CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 1º: Almería - Rioja: 15,43 Km





Son las 06:40 cuando inicio la jornada, todavía es de noche. Sin embargo, para mi hermana también ha comenzado la su jornada, por lo que después de desayunar y nos encaminamos hacia nuestros respectivos objetivos, ella su trabajo y yo el inicio de la etapa.

Nos hacemos mutua compañía hasta llegar a la Avenida de Federico García Lorca, lugar en el que nos despedimos. Por mi parte continúo ascendiendo por esta avenida, cuyo subsuelo acoge el cauce de la primitiva Rambla de Almería que dividía físicamente la ciudad en dos partes.

Realmente esta antigua Rambla de Almería estaba conformada por tres, la del Obispo, la de Belén y la de Amatisteros, si bien en la mayoría de los planos y descripciones aparece como la Rambla del Obispo. Con el término Rambla, se intenta definir en la zona oriental de Andalucía y sobre todo en Almería, a un torrente, es decir, cauce con caudal temporal u ocasional debido a las lluvias.

Estas grandes riadas de agua ocasionales provocaban enormes inundaciones y catástrofes, como la sucedida el 11 de septiembre de 1891.

La ejecución de las obras hidráulicas que supusieron la construcción de ocho presas en la cabecera de las cuencas para evitar grandes avenidas de agua, se realizaron durante los años 1990 a 1992.

En cuanto a las obras de embovedado de la parte urbana se ejecutaron en varias fases durante el periodo comprendido entre los años 1994 y 2000, cambiando totalmente la fisonomía urbana de Almería.

Prosigo caminando, en continuo ascenso ahora por la Rambla de Amatisteros, también embovedada y cuya imagen actual es la de gran paseo con unas amplias zonas centrales peatonales.





Al llegar minutos después a una glorieta en la que se da la intersección del final de esta Rambla de Amatisteros con la antigua carretera de Granada, encuentro en el suelo la “marca“ del Camino Mozárabe que confirma mi buena dirección e incorporación al recorrido “oficial” procedente de la Plaza de la Catedral.





Nada más bordear la rotonda por la izquierda, se continúa caminando junto al carril bici por el trazado de la antigua carretera N-340a, hoy convertida en vía urbana. Aquí ya podemos contemplar la existencia de un “mojón” de señalización del Camino.







Solo 550 metros después llegamos a otra rotonda, en este caso con una singular decoración, que también bordearemos por la izquierda para continuar en la misma dirección noreste que llevamos.







Proseguimos por vía urbana, por la ahora denominada Carretera Huércal de Almería, bordeando el antiguo estadio de fútbol de Almería, hoy dedicado a la práctica del rugby.







Continuando en esta misma dirección, dejando el estadio a nuestra izquierda, sobrepasamos dos nuevas e inmediatas rotondas que distribuyen los accesos al Hospital Universitario Torrecárdenas, gran complejo hospitalario inaugurado en 1983 que cuenta con varios miles de profesionales dedicados a la sanidad pública.





Desde que se inicia la etapa, todo ha sido un progresivo ascenso hasta llegar a la altura de este complejo hospitalario, momento en que se inicia el descenso hacia la población de Huércal de Almería cuyas edificaciones ya se pueden observar en el horizonte.





Durante el descenso se transita por una zona industrial hasta adentrarnos en la población de Huércal de Almería, en cuya entrada puedo observar la existencia de varios bares que ya a estas horas tienen su clientela desayunando, pero decido continuar caminando.

Después de 1,1 Km desde que pasé por los accesos al hospital Torrecárdenas, llego a una rotonda en la que debo decidir si continúo por carretera o me atengo al trazado del Camino, tomando a la derecha de acuerdo con la señalización.





El motivo de optar por la carretera sería en el caso de esté lloviendo o hubiese llovido muy recientemente, ya que en el Camino oficial discurre caminando por una rambla, siendo peligrosísimo si trae agua con motivo de la lluvia o tener mucho barro. Así me lo aconsejó ayer Nely durante la entrevista que tuvimos en Almería.

Como la situación climatológica hoy es bastante estable y hace un par de días que no ha llovido, no dudo lo más mínimo en continuar por el Camino oficial, así que tomo a la derecha siguiendo las indicaciones y señales del Camino como el mojón aquí existente.





Durante el recorrido por esta vía urbana denominada Carretera de Almería en dirección noreste, después de 550, ahora discurriendo por la barriada El Cercado, dejo a mi izquierda unos agradables jardines y zona polideportiva.







Prosigo por esta carretera de Almería otros 280 metros, momento en el que la señalización indica el desvío a la izquierda, abandonando esta carretera justo antes de que se iniciase el descenso para entrar en un subterráneo que permitiría salvar la vía del tren.







Ahora ascendemos en dirección a la barriada de Las Zorreras y al llegar al cartel indicador de la citada barriada, tomamos a la derecha de acuerdo con la señalización, abandonando el ascenso.







Apenas 80 metros a través d esta calle sin salida, nos veremos obligados a descender por la derecha, salvando así a través de un paso subterráneo el trayecto de las vías del ferrocarril.





A la salida del túnel y ya en la otra vertiente de las vías, caminamos en dirección norte paralelamente a las vías, adentrándonos en la zona más antigua de este núcleo urbano de Huércal de Almería.

Avanzando por la calle Real llegamos a las puertas de la Iglesia de Santa María, en estas fechas rodeada por la valla de las obras que se están realizando en la vía pública.





La estructura de este templo de tres naves se corresponde con diferentes épocas, perteneciendo su nave central a la primitiva iglesia mudéjar, mientras que las naves laterales y la capilla mayor corresponden a la época barroca.

La entrada existente en la fachada principal, está formada por un arco de medio punto moldurado, con decoración vegetal, el cual descansa sobre pilares.





Prácticamente frente a este edificio eclesiástico, en esta Plaza de la Constitución, podemos observar la presencia de otra bonita fachada que corresponde al denominado Palacio de las Boleas, sede actual de la biblioteca municipal.





La portada de cantería, reubicada en este edificio procedente del original Palacio de Boleas, se encuentra organizada en dos cuerpos bien diferenciados. En el primero, la puerta se encuentra enmarcada por pilastras de fuste y capitel liso sobre la que descansa un entablamento con triglifos, ornamentos con bandas verticales en relieve, laterales y uno central doble, alternados con metopas con los emblemas de Jesús y María.

La cornisa del entablamento da paso al segundo cuerpo, formado por un desproporcionado frontón curvo moldurado donde se aloja el escudo del obispo Molina y Rocha, a instancias del cual se construyó el Palacio de Boleas. Sobre el escudo se encuentra la corona que simboliza el Marquesado de Ureña, título que también ostentaba.

El palacio al que perteneció esta portada, se construyó en el siglo XVIII por mandato del obispo Molina y Rocha. Decorado con gran lujo y con llamativos jardines, constituía el edificio señorial de esta Hacienda de Boleas, de grandes dimensiones, donde se ubicaban las fuentes de Redonda y Larga de Alhadra.

Después de pasar por diversos propietarios, tras su derribo en los años 80 del pasado siglo, el ayuntamiento de Huércal de Almería traslada esta portada a su actual emplazamiento. En el lugar en que se ubicaba el palacio (en el camino de Alhadra, junto a la vía férrea) no es más que una triste escombrera, junto a la que se conserva un apreciable conjunto de eucaliptos y un soberbio ficus como recuerdo de aquellos jardines.

Puesto que este edificio está abierto y posee el símbolo del Camino, accedo al mismo donde soy amablemente atendido y procedo a sellar la credencial.

Prosigo caminando, a través de la calle del Pueblo, paralelamente a la vía férrea, durante 240 metros, al cabo de los cuales esta vía pasa a denominarse Camino Real. En este punto observo un indicador que informa de la existencia de un mirador, denominado Cerro del Calvario.







Aunque está fuera del trazado del Camino, decido aproximarme a su ubicación, pero después de callejear un poco, compruebo que se encuentra algo alejado y no presentaba desde la lejanía ningún aspecto significativo, salvo una dura subida hasta el mismo, por lo que decido retornar sobre mis pasos para proseguir por la ruta del Camino.







Sigo las indicaciones de las flechas amarillas que continúan por este Camino Real, alejándome poco a poco del núcleo urbano en dirección norte, caminando entre huertos y hortalizas durante 600 metros







Hasta llegar al paso subterráneo que nos permite salvar la autovía A-7, cuyas paredes están “profusamente” decoradas.





Algunos de sus dibujos destacan por su artísticas formas y variedad de colores, tanto la del frontal izquierdo de acceso al túnel





Como la existente en el lateral derecho del interior del túnel.





Nada más sobrepasar el cruce de esta autovía y solo 270 metros después, descendemos por pista de tierra hacia el cauce de la Rambla del río Andarax.





Nada más entrar en el cauce de la rambla, el espectáculo que se abre ante mis ojos es impresionante, su amplitud es sobrecogedora con solo pensar el volumen de agua que puede soportar durante una tormenta.

Comprendo plenamente la sugerencia de Nely de que utilizase la carretera en lugar de la rambla en caso de lluvia. Dadas las recientes lluvias caídas, me limito a caminar por las rodadas que el paso de vehículos ha dejado, evitando así embarrarme.







A mis espaldas, hacia el sur, la visión da en cierta forma la medida de la amplitud del cauce, con el paso de la autovía A-7 y monumental tramo elevado que permite salvarlo.







El suelo está húmedo, pues apenas hace un par de días que una gran tormenta recorrió estos lugares, así que con precaución y siguiendo la permanente información de flechas amarillas, prosigo caminando en dirección norte.







Una prueba de la devastación que provocaban estas tormentas cuando aún no se encontraba delimitado y protegido su cauce, es la presencia de estos espigones, posible punto de soporte de algún antiguo puente.





Por suerte, la salida del cauce del Andarax está próxima, ya que apenas 750 metros después de haberme incorporado al mismo, la señalización de las flechas me indica el desvío a la derecha.





Pero mi satisfacción dura poco, porque ahora debo continuar por otro cauce gregario del Andarax, rambla Carrillo, más estrecho y encajonado que el anterior, con paredes que hacen difícil el salir de él, salvo en las zonas previstas de acceso y evacuación.





Han sido 450 metros por este nuevo cauce cuando llego a la altura de la carretera AL-3117 que salvo discurriendo bajo el puente que la soporta. La sensación de agobio se incrementa, si bien el cielo al menos no amenaza con tormentas de manera seria, a pesar de las nubes que hacen acto de presencia.





Por suerte, solo 350 metros después de este puente, las magníficas señales amarillas me alegran la vista con el desvío a la izquierda que me anuncia, por ahora, la salida de la rambla Carrillo.







Efectivamente, me recibe una pista asfaltada denominada Camino de Enmedio que me conduce hasta el cercano pueblo de Pechina, accediendo a través de pequeñas parcelas agrícolas y algunas edificaciones, que paulatinamente se van incrementando y que me llevan hasta la puerta de su Ayuntamiento después de 1,4 Km, situado en pleno centro urbano.







Son las 10:30 horas, así que después de sellar la Credencial en el propio Ayuntamiento, creo que es el momento apropiado de hacer un desayuno, así que después de informarme de las posibles opciones, me encamino al único bar disponible a estas horas, se trata de la cafetería bar Azahar, por cuya puerta había pasado cuando me dirigía a la plaza del Ayuntamiento.







Bar pequeño, pero coqueto y bien provisionado, además como disponía de unas mesitas altas en la puerta, evito acceder al interior, quiero ser cuidadoso con la pandemia y evitar en lo posible espacios cerrados.

Todo un acierto, aquí disfruté de un excelente montado de jamón y una refrescante cerveza, a un precio más que razonable: 2 €.





Finalizado el suculento desayuno, me dirijo a las inmediaciones, donde se encuentra la Iglesia Apostólica de San Indalecio.





Iglesia reconocida como Sede Episcopal en Roma por los Apóstoles a principios del siglo IV. El Obispo Antonio de Pechina asistió al Concilio de Elvira (Granada).

Durante la época visigoda sus obispos asistieron a los Concilios de Toledo y, en la alta Edad Media, ya bajo la dominación musulmana se conservó la sede Episcopal hasta el último tercio del siglo XI.

Según las actas del notario Real de 1573, ya existía la actual iglesia desde la época de los Reyes Católicos.





Regreso al centro urbano para retornar a la ruta del Camino partiendo de la plaza de la Villa, a la derecha del Ayuntamiento por la calle Doctor Morcillo, continuando por las calles Colón, Bailén y calle Río, hasta desembocar, ya prácticamente fuera del núcleo urbano, en la vía Camino Alto.





Al final del Camino Alto llegamos hasta la rambla de San Indalecio, girando a la izquierda para proseguir de acuerdo con las flechas amarillas, al pasar la rambla, por esta carretera asfaltada.







Una vez traspasada la rambla, solo 450 metros después, cruzaremos perpendicularmente ahora la carretera AL-3100, para continuar por la denominada carretera de Pechina, según el mojón señalizador.







Otros 350 metros en dirección norte, cruzando una pista de tierra, para continuar por la amplia abertura de un antiguo paredón tal y como marcan las flechas amarillas.







Después de un breve descenso de solo 180 metros, al cabo de los cuales tomamos una pequeña senda que sale a la izquierda, perfectamente marcada con una flecha amarilla sobre una piedra.





Esta senda desemboca en la carretera AL-3117 que hemos de cruzar perpendicularmente para proseguir por la nueva seña señalizada con mojón y jalonada con una bonita fila de palmeras.





Sin embargo, este bonito paseo es solo la antesala de lo inesperado, ya que apenas 50 metros después me conduce en el cauce del río Andarax.





La amplitud de su cauce y la altura insalvable de los muros que lo bordean, me inspira cierta desconfianza y desasosiego. No obstante 600 metros después, observo una primera salida, aunque la flecha amarilla indica proseguir por el cauce, por lo que atiendo la señal y continúo.





En la lejanía, después del fabuloso puente de Rioja que salva el cauce del Andarax, proyectado definitivamente en 1873 e invirtiéndose tres años en su construcción, se aprecian las edificaciones de la población de Rioja, así como la esbelta imagen del negro toro de Osborne coronando un promontorio.







La visión de la población y el agobio que siento de encontrarme “encajonada” en el cauce de este río, me hace abandonar definitivamente el mismo en la salida existente 300 metros después, a pesar de que la señalización me indica que no es la salida apropiada, sin embargo por la cartografía de que dispongo me presenta una posible opción para abandonar esta rambla.







Efectivamente, apenas 100 metros después desemboco en el asfalto de la carretera AL-3117, donde tomo a la izquierda en dirección noroeste. Sin embargo, mi recomendación a futuros peregrinos, es continuar otros 800 metros por la rambla del Andarax, pasar bajo el puente y entrar en la población de Rioja en la salida existente, siempre y cuando no esté lloviendo o exista alguna previsión de lluvia.

Al salir a la carretera AL-3317, se puede caminar por el arcén con precaución durante 800 metros, pero los siguientes 500 metros son realmente peligrosos debido a la carencia de arcén en ambos lados de la carretera, bordeada por un lado por la salida del puente con un inmenso muro, prácticamente hasta llegar a Rioja.

No obstante, también existe la posibilidad de penetrar a través del arco abierto en este trayecto, justo a la salida del puente, que nos permitiría caminar en paralelo al cauce del Andarax hasta llegar a la salid de la procedente de este cauce y que nos lleva a la cercana Rioja.







Sin embargo, en mi caso, desconociendo esta otra opción, continué por este peligroso trayecto hasta llegar a la población de Rioja sufriendo esos últimos 500 metros de carretera, convirtiéndose en un verdadero martirio debido a la presencia de vehículos y la carencia de arcenes.

Es pasado el mediodía cuando entro en la población de Rioja, cuyo Ayuntamiento se encuentra a la misma entrada, por lo que aprovecho para sellar la Credencial e informarme de las peculiaridades de la población y de la proximidad del Albergue de peregrinos.





La señalización del albergue es perfecta, tomando la calle ascendente ante la fachada principal del Ayuntamiento, 270 metros después me encuentro ante la puerta del complejo deportivo en el que se encuentran las instalaciones del Albergue de Peregrinos El Mozárabe.





Este amplio Complejo Deportivo dispone de un bonito parque, pistas de tenis, campos de balonmano y baloncesto, así como una excelente piscina con bar, sobre todo para la época veraniega, pues en esta ocasión, finales de octubre, la piscina y bar están cerrados. Sin embargo, el albergue está disponible para los peregrinos, característica especialmente importante.





Informo a Nely de mi decisión de pernoctar en Rioja, por lo que me facilita el acceso al Albergue que en esta ocasión es no atendido, carece de hospitalero, pero ello no me supone ningún problema, porque está perfectamente equipado y además seré el único peregrino.





El albergue dispone de dos habitaciones con varias literas con un total de diez plazas, por lo que tengo libertad para poder elegir cualquiera, así que me acomodo en una de ellas abajo.







Junto a las salas de literas está el aseo. Además, dispone de una cómoda sala de estar junto a la cual hay microondas y frigorífico. Más que suficiente.







Una vez acomodado y aseado, espero la llegada de mi cuñado Albert, pues parece increíble, después de toda una mañana caminando solo estoy a 20´ en coche de Almería capital, por lo que Albert ha decidido acompañarme en la comida.

La inicialmente prevista compañía de mi amiga y peregrina Mercedes (finalmente, al parecer, motivos laborales la han impedido disfrutar de este desconocido Camino) la veo compensada con la presencia familiar dada la proximidad de sus domicilios.

Me sorprende Albert con un sencillo y único establecimiento abierto en el que se puede disfrutar de una amplia variedad de pescados, pues a mí ya se me había olvidado que prácticamente estoy en la costa almeriense. Pero desde luego la comida no dejaba lugar a dudas.







Después de una agradable sobremesa, Albert retorna a Almería y yo regreso a descansar un rato al albergue.

Ya atardecido, decido salir a dar un paseo por las tranquilas y solitarias calles de esta pequeña población, con un total aproximado de 1400 habitantes distribuidos en diversos puntos del municipio. Su principal actividad económica es la agricultura y algo de industria, dada la proximidad a la capital de la provincia.

Me encamino hacia la zona en que se encuentra su Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, que data del siglo XVII, ya ha anochecido y lógicamente se encuentra cerrada, por lo que solo puedo contemplar su exterior.





En las proximidades de la Iglesia hay un bonito parque que acoge entre sus instalaciones un coqueto escenario para múltiples actividades.





Ya ha entrado la noche, después de callejear algo más por el pueblo y dar una vuelta por el albergue, me decido por regresar al “punto de avituallamiento” del medio día y tomar algunas tapas y unas cervezas que me sirvan de cena. Lógicamente degusté nuevamente productos del mar, tales como una tapa de gambas a la plancha





Y una buena tapa de atún a la plancha, toda una delicia cocinada en la inmensa parrilla existente en la propia barra del bar, en la se cocina cualquiera de los productos marineros y algún cárnico que se exponen en una bien poblada vitrina.





Después de este feliz encuentro gastronómico creo que ha llegado el momento de regresar definitivamente a “mi” Albergue Municipal El Mozárabe, donde después de revisar la posible ruta de mañana, me retiro a descansar.

Mi sugerencia: Etapa corta pero agradable para adaptarse al Camino en el primer día



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Rioja:
-Albergue de Peregrinos El Mozárabe
    Localización: Complejo Deportivo Rambla Campana
    Propiedad: Municipal; Gestión: Municipal y Asociación Jacobea de Almería - Granada
    Tel. Asociación Jacobea: (+34) 619 86 01 98 (Nely) / (+34) 622 29 34 13
    Inaugurado: 16 de abril de 2016

-Casa Rural Angustias
    Localización: Calle Federíco García Lorca, 18
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 626 27 79 16
    Atención Especial para Peregrinos