CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 7º: Alquife - Guadix: 22,59 Km





Todavía es de noche cuando después de asearme accedo a la sala comunitaria para desayunar, encargándose Lacho de preparar café, leche y alguna bollería, ofreciéndome al final la degustación de unas cerezas excelentes cerezas en aguardiente.

Después del desayuno, agradeciendo a Lacho su acogida, me despido e inicio la etapa cuando van a ser las 07:15 horas de una muy fría mañana.

Desciendo de la colina por la calle Fuente Santa, con las primeras luces del día, en dirección al centro del núcleo urbano.





Prosigo hasta llegar a la Plaza del Charco, donde ahora, por la calle Real abandono definitivamente las últimas edificaciones del área urbana, encontrándome frontalmente con la enorme “lengua” del sedimento extraído de las minas.





En el horizonte destaca la imagen de Sierra Nevada a la salida del sol con su cima blanqueada por la nieve.







Durante 850 metros por esta pista, bordeando los sedimentos de la mina, comenzamos a separarnos de los mismo al llegar a un cruce señalizado en el que proseguiremos en dirección noroeste.







Solo 550 metros después, cruzaremos el amplio cauce de la rambla de Lanteira, manteniendo la dirección de acuerdo con la señalización del mojón del Camino, con la visión en el horizonte de la cercana población de Jerez del Marquesado.







Sin embargo, instantes después podemos comprobar como la igualdad de nivel que ofrece el horizonte, se rompe con el descenso que provoca la orografía del lugar motivada por los distintos cauces de ríos y arroyos que discurren por el fondo del valle, conformando en su unificación el río Guadix.





Llegados al fondo del valle, en primer lugar, cruzamos el cauce unificado de los barrancos de los ríos Launera y del Pueblo, no presentando problemas para vadearlo, dado su poco caudal en estos momentos.





Proseguimos avanzando por el valle, de acuerdo con la señalización, dejando notar a estas tempranas horas la escarcha provocada por la baja temperatura de la pasada noche que, aún se deja notar.





Solo 300 metros después del último cauce salvado, nos encontramos con el correspondiente al Arroyo de Jérez. En esta ocasión un oportuno puente construido como paso peatonal, nos permite salvarlo sin el más mínimo problema, pues supongo que, en determinadas épocas del año, su caudal se incrementará de manera notable. Gracias a los autores y promotores por la facilidad que esta construcción supone para los peregrinos.





En esta profundidad del valle, la frialdad climática se hace mucho más notable y al paso del puente así lo muestra la vegetación que bordea el cauce del arroyo, con el blanco manto de la escarcha.





Comenzamos a abandonar el valle, iniciando el ascenso a través de una pista que se abre ante nosotros con una respetable pendiente, pero la parte positiva es que este ascenso me ayudará a entrar en calor, dejando atrás la zona de umbría.







La vista panorámica que ofrece la naturaleza durante el ascenso en esta temprana hora, conforma con el horizonte un variado tapiz de colores.







Prosigo el ascenso por esta amplia pista, con alguna piedra suelta, debiendo tener cierta precaución al caminar para evitar incomodos resbalones.





Han sido 900 metros de ascenso hasta llegar a las primeras cortijadas, escalonadas por la ladera, de la ya inmediata población de Jérez del Marquesado.





La proximidad de la zona urbana y las maravillosas vistas que el lugar ofrece, siempre con el telón de fondo de Sierra Nevada, me animan a realizar un breve descanso, aunque sin despojarme de la mochila.





Prosigo ascendiendo de acuerdo con las indicaciones oficiales del Camino, tal y como la presentada en la fachada de un edificio, ya en plena área urbana.





Un primer plano de la torre de su iglesia destaca sobre el fondo, con la inmensidad de las estribaciones de Sierra Nevada, dejando vislumbrar tras la primera elevación las cimas más altas de esta sierra.







La decoración urbana en la que los vecinos utilizan los medios suministrados por la naturaleza, incluso para un sencillo y original macetero.







Ahora llaneando por sus calles, una vez salvada la pendiente de ascenso, continúo adentrándome en el núcleo urbano en dirección al centro de la población por la calle La Calahorra, dando la sensación figurada de que el final de la calle está “taponada” por la nieve y las estribaciones de la sierra.







Casi inmediatamente llego ante la fachada de su Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Anunciación.

Esta edificación conserva su pleno carácter mudéjar, aunque con añadidos de estilo barroco dignos de interés. Fue construida entre 1540 y 1550, por el experimentado albañil Francisco Centeno y el carpintero Miguel Ruiz, siguiendo el modelo de las iglesias de Santa Ana y Santiago de Guadix. La torre fue modificada años más tarde, rematándose con un chapitel de pizarra y una espadaña de hierro.





La portada lateral es del estilo renacentista y en el friso se lee su fecha: ANNO DNI. 1541 DIE 6º DECENBRIS. Los escudos corresponden al obispo Antonio del Águila. La portada de los pies, por el contrario, es de tradición mudéjar, de ladrillo formando una elegante arquivolta.





Por suerte el templo está abierto, pudiendo acceder a su interior. Obra de especial interés es la capilla barroca ubicada a la izquierda, añadida en la primera mitad del siglo XVIII, con bellos adornos en yeso y elegante policromía acogiendo escudos de órdenes religiosas y hermandades, junto con ángeles músicos y virtudes.

Igualmente, barroca es la parte superior del retablo mayor y se está completando el resto, siguiendo el estilo de lo anterior. Preside el camarín la patrona de Jérez, la Virgen de la Purificación, conocida popularmente con el nombre de “la Tizná”, por su intervención milagrosa durante la caída de un rayo en 1653.





Al igual que la torre y las capillas, el coro se finalizó y/o modificó en años posteriores a la construcción del edificio.







Después de esta amplia visita, intento sellar la credencial, pero compruebo que el párroco se encuentra reunido con un grupo de personas en una sala anexa de la iglesia, por lo que decido continuar.

Prosigo por la calle Alcázar, en la que me llama la atención la edificación de una torre coronada por una estatua. Parece ser que esta torre que aún se conserva, es una de las pertenecientes al antiguo castillo árabe.







Me encamino ahora hasta la plaza del Molino, lugar en que se encuentra emplazado el edificio del Ayuntamiento, al que no puedo acceder por encontrarse cerrado.







Esta población, situada en el Marquesado del Zenete, una de las altiplanicies más elevadas de la península ibérica, con una altitud media superior a los mil metros, con un pasado mayoritariamente árabe y una población actual de 968 habitantes (año 2019).

En esta plaza en la que se ubica el edificio del Ayuntamiento, existe una pequeña tienda de alimentación, lo que me permite proveerme de algún alimento y agua para continuar la etapa. Así que prosigo callejeando para salir de la población ahora en dirección norte, cambiando la orientación que hasta ahora había mantenido, llegando a la calle Carretera para continuar por la calle Del Zacote (en la esquina hay un pequeño bar), dejando definitivamente atrás las últimas edificaciones urbanas y la pista pavimentada.

Casi inmediatamente, apenas he recorrido 300 metros desde que abandoné el núcleo urbano, cuando me encuentro con el cauce del pequeño arroyo Bernal que en esta época carece de caudal que impida el paso.





Prosigo avanzando través de una cómoda pista de tierra repleta de vegetación en dirección norte.





Al cabo de 850 metros desde que abandoné la población, encuentro otro arroyuelo que debo salvar, se trata del Brazal del Rincón. En esta ocasión debo agradecer la existencia de una pasarela, construida con grandes lamas de piedra en la zona de la izquierda, que me permite salvar el cauce, evitándome un “refrescón” innecesario.





La soledad del Camino sigue siendo verdaderamente notable, desde Abla no he vuelto a coincidir con peregrino alguno, así que no me extraña la expresión de sorpresa de un caballo al observar ante mi presencia.





Continuando el Camino con las indicaciones de flechas amarillas situadas tanto en el mojón, como sobre cualquier superficie que se preste a ello, me indica un desvío a la izquierda.







Apenas 300 metros después del último arroyuelo, bordeo el perímetro del recinto en el que se pueden apreciar aún los restos de las antiguas minas de Santa Constanza.







Las explotaciones mineras de Santa Constanza, son también conocidas con otras denominaciones a lo largo del tiempo, tales como Las Tres Acciones, La Jerezana o Mina 10.

Su explotación industrializada se inicia el año 1845, cesando la misma en 1955, después de haberse extraído cobre casi durante un siglo y haber sido una de las minas más importantes de este mineral en toda la Península.

Como dato curioso, indicar que de estas minas se extrajo el cobre necesario para fabricar en Córdoba, tras la guerra civil española, las primeras pesetas de cobre y níquel, conocidas como “rubias”, sustituyendo a las de plata y a las de papel.







Tras rodear el perímetro minero en suave ascenso, abandonamos la pista para caminar ahora a través de una senda que inicialmente bordea una zona de pinares que se extiende hasta la cima de la colina, de acuerdo con la señalización del mojón del Camino.





Sin embargo, solo 200 metros después, la senda se adentra en la zona de pinares discurriendo por la vaguada existente entre las dos lomas hasta coronar la cima.





La visión de la otra vertiente es espectacular, con la balsa del denominado pantano de Cogollos de Guadix al inicio de la planicie.





Desciendo hasta las instalaciones recreativas existentes en el perímetro de la citada balsa por la senda que discurre entre los pinos.

Cuando van a ser las 10:45 horas, aprovecho el lugar para hacer un breve descanso y prescindir de la mochila durante el mismo.





La panorámica que se aprecia desde el lugar, hace que la vista se pierda en el horizonte ante la inmensa llanura que presentan esta extensa vega, en la que se ubica la cercana población de Cogollos de Guadix.







Después del descanso y bordear la balsa, continúo por la amplia pista en dirección noroeste durante apenas 250 metros, al cabo de los cuales, la existencia de un mojón del Camino, me indica un desvío hacia la derecha por otra pista ahora de tierra y mucho más estrecha en dirección noreste.







Después de otro breve recorrido, ahora de 1 Km, llegamos a un nuevo cruce de pistas, donde en esta ocasión tomaremos a la derecha, para proseguir ahora por una pista asfaltada.

Existe un mojón del Camino que se encontraba medio tumbado y que intento colocar vertical. Hay que proseguir por la pista que desciende a la derecha teniendo como guía de orientación la imagen de la ya no muy lejana torre de la iglesia de la cercana población.







Continúo caminando por esta pista en dirección a la torre de su iglesia durante 750 metros, encontrando en el trayecto a un paisano ocupándose de las tareas del campo, ante quien me intereso por algún lugar de la población donde desayunar apropiadamente.

Son las 11 horas pasadas cuando ya puedo contemplar de cerca la imagen de la torre de la iglesia de Cogollos de Guadix, faro y señal de identidad de la población, inspirada en la catedral de Guadix. Creo llegado el momento de efectuar un breve descanso.





Observo la imagen del edificio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, que ofrece un claro ejemplo del enriquecimiento que, con el paso del tiempo, experimentan los inicialmente modestos templos rurales, siendo por ejemplo la segunda mitad del siglo XVIII el periodo en el que se construye su elevada torre, uno de los elementos más notables del templo.





Hoy la suerte me acompaña y también encuentro abierto el acceso al templo, por lo que no desaprovecho la oportunidad.

Las cubiertas son un bonito artesonado de madera con buenas armaduras mudéjares decoradas con sencilla lacería en los paños centrales, siendo su nave lateral producto de una ampliación posterior separada por grandes columnas de ladrillo y arcos de medio punto.





El retablo mayor, de abigarrado barroquismo, es obra caprichosa y fantástica del siglo XVIII, adornada por un sinfín de angelitos que juguetean por sus estípites (pilastra en forma de pirámide truncada e invertida), cornisas y molduras.

Su tabernáculo alberga la venerada imagen de la Virgen de la Cabeza, cuya fiesta se celebra a finales de abril. Hay también una valiente escultura de San Miguel y en una repisa lateral se encuentra San Agustín, patrono de la localidad.







Doy por finalizada la visita, comprobando a la salida del templo que, en la misma plaza, se encuentra el bar Los Mellizos, donde aprovecho para disfrutar relajadamente en unas de las mesas de su terraza, de un par de cervezas junto a deliciosas tapas.







Pero no queda más remedio que proseguir la etapa, así que, con la sed y apetito calmados, reinicio la marcha, todavía quedan Km.

Bordeo la iglesia por su lado izquierdo para proseguir en dirección norte por la calle Aire y justamente después de 210 metros, momento en que finaliza el área urbana, puede existir alguna duda en la interpretación de la dirección a seguir, por lo que se ha de estar atento y abandonar la carretera para tomar a la derecha por una pista que bordea una amplia nave, prosiguiendo por esa pista de tierra durante 600 metros hasta llegar hasta el pequeño edificio de una ermita.

En este punto continuamos recto, (la mini ermita queda a nuestra derecha), bordeando las alambradas de unas amplias instalaciones, sobresaltándome los ladridos de tres grandes perros que me acompañan amenazantes durante todo el trayecto que comparte la pista con la alambrada de la propiedad. Por suerte la valla está perfectamente instalada sin ningún punto de rotura que permita la salida de estos furiosos animales.







Solo 300 metros después, hay que tomar el desvío de la izquierda continuando esta pista de tierra que después de otros 150 metros desemboca ahora en una carretera asfaltada.

En esta amplia carretera tomaremos a la izquierda en dirección oeste y después de 450 metros en que se u trazado describe una amplia S, la abandonamos definitivamente para tomar el desvío señalizado a la derecha, ahora a través de una pista de tierra en dirección norte.

Avanzando por esta amplia pista de tierra, solo 300 metros después pasaremos junto a las alambradas que delimitan el perímetro de las instalaciones de una granja dedicada a la cría de perdiz roja.

Una vez sobrepasada esta granja avícola, la pista prosigue durante 900 metros sin variar la dirección norte, hasta llegar a un cruce de caminos coincidente con una gran balsa de agua para el riego de la amplia superficie agrícola de olivos que se abre ante nuestros ojos.

En este punto, de acuerdo con la señalización tomaremos a la izquierda en dirección noroeste por la denominada Cañada Real del Camino de los Aceiteros.





Sin embargo, la estancia en esta cañada será breve, apenas 600 metros durante los que gran parte de ellos bordeamos una gran explotación agrícola, con una impresionante infraestructura de entoldados que garantizan la estabilidad de temperatura para producciones agrícolas intensivas.





Después de estos 600 metros, un nuevo cambio de dirección, ahora a la derecha hacia el noreste, continuando por una pista de tierra que discurre junto a la denominada Acequia del Calamar.





Sin embargo, después de transitar durante 1,5 Km entre campos de labranza y olivares, llegaremos a un nuevo cruce en el que ahora tomaremos a la derecha, en dirección este, de acuerdo con la señalización del Camino.





Aquí abandonamos la Acequia del Calamar e iniciamos el descenso por una pista de tierra durante 450 metros, con la imagen frontal de una gran superficie de pequeños olivos.





Al cabo de estos 450 metros desembocamos en la denominada Rambla del Mojón del Rincón, punto el que tomaremos a la izquierda en sentido descendente dirección norte, aunque por suerte su cauce se encuentra seco y sin perspectivas de lluvias inmediatas que desaconsejen su uso.







Durante el solitario recorrido a través de esta rambla, ya puedo contemplar en sus alrededores las peculiares cuevas de estas tierras arcillosas, tan particulares que, permiten su excavación y construcción de verdaderas mansiones soterradas.







El trayecto por la Rambla del Mojón del Rincón se mantiene durante 3,8 Km en un escenario solitario y de escasa vegetación, propio de zonas desérticas y secas, aunque con la permanente compañía de la señalización amarilla del Camino.







Después de 50 minutos para recorrer los 3,8 Km descendentes de esta rambla, la señalización de un mojón y flecha amarilla indica la desviación a la derecha para tomar una pista ya asfaltada, abandonando definitivamente el cauce de la rambla.





Comienzo un suave ascenso por esta pista asfaltada pudiendo apreciar las primeras edificaciones entre y dentro de este singular paisaje.





Después de 350 metros de ascenso, corono la cima de esta pequeña colina con la espectacular panorámica de las primeras imágenes de la ciudad de Guadix con la torre de su catedral, enmarcada entre los dos grandes taludes entre los que discurre esta pista asfaltada.







La singular imagen de estas tierras de arcilla con muy altos niveles de impermeabilidad y de fácil excavación, han permitido la construcción de edificaciones tipo “troglodita”, utilizando las elevadas laderas de las cárcavas para excavar cuevas que han servido de vivienda.







El progresivo descenso por esta pista asfaltada me introduce en el núcleo urbano de Guadix al que accedo por zona oeste.

Por suerte, la ubicación del previsto alojamiento en el que pensaba alojarme está en esta zona, así que no necesito descender hasta el centro urbano con la mochila, por lo que directamente me encamino a la Cueva El Jaraíz, final de mi etapa de hoy.







Después de localizar a Juan Miguel, propietario de la cueva, que se encuentra en el bar que gestiona, El Perla, junto a las cuevas, me acompaña al alojamiento y me informa de sus distribución y servicios, accediendo por un patio común equipado con una barbacoa central de dos cuerpos.





La casa – cueva, dispone de tres dormitorios, baño, sala de estar y antesala con cocina. En resumen, todas las facilidades y comodidades de un hogar y en esta ocasión solo para mi uso.





Son casi las 15 horas, así que no debo descuidarme según me ha indicado Juan Miguel, por si me apetece tomar algo de comer en el bar antes de que se cierre la cocina.

Así que rápidamente después de asearme, me encamino unos metros más abajo, donde se encuentra el bar que, además dispone de una cómoda terraza y mientras me decido degusto una cerveza fresquita, acompañada de una buena tapa, un huevo frito.





Dispuesto a comer, degusto unas estupendas judías blancas y unos filetes de pollo a la plancha, considerando que es alimento suficiente para recuperarme del esfuerzo realizado.





Después de una descansada sobremesa me retiro a la “cueva” en la que decido pasar el resto de la tarde, despidiéndome de antemano de Juan Miguel, puesto que lo que resta del día de hoy permanecerá cerrado el establecimiento hostelero por descanso y ya no creo que volvamos a coincidir.

La tarde trascurre relajadamente en mi retiro y solo ya atardecido me decido por dar un breve paseo por la zona, prescindiendo de acercarme al centro urbano, ya que es una ciudad que, por mis raíces familiares, conozco perfectamente, no obstante, siempre aconsejaré no desaprovechar la ocasión de conocer esta bonita ciudad, capital comarcal, tanto por su importancia comercial como por su interesante arquitectura civil y religiosa.

A escasos metros de la “cueva”, se encuentra el templo en el que se alberga la Cueva Santa de la Virgen de Gracia, donde se recuerda la memoria de San Pedro Poveda, “Apóstol de las Cuevas”.





No quise acceder a la “Cueva” porque en esos momentos se estaba celebrando un Oficio Religioso, aunque pude contemplar en la nave principal el Nacimiento instalado para esta época Navideña.







Ya entrada la noche me desplazo dentro del barrio, a la farmacia más próxima, para adquirir protectores para las rozaduras, pues se me han agotado.

Aprovecho también para comprar en un bar próximo (puesto que está cerrado el de Juan Miguel) un bocadillo y una cerveza, de lo que di buena cuenta a mi regreso a la “cueva”.

Posteriormente me retiré a descansar, disfrutando de la quietud que se respira en el interior de la cueva y la agradable temperatura constante que la naturaleza se encarga de mantener.

Mi sugerencia: Conocer el encanto de estas tierras y la belleza de Guadix, capital de la comarca.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Jérez del Marquesado:
-Hotel Rural Picón de Sierra Nevada***
    Localización: Calle Federico García Lorca, 22
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 672 176 / (+34) 628 23 25 29 (Lydia)
    Atención Especial para Peregrinos



Cogollos de Guadix:
-Casa Rural Cortijo Maromilla
    Localización: Calle Clara Campo Amor s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 699 57 49 92 (Carmina)
    Atención Especial para Peregrinos

-Casa Rural El Tesorillo
    Localización: Calle Ramblilla, 3
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 670 80 20 27



Guadix:
-Cueva la Ermita
    Localización: Calle Hermanos Varón, nº1. Detrás de la Ermita de Gracia
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 635 167 413 (Sergio)
    Atención Especial para Peregrinos

-Cueva EL Jaraiz
    Localización: Calle Ermita Nueva, nº34
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 637 950 378 / (+34) 687 060 165 (Juan Miguel)
    Atención Especial para Peregrinos

-Casa Acogida La Escultora
    Localización: Calle San José, 6 (placeta de Oñate)
    Palacete del siglo XV
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 640 137 777 (Leonardo)
    Atención Especial para Peregrinos

-Hostal El Retiro**
    Localización: Avenida Mariana Pineda, 38
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 659 58 63 65 (Leandro)
    Atención Especial para Peregrinos

-La Casona de la Luz
    Localización: Placeta de las Islas, 11
    Palacete del siglo XI
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 635 471 372 (Gabi)
    Atención Especial para Peregrinos



-Cuevas de María
    Localización: Calle Ermita Nueva, 54
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 66 07 16

-Palacio Magistral Dominguez
    Localización: Calle Concepción, 19
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 669 840 391

-Hotel Mulhacen**
    Localización: Avenida Buenos Aires 41
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 66 07 50

-Hotel Abentofail***
    Localización: Calle Abentofail, 8
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 66 92 81

-Hotel Mari Carmen***
    Localización: Avenida Mariana Pineda, 61
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 661 500

-Hotel Palacio de Oñate****
    Localización: Calle Mira de Amezcua, 3
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 958 660 500