CAMINO BAZTANÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 5º: Berroeta - Lantz: 15,23 Km





La noche al parecer ha trascurrido tranquila, aunque pienso que mis “ronquidos” pueden haber afectado a Manolo quien prudentemente me comenta que ha escuchado el paso de las grullas durante la madrugada.

Son las 08:00 horas y todavía se puede apreciar el paso de enormes bandadas tanto de grullas y su inconfundible graznido como palomas.







Con las primeras luces del día abandonamos el albergue para iniciar la etapa reina del Camino, dejando atrás sus instalaciones ubicadas encima del frontón y la sencilla plaza de la población.





Salimos en dirección suroeste descendiendo por el Camino Bidondo hasta que después de 350 metros desembocamos en la carretera NA-2540 que cruzaremos en diagonal, tomando una senda que continúa descendiendo.





Esta senda en pronunciada pendiente, con una valla protectora de madera, nos conduce en dirección al trazado de la carretera N-121A, que actualmente en su nuevo trazado acoge el cuantioso tráfico en dirección a Pamplona.





Apenas un centenar de metros de pronunciada pendiente hasta llegar al margen de la N-121A, aunque en este caso conseguiremos sobrepasarla sin necesidad de caminar por su calzada, ya que la existencia de un túnel peatonal nos facilitará el paso.







Una vez sobrepasado el trazado de esta carretera, proseguimos descendiendo en dirección al fondo del valle a través de estos bonitos parajes.







Finalmente llegamos al fondo del valle por el que discurren las aguas del regato de Marín, en medio de la bruma que a estas tempranas horas cubre la zona, lugar que podemos considerar como el punto de nivel más bajo de la etapa.







Salvamos su cauce mediante el puente habilitado, con una gran plataforma de cemento, que permite el transito incluso de vehículos, en dirección a la inmediata borda existente.





Al llegar a la esquina de la borda, el trazado del camino giras bruscamente a la izquierda, de acuerdo con la señalización de flechas amarillas existente en la fachada de la citada borda.





Sin embargo, casi inmediatamente, la senda vuelve a girar ahora a la derecha, salvando un portillo y comenzando el ascenso a través de la ladera, apartándonos así del cauce del regato.







El ascenso se va realizando zigzagueando por la ladera, por una senda con encanto que en ocasiones nos hace volar la imaginación a través de correderas y túneles vegetales.





Han sido 1,4 Km de ascenso hasta llegar a la última población del valle del Baztán, Almandoz. Al llegar al núcleo urbano, ya hemos superado el nivel de la carretera general N-121A, finalizando el ascenso.







Esta población ha ganado tranquilidad y mejor forma de vida al construirse la variante de la N-121A que evita el tráfico por el centro de la población, renovándose el trazado con la apertura de los túneles, posibilitando así el paso de Belate para entrar en Ultzama.

A estas tempranas horas todavía la hostelería está cerrada, así que debemos continuar sin un desayuno serio, aunque podemos contemplar algunas de sus edificaciones y la belleza de las mismas, como la que acoge a un establecimiento hostelero.

Se trata del Palacio Galzada-Galzada Jauregia que data del siglo XVIII, de arquitectura civil representativa de este siglo, con mampostería de piedra y sillería con escudo heráldico en la fachada principal, rematando el edificio en una planta bajo cubierta de una estructura vista de madera de armar a cuatro aguas. Fue adquirido en 1980 por la familia Beola Bidegain, restaurándolo y acondicionándolo como establecimiento hostelero, siendo esta su dedicación actual.





El edificio de su Iglesia Parroquial de San Pedro destaca en la parte alta de la población, moderna construcción inaugurada en 1956, situada junto a las ruinas de la vieja parroquia.





Abandonamos la población por el trazado de la antigua carretera N-121A en dirección sur durante 700 metros hasta llegar a una pronunciada curva a la izquierda junto a un caserío, lugar en el que abandonamos la carretera por la derecha.







Comienza el ascenso y casi inmediatamente sobrepasamos un paso canadiense.







Sobrepasado este, un túnel nos permite salvar el paso de la carretera N-121A, en el progresivo ascenso por esta pista asfaltada.







Apenas 60 metros después de sobrepasar el túnel, en la inmediata curva a la izquierda que da acceso al caserío Bentaberri, sale el desvío a la derecha por una pista de tierra por la que asciende el Camino.







La pendiente de la subida por esta pista se deja notar a estas tempranas horas de la mañana, pero la excelente temperatura es un buen aliado.







Según ascendemos, encontramos una pequeña acequia de cemento que recoge las aguas de alguno de los taludes de la construcción del nuevo trazado de la carretera.







Continuamos ascendiendo a través de esta amplia pista de acuerdo con la señalización de las flechas amarillas, en medio de esta gran masa forestal.







Después de salvar un paso en la cerca alambrada, se prosigue el ascenso por esta zona de monte bajo.







De nuevo nos volvemos a encontrar con el antiguo trazado de la NA-1210 al que accedemos salvando el desnivel y continuando hacia la derecha de acuerdo con la señalización.







Sin embargo el tránsito por esta carretera es corto, apenas 230 metros en dirección sur, hasta llegar a una cerrada curva a la izquierda, punto en el que abandonamos esta carretera hacia la pista que se abre a la derecha, salvando un paso canadiense.







Una amplia pista forestal nos permite seguir caminando, aunque no somos los únicos visitantes, ya que entre cazadores y buscadores de setas la zona anda bastante concurrida.







La notable presencia de cazadores llega a infundirnos cierta preocupación, ya que en ocasiones llegamos a escuchar el sonido de los perdigones en su caída libre sobre las hojas de los árboles, mientras abandonamos esta pista forestal para introducirnos en la frondosidad del monte de acuerdo con la señalización de las flechas amarillas que marcan el recorrido.







El recorrido por este paraíso natural, muestra aún más su belleza y cómoda andadura a través de las hojas, que como un tapiz, recubren nuestro recorrido claramente definido por las flechas amarillas sobre el tronco de los árboles.







Un inmediato repecho nos acercará, después de sobrepasar una zona vallada, de nuevo a las inmediaciones de la carretera NA-1210, después de 500 metros desde que la abandonamos con anterioridad.







Ya en el arcén de la carretera NA-1210, por el que caminaremos los escasos metros que nos separan de las instalaciones de la venta de San Blas.







Efectivamente, después del anuncio del establecimiento, en otros tiempos en este lugar se levantaba la antigua ermita y hospital de San Blas, encontramos las actuales edificaciones del establecimiento hostelero.







Son las 10:20 horas, creyendo llegado el momento de hacer un buen descanso y desayunar algo más contundente.

Después de comprobar los accesos al establecimiento, da la sensación de estar cerrado, por lo que recorrimos su contorno, incluida su parte posterior en la que existe una gran explanada donde se concentraban varios vehículos y cazadores que hasta allí se habían desplazado, lo que nos hizo sospechar que el establecimiento podía estar cerrado.

Sin embargo, al retornar a su fachada delantera observamos que una persona abría la puerta de acceso, se trataba del propietario, quien además de invitarnos a entrar nos indica que estábamos errando en la forma de abrir la puerta, efectivamente, así era.

Ya en el interior, la mañana era fresquita, pero con una climatología esplendida, por lo que se agradece que la chimenea esté encendida, lo que transmite una sensación de calidez y tranquilidad en un ambiente lleno de relajación.







Después de despojarnos de nuestras mochilas, decidimos situarnos junto a la barra, lo que nos permite una mayor cercanía con su propietario que nos atiende en nuestros requerimientos culinarios.

Este hombre, de edad media y experimentadas vivencias, nos recuerda su estancia y conocimiento de la zona de Malasaña (Madrid), donde ha trascurrido parte de su juventud además de su itinerancia por múltiples países, hasta pensar en una más que ganada estabilidad en un paradisiaco y emblemático lugar como esta Venta de San Blas.







El desayuno fue toda una experiencia, un fenomenal bocadillo de chistorra inicialmente acompañado de cerveza y posteriormente con unos vinos, nos permitieron acopiar las fuerzas necesarias para acometer el resto de la etapa.

Después de una “sobremesa” agradable con el matrimonio propietario del lugar, rememorando épocas y vivencias. Creemos que ha llegado el momento de retornar al Camino.

Abandonamos el establecimiento en compañía de su propietario quien nos acompaña hasta la inmediata curva de la carretera en la que parte la senda colina arriba, junto a la hornacina, lugar en que nos despedimos de tan amable anfitrión.







Este primer tramo, que nos evita realizar el amplio recorrido que supondría ir por carretera, inicialmente la senda comienza con un suave ascenso.







Sin embargo, la pendiente se vuelve más pronunciada rápidamente, en busca del trazado de la NA-1210 con la que nos volveremos a encontrar de nuevo, apenas después de 300 metros.







En este punto de la carretera, la cruzamos para continuar de nuevo campo a través, de acuerdo con la señalización de las flechas amarillas. La explanada aquí existente, se encuentra ampliamente concurrida por vehículos cuyos propietarios estarán disfrutando de esta espectacular mañana por estos parajes.







Aquí nos despedimos de nuestros encuentros con la NA-1210 durante la etapa de hoy, adentrándonos en el monte colina arriba, debiendo saltar el primer portillo escalonado para salvar la valla de delimitación.







Ahora ascendemos por una senda que transita, aunque distante, paralela a la carretera, hasta llegar a un desvío en el hayedo que ahora ya nos alejará de la carretera.







Un poco más adelante, nos encontramos con la existencia de un cobertizo en bastante mal estado, con parte de la techumbre caída y otra zona amenazando ruina.







Continuamos avanzando por la ladera de la colina, a través del impresionante hayedo con el suelo cubierto de la hojarasca de los árboles, convirtiendo el suelo en un maravilloso tapiz vegetal por el que caminar es una verdadera delicia, por donde vamos zigzagueando para conseguir salvar la fuerte pendiente.







De nuevo nos encontramos con las ruinas de algún otro cobertizo o borda continuando el ascenso, siempre con la permanente y excelente presencia de la señalización de flechas amarillas.







Alcanzamos un suave collado ahora a través de una amplia pista forestal, lo que permite incluso el acceso de vehículos a lugares tan apartados.







Por esta zona nos encontramos con algunos buscadores de setas que incluso encuentran merecida recompensa, comentando con uno de ellos la espectacularidad del día y la peligrosidad de los cazadores que andan por los alrededores, hecho que también le han manifestado dos personas que nos antecedían.







Continuamos el recorrido de nuevo por la ladera y con una espectacular señalización de flechas amarillas que nos conduce de manera inequívoca por la ruta apropiada.







Aprovechando las aberturas que ofrece la naturaleza en el recorrido a través de esta ladera, podemos apreciar la espectacularidad de la zona y las colinas circundantes, una verdadera explosión de la naturaleza.





Mientras tanto, en las alturas del cielo azul, las aves continúan con su tránsito migratorio en grandes bandadas, motivando así la gran afluencia de cazadores existente en la zona.





Ahora nos aproximamos, pasando junto a las ruinas de otra borda, a una zona de la ladera en la que abunda la humedad y algún que otro desprendimiento.







Llegamos poco después a un regato que desciende por la ladera, formando una pequeña cascada. Hasta el momento la señalización es excepcional, sin embargo, desde que pasamos las últimas ruinas de la borda no hemos vuelto a apreciar la existencia de ninguna señal del Camino, así que ante la duda Manolo decide regresar hasta la borda y confirmar que hemos realizado el recorrido correcto.







Así era efectivamente, el recorrido realizado es el correcto, puesto que nada más salvar el cauce del regato, vuelve a reaparecer la señalización de flechas amarillas para nuestra total tranquilidad.

Continuamos ascendiendo y apreciando que nos vamos adentrando ya en la parte alta del bosque.







Saliendo definitivamente de la zona arbolada y abriéndose la visibilidad del horizonte con el sin fin de elevaciones montañosas de esta cordillera y el paso de la carretera en la profundidad del valle, la vista es espectacular.





Nuestra senda discurre ahora por tramos del trazado de la antigua calzada romana con grandes losas de piedra verticales que van jalonando el recorrido.





Estamos alcanzando la máxima cota del día en este alto de Belate y las imágenes del contorno son espectaculares, con la no muy lejana línea de la carretera abajo y la inmediata Venta Quemada.







Poco antes de llegar al collado, con singular señalización se señaliza de la ubicación de la reconstruida ermita refugio de Santiago.





Reconstrucción realizada durante seis años por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Urdax-Baztán, procediendo a la reinauguración de este emblemático lugar el día 5 de junio de 2019.







En su interior se han conservado, convenientemente restaurados, los restos de la primitiva ermita, antiguo priorato del siglo XII dependiente de la Catedral de Pamplona.





Sin embargo, a pesar de las singulares características del recinto y su significación, nunca falta la persona desaprensiva que ha hecho desaparecer el cuño que tan organizadamente estaba depositado a la entrada, en el pequeño pupitre instalado donde poder sellar la credencial y disfrutar del libro de visitas.





Solo queda un papel en el que se habían realizado pruebas de sellado y que no muestra la imagen del citado cuño desparecido.







Abandonamos el recinto de esta ermita refugio, debiendo salvar la alambrada situada en el cruce del collado que marca la delimitación geográfica de los valles de Baztán y Ultzama, para proseguir ahora en descenso ya por el valle de Ultzama.







Iniciamos el descenso en dirección al antiguo Hospital Monasterio de Nuestra Señora de Belate situado en el fondo del valle, junto al cauce del naciente río Ultzama.

Para el recorrido en el descenso es mejor adaptarse a la orografía descendente, aproximadamente 500 metros, puesto que en ocasiones la ruta habitual discurre en parte encajonada y puede encontrarse encharcada, aunque la distancia no es considerable, se reduce acortando por los atajos de las diferentes veredas existentes.

El Monasterio Hospital de Santa María de Belate, se fundó en el año 1160, teniendo gran importancia hasta el siglo XVI en que fue saqueado, sufriendo en el siglo XVIII un incendio y un nuevo saqueo.







La nave que acogía la Iglesia, se compone de cinco tramos con cubierta de cañón, apuntada sobre fajones que descansan en ménsulas, en la que su aspecto interior carece de cualquier tipo de ornamentación.







Su portada es románica, compuesta por cinco arquivoltas y arco apuntado, carente de cualquier tipo de decoración. Asimismo, en su cara sur tuvo una chimenea, lo que lleva a pensar que en su momento dispuso de dos atrios laterales para dar cobijo a peregrinos.







La otra nave rectangular existente enfrente, al otro lado del camino, pudo ser el hospital para peregrinos.







Después de esta breve visita, continuamos caminando en suave descenso otros 300 metros para cruzar sobre el incipiente cauce del río Ultzama.







A partir de este punto comienza el ascenso, adentrándonos en una gran zona boscosa de hayas, después de salvar la valla que da acceso y siguiendo las indicaciones de las flechas amarillas.







En esta parte inicial la pista forestal se encuentra bastante embarrada debido a las recientes lluvias, acentuándose los surcos generados por los medios de transporte utilizados para la extracción de los grandes troncos de madera procedentes de la tala programada en los bosques.







A medida que avanzamos, abandonamos la pista para continuar caminando por sendas por las que sería de suma dificultad su identificación, si no fuese gracias a la perfecta y abundante señalización existente de flechas amarillas.







El recorrido y paisaje por este sensacional bosque es de un encanto especial, acrecentando su interés la magnífica climatología de que estamos disfrutando.







No quiero dejar de insistir en la fabulosa e indispensable tarea realizada por los responsables y asociaciones que se han preocupado de mantener una inmejorable señalización, pues a través de este inmenso bosque arbolado sería imposible su tránsito sin perderse, pero siente uno la satisfacción de poder observar en cualquier tramo la flecha precedente y la posterior.

Va a ser las 15:00 horas y todavía estamos inmersos dentro de esta gran masa boscosa, así que ha llegado el momento de efectuar un breve descanso para hidratarnos y tomar algo de alimento reconstituyente, ya que mejor escenario es difícil de encontrar.







Veinte minutos después del descanso realizado, ya comenzamos a vislumbrar la salida de esta inmensa masa forestal, comenzando a aclararse el entorno y a contemplar zonas más abiertas con campos de cultivo.







Ahora ya sin la presencia del ramaje de los árboles y con el horizonte abierto y despejado, podemos contemplar por vez primera la grandeza del valle de Ultzama.







El final de etapa se está haciendo de rogar, pero finalmente, cuando van a ser las 15:45 horas, llegamos al núcleo urbano de la población de Lantz, nuestro destino de hoy.







Accediendo por la calle principal, el primer lugar que visitamos a estas horas tenía que ser el bar La Posada obligatoriamente, la necesidad de una buena cerveza fresquita es prioritaria, así que después de acceder a su interior y aposentarnos en una mesa, dado lo tardío de la hora optamos por tomar un picoteo, de manera que la cena fuese el plato fuerte del día.

Ante la solicitud de algún tipo de picoteo, la oferta fue excepcional, unas cervezas con un buen plato de jamón a la plancha que supieron a verdadera delicia y dos cervezas mejor que una.







Intentamos reservar para cenar en la noche, pues es el único establecimiento hostelero de la población, resultando que tenía comprometida una celebración local masiva, conmemorando el “día de la quiniela”, evento que anualmente conciertan con el fin de celebrar las pérdidas o ganancias de la temporada y sus asociados los componen la práctica totalidad de la población.

Después de insistir comentando nuestra intención de poder realizar la única comida seria del día durante el anochecer, entiendo que el hostelero llevado por atender la necesidad “peregrina” accedió a darnos de cenar antes de que el acto previsto se convirtiera en el centro de su atención. Con esta premisa abandonamos el local para conseguir alojamiento en el albergue.

Nuestro amigo Salvador, el peregrino murciano, ya nos anticipó telefónicamente la identidad de la persona responsable del albergue, que además gestiona un “moderno” y “coqueto” establecimiento de alimentación situado en las inmediaciones del albergue, por lo que nos encaminamos directamente al establecimiento en el que fuimos atendidos por Isabel.

Después de quedar instalados en el albergue, compuesto de una habitación con varias literas y otra habitación en la que se comparte la sala de estar con la cocina, decidimos dar una vuelta por las distintas calles de la población con un censo algo superior al centenar de habitantes.

Su principal actividad es la ganadería productora de leche, contando con una industria de transformación de leche de oveja en postres tradicionales (cuajada, yogur, queso fresco, etc.). La singularidad de esta población reside en el aumento progresivo en el censo desde los años 90, y además de la población joven, ha conseguido no solo bajar el envejecimiento medio de la localidad, si no tener el record de ser el pueblo de España con el mayor porcentaje de población infantil. ¡Todo un logro y ejemplo para la España despoblada!

Son conocidos sus carnavales que se celebran anualmente el domingo, lunes y martes anteriores al miércoles de ceniza, considerándose el marte como el día grande.

Desde el exterior podemos contemplar el edificio de su Iglesia Parroquial de Santa Cruz construida en el siglo XVIII, cuyo acceso principal se encuentra por un lateral.







En la arquitectura urbana, podemos contemplar algunas casonas de espectacular construcción como la correspondiente a unas personas conocidas de Manolo.







La tarde termina de discurrir tranquila, visitando antes del anochecer la tienda “moderna” donde pudimos surtirnos de lo necesario para desayunar, ya que el albergue dispone de menaje y podríamos hacerlo antes de partir por la mañana.

Dispuestos a terminar el día nos encaminamos a La Posada donde efectivamente se estaba preparando una gran celebración local, no obstante, tuvieron a amabilidad de reservarnos mesa en una sala independiente del salón del bar, donde junto a otra mesa de seis comensales pudimos disfrutar del fabuloso menú que nos ofrecieron.

Comenzamos con una sensacional crema de verduras, para continuar con una paletilla de cordero lechal con una salsa espectacular capaz de contentar los paladares más exigentes, todo ello regado con sidra natural.







Para los postres, nada mejor que uno de los productos de la tierra, una cuajada ahumada singularmente preparada en el local, introduciendo durante su elaboración unas piedras calentadas que producen un singular sabor ahumado. Nos despedimos con unas infusiones y un buen orujo blanco, agradeciendo la atención y amabilidad por atendernos a sus propietarios, todo un detalle a pesar del gran acontecimiento que tenían programado.

De regreso al albergue, pudimos comprobar como continuábamos siendo los únicos peregrinos, así que después de comprobar la imposibilidad de utilizar la lavadora por una avería en su cierre, decidimos retirarnos a descansar.



Mi sugerencia: Etapa excepcional de enorme interés paisajístico. Evitarla en caso de lluvia, niebla o nieve.

Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Almandoz:
-Posada Palacio Beola
    Localización: Calle Mayor, 13
    En el centro de la población
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 948 58 53 00 / (+34) 686 15 29 17



Venta de San Blas:
-Hostal Venta de San Blas
    Localización: Carretera NA-2110 PK. 8
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 626 19 84 55 / (+34) 948 58 50 16



Lantz:
-Albergue de Peregrinos de Lantz
    Localización: Calle de San José, 12
    En el centro de la población
    Propiedad: Municipal; Gestión: Asociación de Amigos del Camino de Urdax - Baztán
    Tel.: (+34) 696 651 058
    Inaugurado en 2015

- Hotel Rural Iribarnia
    Localización: Calle San José, 2
    Dentro de la población
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 948 30 71 69 / (+34) 649 39 55 41