenso y solo 700 metros después se llega a la aldea de Guerendiáin, con apenas varias edificaciones, pero al menos dispone de un reconfortante espacio para descansar.





Además puedo comprobar la existencia de una refrescante fuente que también se agradece, cuando van a ser las 13:00 horas y los rayos de sol se dejan notar de manera sofocante.





Pero hay que proseguir la etapa, así que reanudo la marcha continuando por la ladera del monte que se envuelve con la vegetación cada vez más espesa, pero su sombra se agradece.







Cuando del trazado discurre por zonas más abiertas, la visión de una espectacular panorámica alegra el Camino, permitiendo la luminosidad del día y la ausencia de neblina el poder contemplar en la lejanía del horizonte, hacia el norte, la ciudad de Pamplona.







En dirección noroeste se puede apreciar la cadena de molinos de viento que coronan la formación montañosa por la que discurre el tramo del Camino Francés a su paso por el Alto del Perdón.







Sin embargo, la senda por la que camino en ocasiones retorna a espacios totalmente cerrados de vegetación, conformando túneles perfectos en los que al introducirse se tiene la impresión de ser absorbido a otra dimensión sensorial, por el aspecto bucólico e inesperado del lugar.





Finalmente, después de recorrer 3,0 Km desde Guerendiáin, abandono la ladera de esta sierra de Alaitz, saliendo a campo abierto a través de una pista de tierra para acceder a la carretera asfaltada NA-5051.





Tomo la carretera asfaltada a la izquierda y apenas un centenar de metros, entro en la población de Tiebas cuando son las 13:00 horas.







Al entrar en la población, dejo la carretera y tomo la primera calle a la derecha, se trata de la calle Mayor, donde 160 metros más adelante se encuentra el Albergue de Peregrinos de Tiebas.

Solo somos dos peregrinos, Camille y yo, por lo que disponemos de todo un lujo de alojamiento, con una coqueta cocina que dispone de todo lo necesario.







Es un bonito, sencillo y funcional edificio inaugurado hace apenas un año (2010), que cuenta con todas las facilidades, además de la cocina ya comentada, dispone de una sala de descanso y capacidad para 14 peregrinos en litera y un hospitalero excepcional, Koldo.

Después de tomar posesión de la litera y asearme, creo necesario buscar algún lugar donde me ofrezcan algo de comida caliente, aunque pronto desparecen mis dudas puesto que avanzando por la calle Mayor se encuentra el único establecimiento existente, el Centro Social de la población, donde me atienden fenomenalmente.

De regreso al albergue, decido acercarme a conocer las ruinas del Castillo Palacio de Tiebas. Pudo ser en 1263, con el reinado de Teobaldo II, cuando se construyó la planta palaciega como residencia real, siendo utilizada en varias ocasiones por este rey como residencia.

Fue destruida en 1378 durante la guerra con Castilla, sufriendo un progresivo abandono hasta que en 1445 Juan II de Aragón, rey de Navarra, dona el conjunto al prior en Navarra de la Orden de San Juan de Jerusalén.

Durante las guerras el siglo XV también debió sufrir daños importantes. Asimismo, las posteriores guerras de 1512 y 1521 volvieron a afectar igualmente a Tiebas.

Las últimas noticias que se tienen de la supervivencia de este conjunto datan de 1560, estando el edificio habitado o al menos cuidado hasta su abandono.

Finalmente, la guerra de la Independencia (1808 – 1814) daría un terrible golpe al antiguo palacio, siendo el inicio de la última fase para su destrucción definitiva. Posteriormente tuvo que soportar las vicisitudes de las guerras Carlistas, tanto de la Primera (1833 – 1840), como de la Tercera (1872 – 1876).

Hasta finales del siglo XX fue utilizado como cantera para la construcción de viviendas en la localidad, tanto por particulares como por instituciones.

Hasta bien avanzado el siglo se ha mantenido el Palacio de Tiebas en estado de abandono y ruina, siendo a partir del 2005, con motivo de la compra del castillo por el Ayuntamiento de Tiebas – Muruarte de Reta, se ha mostrado un continuado interés por intervenir en este conjunto palaciego, suponiendo un gran paso adelante las acciones llevadas a cabo desde 2005 a 2012 para su recuperación.

La visita a estas ruinas me aporta el placer de reconocer en ellas la memoria de las gestas y hechos históricos acaecidos.







Regreso al albergue donde me vuelvo a encontrar con Camille y pasamos la buena tarde climatológica de que disfrutamos, sentados en el banco situado frente al albergue, en tanto esperamos la visita del hospitalero Koldo que nos ha invitado a conocer la Iglesia de Santa Eufemia, patrona de la localidad.





La tarde discurre plácidamente en amena conversación, a pesar de nuestras diferencias idiomáticas, hasta la llegada del hospitalero, desplazándonos con el apenas 150 metros por esta calle Mayor hasta llegar a la fachada de la iglesia.





Esta fue nuestra gran suerte, ya que el hospitalero, además de su predisposición y magnífica cortesía, disponía de la llave de acceso a este histórico edificio gótico de finales del siglo XIII.

El hospitalero nos comenta que la mayor parte de la reconstrucción y mantenimiento de este edificio es llevada a cabo por los propios habitantes del pueblo.

El interior consta de una sola nave dividida en cinco tramos más el ábside.

En la mesa del altar y el ambón (atril para lectura) se han aprovechado tres capiteles procedentes del castillo, presidiendo el altar un Crucifijo de tamaño natural, romanista del primer cuarto del siglo XVII.







En el Coro, gótico del siglo XVI, destaca el antepecho, decorado con arquillos trilobulados que se prolongan por la balaustrada de la escalinata de acceso, cuya parte superior tiene una cenefa de bolas.







La bóveda del sotocoro es de nervios y describe una complicada estrella cuya zona interior viene realzada por un nervio circular decorado como si fuese una guirnalda.





Finalmente subimos al campanario, al que se accede a través del coro, desde donde parte una escalinata única en Navarra, ya que no tiene fuste ni pasamanos, configurada su dirección en sentido contrario de las agujas del reloj.

Ya en el campanario damos por finalizada la excepcional visita a este maravilloso templo.





Regresamos al albergue donde continuamos departiendo animadamente sobre la visita realizada y la excelencia del albergue, así como las posibles opciones de la etapa de mañana en dirección a Puente de la Reina. Nos despedimos de Koldo con nuestro agradecimiento por las atenciones prestadas y su permanente predisposición, con el deseo de que el Camino nos vuelva a reunir.

Conversé ampliamente con Camille sobre su maravillosa experiencia en el Camino Portugués, dándome ánimos para realizarlo y facilitándome algunos contactos de sus vivencias en este Camino para cuando me anime a emprenderlo.

Camille cenó a sus acostumbradas tempranas horas y aunque mañana caminaremos separados, intentaremos vernos en Puente de la Reina al terminar la etapa, donde ambos pensamos finalizar el Camino.

Lógicamente ella también se retiró a descansar temprano, por lo que decidí tomar algo de cena ya en la soledad del albergue y dejar preparado el equipamiento para salir mañana lo más temprano posible. Posteriormente me retiro a descansar.

Mi sugerencia: Disfrutar del recorrido por la ladera de la Sierra de Alaitz

Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Abínzano:
-Casa Rural Lantxurda
    Localización: Calle San Pedro, 2
   Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 948 235 649 / (+34) 619 054 851



Monreal:
-Albergue de Peregrinos de Monreal
    Localización: Calle Santa Barbara, 4
    Subiendo las escaleras, casco antiguo
    Propiedad: Municipal; Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 683 147 640

-Casa Rural Etxartenea
    Localización: Calle del Burgo, 2
    Frente a la Iglesia
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 948 362 177 / (+34) 669 08 26 79



Tiebas:
-Albergue de Peregrinos de Tiebas
    Localización: Calle Mayor, 18
    A la entrada de la población
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 948 104 777 / (+34) 600 94 19 16
    Inaugurado en 2010