CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 13º: Pinos Puente - Moclín: 14,74 Km





Ya ha amanecido cuando equipado con mi mochila entro en el bar del Hotel para desayunar. Todavía no han aparecido los peregrinos franceses, no obstante, cuando salgo del bar para iniciar la etapa coincido con alguno de ellos, deseándonos buen camino.

Me alejo del hotel por la carretera N-432 en dirección oeste, tomando a la derecha por la segunda calle (calle Generalife de Casanueva) para salir al parque y continuar hacia el norte ascendiendo por la calle Correo, ya con la visión de la torre de la Iglesia de la Consolación.





Al llegar a la calle Real, frente a la plaza en la que se encuentra la iglesia, tomo a la izquierda en dirección oeste por esta calle, contemplando al fondo la Casa de Doña Eva, ante cuya fachada deberé pasar.





Prosigo caminando por la calle Real acompañado de la señalización en este caso situada en el mosaico incrustado en la pared.







Después de recorrer 800 metros por esta calle Real, llego al final de la misma, junto a la glorieta en que se encuentra una estación de servicio de combustible, donde se inicia la andadura, manteniendo la dirección oeste, por el denominado Barrio Nuevo, tal y como indica la flecha amarilla.







Esta nueva andadura aún por núcleo urbano, ahora durante 650 metros, me lleva a desembocar en la carretera GR-3408.







Ya en la carretera GR-3408, tomo a la derecha, de acuerdo con la indicación de la flecha amarilla, en dirección norte, abandonando ya el área urbana, caminando por el asfalto de la misma y sin apenas arcén de protección.





La ausencia de tráfico y la espléndida climatología que presenta el día, con una excelente panorámica del horizonte, anima a caminar, aunque sea por asfalto.





La carretera se abre a una recta que discurre entre un bosque de jóvenes álamos o chopos, que transmiten una sensación de frescor en esta poco calurosa mañana.





Tiene sentido la presencia de esta alameda junto a las humedades, puesto que caminamos bordeando la ribera del río Velillos que será nuestro compañero inseparable durante un buen tramo de esta etapa. En esta ocasión, el cauce del río sorprende con la presencia de una pequeña presa, denominada azud del río Velillos.

Esta construcción con forma de media luna, se remonta a las épocas romanas y árabes, cumpliendo esta ingeniería hidráulica dos milenios de historia.

El objetivo de estas construcciones desde la época de íberos y romanos, era regular la fuerza y el uso del agua de los ríos procedentes de las montañas, aprovechándola en los reducidos núcleos de población diseminados en el eje de conexión entre el norte y el sur de la península.





Prosigo durante 1 Km por la carretera GR-3408 hasta divisar las edificaciones del Cortijo de Búcor que se distribuyen en ambos márgenes de la citada carretera.





Al llegar a la altura de las edificaciones, las flechas amarillas me indican abandonar la carretera por su margen izquierdo, para adentrarme por una pista inicialmente asfaltada en los dominios del Cortijo.







A medida que me aproximo a las edificaciones, con algunas zonas semiderruidas, llego a intentar comprender la grandeza de esta pedanía en otras épocas.







En la valla de los jardines que rodean la casa principal del Cortijo de Búcor, el cartel de fondo azul con las flechas amarillas nos identifica la ruta del Camino.





Como continuación de estos preciosos jardines, que hacen de antesala del edificio principal, en el que se encuentra la casa unida a su iglesia de estilo neogótico.





Saliendo de las edificaciones de este Cortijo de Búcor, se continúa caminando por pista de tierra, en dirección norte, de acuerdo con la señalización de la flecha amarilla dibujada en uno de los grandes bloques de hormigón apilados junto al camino.





Prosigue el recorrido a través de la pista que discurre paralelamente por la izquierda al cauce del río Velillos y por la derecha al trazado de la carretera GR-3408. Sin embargo, el amplio espacio existente entre la pista y el cauce del río, permite la existencia de grandes superficies llanas oportunamente aprovechadas con incipientes cultivos.





Prosigue el camino por la pista de tierra que se abre paso entre olivos, durante otros 600 metros, manteniendo la dirección norte y la señalización de las flechas amarillas situadas incluso sobre el tronco de los olivos.







Después de estos últimos 600 metros llegamos al cruce con la carretera GR-3408, donde tomaremos a la izquierda de acuerdo con la señalización del cartel indicador del Camino.







Sin embargo, solo caminaremos por el asfalto de esta carretera apenas 80 metros, al cabo de los cuales lo abandonaremos tomando la pista de tierra de tierra que sale a la derecha como bien indica la flecha amarilla dibujada sobre el asfalto.







Definitivamente abandonamos el asfalto hasta la llegada a Olivares, mientras tanto proseguiremos caminando, inicialmente, por una amplia pista de tierra con la presencia de un mojón de piedra indicador del Camino.





Prosigue el trayecto en suave ascenso, aunque ya bastante separados de la carretera GR-3408 situada a la izquierda de nuestro sentido de marcha, cuyo itinerario ya discurre por la margen izquierda del río Velillos, después de haber salvado su cauce mediante un puente.

En nuestro recorrido por pista de tierra se producen pequeños cambios de nivel como el necesario para salvar el cauce del barranco de Las Granjas, con la permanente y tranquilizadora presencia de las flechas amarillas.





El recorrido nos permite bonitas vistas panorámicas de la zona de la vega con el olivar que cierra el valle en su ascenso por las lomas, hasta que el horizonte lo corta la cadena montañosa.





Un nuevo internamiento en zona de olivar, nos obligará a prestar suma atención a la señalización para evitar cualquier despiste innecesario, puesto que se producen diversos cambios de dirección a través del mismo.







Después de 400 metros se abandona el núcleo central del olivar para ahora caminar durante otros 500 metros por una senda que marca el límite entre el olivar y el monte, en la que su suelo pastoso y embarrado obliga a un esfuerzo adicional, ya que el barro se queda adherido a las botas y hace pesado y fatigoso el caminar, para después de cruzar el barranco de Salinas, desembocar en una amplia pista en la que aún existen tramos embarrados.







Avanzo a través de esta pista y la presencia de una persona que viene caminando me alerta de la proximidad de la inmediata población de Olivares.







Después de 700 metros por esta pista denominada Camino de las Vegas, en un recodo de la misma, coincidiendo con el pequeño cauce de un arroyuelo que desciende de la montaña, existe una fuente en la que un cartel anuncia la NO potabilidad de sus aguas, aunque en estos momentos no fluye líquido alguno de la misma.





Una vez salvado el recodo de la pista, la amplia panorámica de la población de Olivares se hace presente ante el caminante, así como la proximidad de la misma. Por suerte y para mayor facilidad en el caminar, ya desapareció el barro de la pista.





Son las 10:30 horas cuando accedo a la primera edificación del núcleo urbano de Olivares, se trata del bar Las Vegas situado a la misma entrada por este acceso sur del Camino de Las Vegas.





La placidez climatológica de la mañana y la amplia terraza de que dispone el establecimiento me anima, a pesar de lo temprano de la hora, a realizar un breve descanso y tomar una bebida que me ayude a rehidratarme.





Después de un prudencial descanso, me adentro en el núcleo urbano por la calle La Moneda, presidida su bifurcación en varias direcciones por una fuente conformada por dos círculos de distinto tamaño.







Tomo a la izquierda por la calle Puente, en cuyo inicio se encuentra un edificio denominado Espacio Municipal de Olivares, que acoge distintos servicios públicos, tales como Consultorio Médico, Biblioteca, Escuela de adultos, etc.

Me adentro en este macro conjunto público y accedo a la biblioteca en la soy amablemente atendido por su responsable, quien además de sellarme la Credencial, me informa amplia y detalladamente de la posible incursión por la Ruta del Gollizno, cuyo trazado discurre por la ribera del río Frailes o Velillos.







Desciendo por la calle Puente hasta llegar al río Fraile o Velillos, salvando su cauce por el puente existente, permitiéndome apreciar desde aquí su caudal y discurrir por el centro de la población.







Nada más salir del puente, se encuentra el bar Los Martínez, donde tengo la agradable sorpresa de encontrarme con Marc y Colette, tranquilamente descansando y a la espera de James y Coco.





Después de comentar con ellos el recorrido realizado, analizamos la posibilidad de elegir la ruta del Gollizno, sin embargo, la oportuna asesoría del propietario del bar me induce a continuar la ruta del Camino Mozárabe, ya que el recorrido que propone la ruta del Gollizno me obliga a distanciarme del Camino y dificultar el acceso a Moclín. Creo que sería una buena ruta turística de ida y vuelta desde Olivares, pero mejor dejarla para otro momento.

Me despido y continúo caminando por la calle Iglesia hasta llegar a la plaza en la que se encuentra el edificio de la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes.





Después de bordear el edificio de la Iglesia, prosigo por la calle Convento en dirección norte, ya abandonando prácticamente las edificaciones urbanas, hasta llegar después de 400 metros a una bifurcación perfectamente señalizada con las distintas direcciones del Camino Mozárabe y la Ruta del Gollizno.





En mi caso prosigo ascendiendo en la dirección marcada como Camino Mozárabe y señalizada por las flechas amarillas.

Continuamos durante 200 metros recorriendo por asfalto una pronunciada curva a la izquierda, dejando a la derecha un pequeño complejo de edificaciones e iniciando ya el recorrido por una pista de tierra. Aquí comenzamos en verdadero inicio del ascenso.





Después de 400 metros ascendiendo, una amplia zona de descanso, denominada Área Recreativa de Olivares, nos ofrece unas excelentes instalaciones donde poder realizar un descanso en este inicio ascendente.







Aunque las sombras son mínimas dada la juventud de su arbolado, sin embargo, la presencia de unas floridas lilas y algunos que otras especies florales transmite frescura al lugar.







Aunque ya desde esta área de descanso las vistas panorámicas son espectaculares, a medida que proseguimos el ascenso la panorámica amplía su grandeza y belleza con la población de Olivares abajo en el valle.







Poco a poco el ascenso obliga a salvar un mayor desnivel en un zigzagueante trazado en el que no falta la señalización de las diferentes rutas y sus opciones ciclo peatonales.





Después de 1,3 Km de ascenso durante los que se ha superado un desnivel de 160 metros, llegamos a las puertas de la Ermita Virgen de las Angustias, situada en el margen izquierdo de la pista.





Aunque se encuentra cerrada, a través del enrejado de la parte superior de su puerta de acceso, podemos contemplar la sobriedad y sencillez de su interior, no exento de devotas ofrendas.





Inmediatamente después de la ermita, aunque ahora en el margen derecho de la pista, el diseño de una original y escalonada área de descanso, ya perteneciente a Moclín, me permite un relajado descanso.







Ya he superado el mediodía y el ascenso se hace notar con su elevada pendiente, pero solo 400 metros después de pronunciadas revueltas por estas estribaciones de las Sierras Subbéticas granadinas, una plataforma de madera ofrece un fantástico punto de observación del contorno, con una panorámica hacia el sureste donde se puede contemplar la población de Olivares y la amplitud geográfica que la climatología permite, llegando a vislumbrarse Sierra Nevada entre las nubes del horizonte.







La visión en dirección noroeste muestra la engañosa proximidad del Castillo de Moclín, que en principio reconforta pero que paulatinamente se llega a mostrar inalcanzable por el elevado desnivel que debemos continuar salvando.







Son las 13:00 horas cuando accedo al núcleo urbano de Moclín, después de 2,4 Km de ascenso, durante los que hemos superado un desnivel de 321 metros.

La belleza del paisaje y la bondad climatológica hacen merecedor este espectacular recorrido que por fin culmino en la plaza de España, junto al edificio del Ayuntamiento y la calle Real.





A los pies de su iglesia e impresionante castillo que corona la cima de la colina en la que se asienta esta población, se encuentra el alojamiento que he concertado para pasar la noche.





Aquí me recibe Charly, quien me entrega la llave del alojamiento rural y me explica las características del mismo. Se trata de un cómodo apartamento ubicado dentro del complejo denominado Casa de la Placeta del Rincón, edificio del siglo XVIII, antiguo Cuartel de Migueletes, rehabilitado como alojamiento rural.





Se accede a este apartamento concreto por un lateral del complejo, con la visión parcial de la estructura del castillo en las alturas.







El alojamiento tiene todas las comodidades inimaginables para un peregrino, con un baño completo, cocina con menaje, TV, nevera, aire acondicionado y microondas, todo un lujo.







Además de un ventanal al exterior y unas espectaculares vigas que soportan el techo, convenientemente cuidadas y conservadas.







Tras esta agradable sorpresa respecto a la maravilla de alojamiento, me encamino rápidamente al supermercado existente en la calle Real, frente al Ayuntamiento, para proveerme de algunos alimentos para la etapa de mañana, pues está a punto de cerrar.

Una vez acomodado en el alojamiento y con la provisión de víveres adecuada, me encamino al único establecimiento abierto en esta época donde poder tomar unas cervezas y algo de alimento. Se trata del Kiosco Nono, situado apenas a 150 metros del alojamiento, al borde de la carretera GR-3408 que atraviesa la población por vertiente oeste.





Como es el único local abierto en esta época, resulta ser un verdadero punto de encuentro para visitantes y vecindario, así que coincido con los peregrinos franceses y la peregrina holandesa.

Culinariamente es todo un acierto tanto en calidad, como en cantidad y precio, así que sencillamente con dos cervezas y dos impresionantes tapas, una de morcilla y otra de carne en salsa, comí sobradamente.





Después de tan refrescante y suculento “menú”, regreso al alojamiento para descansar un rato y dejar preparado el equipaje para la etapa de mañana.

Ya entrada la tarde, decido salir a recorrer la población, dirigiéndome inicialmente a localizar la ruta de salida para la etapa de mañana, para ello me encamino hacia la carretera GR-3408 (junto al Kiosco de Nono), donde comienza el descenso por la cara norte.

Aquí se indica el inicio del núcleo urbano por la cara norte, con una cruz de piedra y el nombre de la población.







Unos metros más abajo, se encuentra el denominado Pozo de Juan Villodres, fuente de romeros y peregrinos, con amplio banco de piedra como invitación al descanso.







Frente a este pozo, comienza una pista en descenso y tal y como marca el mojón de señalización del Camino, será la salida del núcleo urbano para la etapa de mañana.







Frente al mojón, en la otra vertiente de la pista, una gran losa realizada en piedra y mortero, presenta el plano en relieve del término de Moclín y algunas particularidades del municipio, tales como ubicación, historia, actividad, etc., con la impresionante vista posterior del macizo de piedra y la imagen del castillo coronando la cima.





Sin más dilación, me encamino en dirección al acceso que me conducirá hasta el Castillo, iniciando el ascenso por el Camino Nuevo, aunque apenas 100 metros después, las maravillosas vistas que desde el mirador existente se pueden contemplar, me obligan a detenerme.





La tarde está despejada y el cielo azul, lo que me permite contemplar la maravillosa imagen de Sierra Nevada cerrando el horizonte con sus cumbres blanqueadas por la nieve y a mis pies las edificaciones del pueblo de Moclín.





Prosigo el ascenso y ahora me encuentro con el edificio de la Casa del Pósito, que aprovecha la pendiente del terreno para conseguir dos plantas, utilizado como granero público en el siglo XVI, atribuido a Pablo de Rojas.





Presenta dos portadas renacentistas, realizadas en sillería, con arcos de medio punto y el escudo de Felipe II sobre la principal. Su cubierta es a una sola agua, denominándose a este tipo de construcción “a la molinera”.





Continúa el ascenso ahora por la denominada calle Mota, haciendo un pronunciado recodo a la izquierda y adentrándonos en las primeras murallas exteriores del castillo que en algunos puntos la propia roca complementa la función defensiva de las mismas.







Esta torre, constituye la denominada Puerta de Moclín, construida entorno a los siglos XII – XIII, de planta cuadrada.

Estas torres puerta eran elementos constructivos bastante comunes en las fortalezas de origen nazarí. Cumplían una doble función, por una servía de punto de control de las personas que entraban y salían de la población, y por otra, era el lugar que albergaba la guarnición o personalidades importantes.







Dentro de este primer recinto exterior, se encuentra la edificación de la Iglesia de la Encarnación, erigida en 1551 sobre la antigua mezquita de la localidad. El diseño se debe a Diego de Siloé, que visitó Moclín en 1543.

Dispone de dos entradas, una en la facha principal frente al atrio y otra en la fachada lateral izquierda.

En esta última, sobre la fachada lateral izquierda, se levanta la torre del campanario, de planta cuadrada y dividida en tres cuerpos. En este lateral y a media altura, dispone de una galería mirador con arquería.





En cuanto a la fachada principal, sencilla, constituida por una portada de piedra con arco de medio punto decorado con guirnaldas. Sobre él está representado el escudo del arzobispo Guerrero y encima se abre un óculo abocinado.





Al interior de la iglesia ni he podido acceder, ya que a estas horas se encontraba cerrada, aunque pude observar su interior a través de una pequeña ventana enrejada de la puerta principal, pues al parecer dentro estaban realizando labores de mantenimiento.

En cuanto al Castillo, no pude acceder al segundo recinto del mismo puesto que también estaba cerrado, debiendo conformarme con la visión de la parte del perímetro que puedo contemplar desde la explanada de la iglesia.







Esta fortaleza fue construida a mediados del siglo XIII para defensa del Reino Nazarí de Granada, surgiendo como castillo fronterizo entre los Reinos de Granada y Castilla, hasta la conquista por los Reyes Católicos en 1486.

Se levanta sobre la cumbre más alta del entorno, a más de mil metros sobre el nivel del mar. Por el Camino Real se llega a la segunda zona del castillo, la alcazaba. Destaca en su entrada la Torre del Homenaje, la más alta de todas.

La Reina Isabel de Castilla y el Rey Fernando de Aragón pasaron, junto con la Corte de Castilla, largas temporadas en la fortaleza en el periodo comprendido entre 1486 y 1492, siendo más frecuente la estancia de la Reina Isabel, llegando a tener como rehén al “Infantico”, hijo de Boabdil, como garantía del cumplimiento de los pactos establecidos.

En 1931 fue declarado monumento histórico artístico, siendo el recinto murado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Después de mi frustrada visita al castillo, retorno sobre mis pasos descendiendo hasta el corazón del núcleo urbano, dejando atrás el recinto amurallado.







Después de regresar a mi alojamiento donde permanezco hasta antes del anochecer, decido desplazarme nuevamente al Kiosco de Nono para tomar algo de cena temprana.

Al igual que al mediodía con dos de las variadas tapas de que dispone, tales como tomate aliñado y saladilla de jamón con unas cervezas, me puedo dar por satisfecho.







A medida que entra la noche, la temperatura desciende de manera considerable, obligándome a buscar protección dentro del Kiosco.

Van a ser las 22 horas, cuando definitivamente me retiro a mi alojamiento para descansar. El estar situado en la vertical del recinto amurallado, me permite disfrutar de una última y excelente vista panorámica del recinto iluminado.







Mi sugerencia: Singular y especial población con su Castillo, historia y emplazamiento.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Moclín:
-Casa Rural La Fundación
    Localización: Calle Granadinos, 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 691 91 61 82
    Atención Especial a Peregrinos

-Alojamiento Rural La Placeta del Rincón
    Localización: Calle Eras, 12
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 644 85 41 42 (Charly)
    Atención Especial a Peregrinos

-Alojamiento Rural Cortijo El Higueral
    Localización: Cortijo El Higueral, 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 660 73 96 28 (Marcelino)
    Atención Especial a Peregrinos