CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 22º: Villaharta - Alcaracejos: 34,05 Km





Esta mañana me levanto temprano, pues Amparo me ha dejado preparado lo necesario para desayunar. El otro peregrino todavía debe estar en su habitación, pues no hemos coincidido.

Poco después de las 06:45 horas abandono el alojamiento con la mitad del equipaje y la sensación de que me falta algo, pues ya mi cuerpo, después de los días que llevo caminando, se ha acostumbrado al mismo peso acomodado en la mochila.





Ya hay luz del día, así que inicio la andadura descendiendo apenas unas decenas de metros por la calle Manuel de Falla para incorporarme a la carretera A-3176 (área urbana) y pasar ante la fachada del Ayuntamiento que dejo a mi derecha. Inmediatamente esta vía urbana, ya en ascenso, cambia de nombre pasando a denominarse carretera CO-6410 con orientación noroeste.

Después de 400 metros, finalizan las edificaciones urbanas al llegar al mojón de carretera que señaliza el PK.35 de la antigua CO-421 (actual CO-6410), con el cartel informativo de final del núcleo urbano de Villaharta.





Atrás queda la vista parcial de las edificaciones de Villaharta, ya que muchas de ellas quedan ocultas por la vegetación del monte y la diferente cota de nivel.







La carretera tiene un buen piso asfaltado, pero es estrecha y sin arcén, por lo que es necesario extremar las precauciones en el tránsito por la misma y su trazando en ascenso zigzagueante para intentar salvar el pronunciado desnivel.







Durante el ascenso, al volver de nuevo la vista atrás, la panorámica me muestra la frondosidad y densidad de la vegetación en esta zona de la Sierra Morena cordobesa, desapareciendo cualquier vestigio de la población desde donde he partido.







Después de 900 metros de ascenso, encontramos las instalaciones de un Área de Descanso señalizada a la derecha de nuestro itinerario, espacios que siempre son de agradecer ante cualquier emergencia, pudiendo encontrar un espacio cubierto.





Después de recorrer 1,7 Km por esta vía asfaltada desde que salí de la población de Villaharta, llegó el momento de abandonarla tomando el desvío de la izquierda.





Una sencilla plataforma permite salvar el desnivel de la cuneta de la carretera, donde las flechas amarillas informan perfectamente del desvío y nos introduce ahora por una estrecha senda que progresivamente nos separará de la carretera.





Caminaremos por esta senda durante 300 metros, al cabo de los cuales y bordeando el lateral del Cortijo de San Isidro, desembocamos en una amplia pista de tierra que avanza inicialmente en dirección norte.





Prosigue el ascenso por esta pista de tierra durante 400 metros, hasta llegar a una bifurcación en la que tomaremos a la izquierda, de acuerdo con la señalización de las flechas amarillas, en dirección noroeste.





Nada más tomar la bifurcación finaliza el ascenso, abriéndose una panorámica en la que se aprecia parcialmente el recorrido por el que discurre la pista, puesto que la espesura de la vegetación la hace desaparecer en sus entrañas.







Durante este descenso inicial, en medio y oculto por la impresionante vegetación, un fuerte ruido me sobresalta y observo atónito e incrédulo como un enorme ciervo salta la valla alambrada y cruzando la pista desparece apenas unos metros delante de mí, pero sin tiempo de recuperarme otros dos enormes ejemplares realizan la misma acción, quedándome realmente asombrado, perplejo y preocupado, sin capacidad alguna de reacción ante esta imprevista y fulgurante visita.

Después de unos instantes y no dando crédito a lo visto, prosigo caminando, aunque sintiéndome intruso en un terreno en el que la naturaleza es la verdadera reina.

El descenso ha sido continuado durante 2,3 Km, al cabo de los cuales se inicia una breve subida y un poco más adelante una bifurcación señalizada con mojón del Camino, hacia la izquierda.







La pista de la izquierda tiene un portillo alambrado con una flecha amarilla tanto en el lateral como en el tronco de una encina que confirman la dirección a seguir, además de un indicador del Camino Mozárabe, así que solo hay que abrir la alambrada y volver a cerrarla una vez sobrepasada.





Solo han sido 700 metros de suave ascenso por esta cómoda y amplia pista hasta volver a descender en medio de la frondosidad del lugar rodeado de encinas y jaras, además de la tranquilizadora omnipresencia de las flechas amarillas.





Pero apenas después de 300 metros de descenso por esta bonita pista, hay que prestar mucha atención a las señales del Camino, ya que una flecha amarilla y un mojón de granito del Camino indican que hemos de abandonarla por la izquierda, dando acceso a una senda.





Es una estrecha y bonita senda que continúa el descenso zigzagueando entre la espesa vegetación, manteniendo un trazado paralelo a la pista que hemos abandonado, aunque la abundante señalización evita cualquier duda sobre el itinerario, tanto flechas amarillas sobre cualquier superficie como mojones de granito del Camino.





La pendiente de la senda en descenso se va incrementando a medida que avanzamos, en medio de un fantástico entorno con la presencia de flechas amarillas.







La espesura de la vegetación se va aclarando y después de recorrer 600 metros por esta senda descubrimos al fondo del valle el cauce del río Guadalbarbo.







Este río que pertenece a la cuenca hidrográfica del Guadalquivir discurre por la comarca de Los Pedroches, naciendo en Sierra Morena, en el término de Belmez, realizando un recorrido en dirección noroeste – sureste a lo largo de 58 Km hasta su confluencia con el río Guadalmellato, en la presa de su mismo nombre.

Un tramo de este río, aproximadamente 8 km están declarado ZEC (Zona de Especial Conservación), en los términos municipales de Obejo y Pozoblanco.

Hemos llegado a la zona más baja del valle, 499 metros sobre el nivel del mar, para cruzar el cauce del río a través de unas pasaderas, aunque en épocas lluviosas sería necesario descalzarse o bien subir unos 200 metros aguas arriba para hacerlo por una pasarela.







La imagen de su cauce, totalmente cubierto por plantas acuáticas, ofrece una visión asombrosa llena de encanto y color.





Hay que proseguir, así que ahora hay que salir del valle comenzando el ascenso a través de una senda con abundante señalización, tema que cobra especial importancia en este recorrido a través de una dehesa de encinas.





No solo la abundancia de flechas amarillas tranquiliza, sino también la existencia de mojones de granito del Camino Mozárabe.





El monte tupido incrementa la sensación de soledad e inseguridad, de ahí que la presencia de cada señal indicadora del Camino es un aporte de tranquilidad.







Después de 1,2 Km de ascenso por esta senda coronamos la primera cima salvando un desnivel de 121 metros, saliendo a una amplia pista con importante señalización e información.







Después de 800 metros por esta pista en recorrido mayormente plano, llegamos a una nueva bifurcación, incorporándonos a una amplia pista y tomando hacia la izquierda de acuerdo con la señalización del Camino.







En este cruce de pistas existe un mojón de granito mediante el que se informa de la distancia que nos separa de Alcaracejos: 26 Km y la distancia que resta a Santiago de Compostela: 953 Km.





En este tramo nos desplazamos por esta amplia pista en dirección noroeste, en una inmensa recta que discurre entre un gran encinar.





Al coronar la pequeña cima existente al final de este primer tramo de recta, una nueva recta en descenso nos permite apreciar una panorámica con el paisaje típico de media montaña de Sierra Morena, alternándose olivares robados al monte con la vegetación mediterránea.





Después de caminar 3,8 Km a través de esta gran recta, la pista describe un par de curvas a izquierda y derecha, cruzando sobre el cauce del arroyo del Lorito.





Solo 600 metros caminando por estas curvas y nos encontramos con una pista más estrecha señalizada a la derecha, desvío que tomaremos de acuerdo con la indicación de las flechas amarillas del mojón, comenzando ahora a caminar en dirección noreste por la ribera del arroyo del Lorito.







En este tramo, coincidente con la Cañada Real Soriana Oriental en su ascenso hacia el Puerto del Calatraveño, casi en paralelo en su primera parte con el cauce del Arroyo del Lorito poblado de zarzas y matorral.

La cañada discurre rodeada de olivos, aprovechando la situación de unos pedruscos junto al pie de olivo para efectuar un breve descanso cuando van a ser las 10:30 horas.







Después de 1 Km en suave ascenso bordeando por la derecha el cauce del Arroyo del Lorito, llegamos a una bifurcación en la que tomaremos a la derecha de acuerdo con la señalización.







Solo 200 metros más arriba, una portela alambrada impide el paso, indicando la flecha amarilla tomar el desvío de la derecha junto al cauce del arroyo, para a partir de este momento comenzar a separarme del mismo en dirección norte.





El desnivel de la pista comienza a hacerse más abrupto y pronunciado, entrando en una zona que se vio seriamente afectada por un gran incendio en agosto de 2021, arrasando más de 600 hectáreas.





Poco más adelante llegamos a una pequeña explanada con un cartel informativo indicando que nos encontramos en una de las zonas de actividad minera que han marcado el paisaje desde la antigüedad.

En las inmediaciones aún están los restos de la mina Guillermín, que al igual que en otras de la zona se extraía barita y plata, estando activas hasta los años 80 del pasado siglo.

Aquí mismo, una gran columna de granito nos vuelve a informar de la distancia a Alcaracejos y Santiago de Compostela.





Un poco más adelante, junto al Camino existe una edificación de carácter agrícola que no entiendo cómo puede haberse salvado del incendio de la zona. Ante mi sorpresa a través de la inmensa parcela veo aproximarse a una persona vestida con un mono azul, se trata de un hombre que allí habita en medio de la inmensa soledad, así que no me extraña que el paso de un peregrino sea un acontecimiento para él.

Así que después de unos minutos charlando e informándome de las particularidades que me podía deparar el resto de la etapa, extremo que agradecí, me dispuse a continuar mi caminar por esta zona con restos calcinados.





Prácticamente coronando el puerto, en una nueva intersección, me incorporo a otra pista tomando hacia la izquierda y manteniendo la dirección norte.







Inmediatamente después, solo 350 metros más adelante, llego a la parte más elevada del puerto en esta vía, con la nueva bifurcación que permite la conexión a la izquierda con la carretera N-502 y la pista de la derecha por la que prosigue el Camino. En esta zona superamos la altura máxima de la etapa con 764 metros.

Este punto suele ser el de encuentro predeterminado cuando se concierta la recogida por un taxi, para terminar la etapa y proseguir en vehículo hasta Alcaracejos o retornar a Villaharta, dejando del resto de la etapa para el día siguiente.







Son las 11:30 horas y considerando que todavía es temprano y me encuentro cómodo, decido continuar caminando y proseguir hasta llegar a Alcaracejos para finalizar la etapa, de acuerdo con mi previsión inicial.

Consecuentemente tomo la pista que se abre a la derecha en dirección norte, de acuerdo con la señalización y el mojón informativo que indica la distancia de 16 Km a Alcaracejos (debe existir algún error, puesto que posteriormente, en el siguiente mojón, se incrementa el número de kilómetros hasta Alcaracejos).







Inicio el descenso y ya en la otra vertiente se abre una panorámica espectacular, aunque no da la idea del recorrido real que se ha de efectuar, puesto que la imagen se funde en el horizonte en medio de una inmensidad de encinas.





La pista en ocasiones se estrecha entre la vegetación de las manchas del monte mediterráneo y las jaras floreadas que alegran el paso.





Prosigue el descenso en dirección al río Cuzna entre dehesas, jarales y olivares de sierra, quedando a la izquierda el barranco de la Calera, hasta llegar a un nuevo panel informativo que siempre es de agradecer en esta solitaria inmensidad (en este mojón se marca como distancia a Alcaracejos 18 Km, en tanto que en el existente en el Puerto del Calatraveño indica 16 Km, por lo que puede existir un error de ubicación).





Después de 1,6 Km de descenso desde la bifurcación en el Puerto del Calatraveño, llego hasta una pequeña caseta parea descansar y un verdadero regalo: ¡una fuente de agua potable!







Este es el único punto de descanso en esta larga etapa, así que aprovechando sus bancos de piedra y la techumbre que protege del sol, decido realizar un descanso y tomar algo de alimento.





La otra excelente noticia, es la preocupación de la Asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Córdoba y la predisposición de la familia Cerezo Gálvez por la acogida a los peregrinos, mediante la aportación desinteresada de la fuente de agua potable de San Juan, siendo el único enclave en toda en la etapa en el que podremos disfrutar de una fuente, situada estratégicamente en la aproximada mitad de la etapa, evitando tener que transportar durante todo el trayecto una ingente cantidad de agua, ya que aquí podemos volver a surtirnos.





Ya ha pasado el mediodía cuando vuelvo a retomar el Camino, algo más descansado, comido y refrescado. Unos 210 metros más adelante, todavía en descenso, una bifurcación señalizada mediante mojón y flecha amarilla me indica que debo continuar por el ramal de la izquierda.





Casi inmediatamente después, rodeado de jarales y solo 140 metros, una nueva bifurcación señalizada con flecha amarilla, me indica que he de tomar el ramal de la derecha.







Después de 2,2 Km desde que inicié el descenso del Puerto del Calatraveño, se llega a una zona llana, cruzando perpendicularmente una amplia pista denominada camino de la Falda de la Sierra, prosiguiendo en dirección norte / noreste por la Cañada Soriana según la señalización del Camino.







Prosigo caminando por esta pista rodeado de encinas y jarales hasta llegar a cruzar 900 metros después el cauce del arroyo de Tamujoso sin ningún problema, gracias al mínimo caudal del mismo, aunque en ocasiones puede estar embarrado.







Prosigo caminando por una pista con ondulaciones, rodeado de encinas y jarales, en la que la afilada dureza de las capas graníticas estratificadas de su piso, se hacen sentir en la planta de los pies, en ocasiones doloridas, por lo que cada vez me alegro más de haber disminuido el peso de mi mochila.





Después de 800 metros caminando por este inmenso encinar, llego a una bifurcación en la que debo tomar a la izquierda, tanto por la señalización de las flechas amarillas como por la verja que impide el paso a la Finca Carboneras del Valle, disponiendo esta Hacienda de la mayor casa rural de Los Pedroches.





Un recorrido con pequeños ascensos y descensos durante 1 Km por esta nueva pista me lleva a bordeando parcialmente el perímetro de la valla del corral de ganado de otra finca hasta la vivienda de la propiedad.





En esta ocasión se trata del Cortijo de la Hoyeriza, pasando ante su fachada y descubriendo la presencia de algunas personas, lo que me tranquiliza en la soledad de esta impresionante dehesa de jóvenes encinas.





Atrás queda esta edificación y ahora una amplia pista en una zona llana de esta dehesa me sigue haciendo avanzar en dirección norte, con la siempre agradecida presencia de la señalización del Camino.





No obstante, la superficie granítica estratificada del suelo sigue incidiendo negativamente en mis pies, con ascenso y descensos, hasta que, en uno de los ascensos, una panorámica poco reconfortante vuelve a abrirse ante mis ojos, observando la inacabable extensión de esta dehesa de encinas sin límite, lo que me obliga a tomar conciencia del minúsculo punto que representa mi presencia en medio de esta demostración de la naturaleza.







Ahora en pronunciado descenso, observo entre la inmensa masa arbórea la existencia de un cartel informativo y una pequeña presa.







Se trata del pequeño embalse del Mozárabe, que aprovecha el caudal del río Cuzna con la represa allí construida.

Este río Cuzna resulta ser uno de los más emblemáticos del norte de la provincia de Córdoba. Junto a los ríos Guadalbarbo y Varas, es tributario del embalse de Guadalmellato.

Este río sufre un fuerte estiaje, pero en primavera y otoño puede llevar un importante caudal debido a su amplia cuenca. Este causal era aprovechado por los molinos harineros ubicados en este tramo, como es el caso del cercano molino Horadado, que utilizaba parte de este vado como presa de almacenamiento de agua.

Al observar con mayor precisión y cercanía este vado que he de cruzar, decido hacer caso a la recomendación que me dio el agricultor que encontré en el ascenso al Puerto Calatraveño, por lo que intento retornar hacia la entrada de la finca que hay en las inmediaciones con el fin de localizar un paso habilitado para el ganado que se usa para épocas de aguas crecidas.





Después de recorrer el perímetro de la edificación de la finca aledaña y media hora después regreso de nuevo ante este vado, puesto que no encontré ninguna otra opción de paso.

En esta ocasión observo como en la otra orilla descansa plácidamente un excursionista aficionado al motocross, lo que me da una cierta tranquilidad al no estar solo.

Después de contemplar las posibles opciones para cruzar este vado, descarto la posibilidad de hacerlo a pie a su través, puesto que desconozco la profundidad. Finalmente opto por cruzar sobre el pequeño muro de la presa, entre los arbustos que lo rodean, lo que estuvo a punto de provocarme un accidente, ya que la mochila, según iba avanzando en equilibrio por el citado muro, se enganchó en los ramajes de algún árbol y estuve a punto de perder el equilibrio y caer hacia la otra vertiente de le represa.

Por suerte pude salvar este “mal paso” y recuperar la otra orilla, a la vez que saludaba al motorista, procedente de la cercana población de Pozoblanco, con quien comenté el incidente.





Son las 13:30 horas y no queda más remedio que proseguir caminando, así que me despido del motorista y continúo en dirección noreste por esta inmensa dehesa hasta que después de otros 800 metros desemboco en una amplia pista, aquí la señalización del Camino me indica con el marmolillo existente que he de tomar a la izquierda. En esta bifurcación abandonamos la Cañada Soriana que prosigue hacia Pozoblanco.





Avanzo ahora en dirección noroeste a través de esta dehesa ahora menos tupida y concentrada que en los tramos anteriores, despareciendo poco a poco la sensación que tenía de opresión y soledad.

Un nuevo tramo de 1,2 Km manteniendo esta dirección noroeste de acuerdo con las señales del Camino, llego a un nuevo cartel informativo y la columna granítica con flecha amarilla que indica la dirección a seguir para aproximarme a la cercana carretera A-435.





Este cartel informativo identifica la zona en que me encuentro como Los Jarales, termino con el que se conoce en Alcaracejos a las zonas de transición entre las áreas de subsuelo granítico, que constituye la franja central de la comarca, y las sierras del sur de Los Pedroches.

La escasa fertilidad de esta tierra hace que el aprovechamiento sea ganadero, especialmente ovino, y siembras de cereal ocasionales y espaciadas en los años, utilizándose como alimento del ganado.

Haciendo caso a la dirección norte marcada por las flechas amarillas, llegaremos después de 300 metros al encuentro con la carretera A-435, en un paso libre de vallado (en caso contrario, si se intenta salir a la carretera A-435 por la zona más inmediatamente visible, nos encontraremos con un vallado imposible de franquear).







Nada más cruzar perpendicularmente la carretera se inicia una nueva andadura a través de una pista denominada Camino al Arroyo de Añovero que nos irá conduciendo en dirección norte, acoplándose a la orografía de esta amplia y abierta dehesa.







La pista discurre acotada entre los vallados de las dehesas lo que obliga en ocasiones a intentar salvar las zonas húmedas de la mejor manera posible, como sucede después de 1,1 Km y encontrarnos con los humedales provocados por el arroyo de Cerrovero.







Al pasar el cauce de este arroyo, se prosigue en suave ascenso y después de 200 metros, cuando van a ser las 14:40 horas, el calor y el cansancio se dejan notar, por lo que aprovecho la sombra de una encina y el banco existente para realizar un breve descanso.





Después de recuperar parte de mis fuerzas prosigo caminando pausadamente a través de estas dehesas que se pueden definir como “praderas salpicadas de árboles”, dada la separación entre ellos.

Así llego después de 10 minutos a una zona en que comienzan a aparecer parcelas con viviendas y pequeñas explotaciones ganaderas, ya en las proximidades de la población a la que me dirijo.





Después de 2,7 Km desde que crucé la carretera A-435, me aproximo a unas instalaciones lúdicas situadas en el margen derecho de la pista. Se trata de un merendero situado en el paraje del Pozo de la Benita, lugar ideal para el descanso y celebraciones al aire libre de los habitantes de Alcaracejos.

Hay varias celebraciones familiares dada la festividad dominical de hoy. A medida que me aproximo a estas instalaciones, personas que observaron mi acercamiento no dudaron en invitarme a la celebración, ofreciéndome cualquier tipo de bebida y comida, así como un asiento.

Agradecí profundamente la amabilidad y las atenciones prestadas. La realidad es que hubiese deseado dar por terminada la etapa, son más de las 15:00 horas, aún no he comido y estoy deseando descansar. Por ese motivo únicamente acepté únicamente un refresco y unos minutos de descanso y conversación, retornando de nuevo al Camino, pues estoy deseando terminar la etapa, pero aún me queda.

Solo 1,4 Km más adelante, cuando son las 15:30 horas, desemboco en una carretera local asfaltada, donde tomo a la izquierda en dirección noroeste de acuerdo con la flecha de la columna de granito en la que también se indica que aún me restan 4 Km.





Esta carretera local asfaltada y sin arcén es el remate a una dura etapa en plena hora de calor. Las encinas que salpican la dehesa, con los vallados acogiendo al ganado ovino que intenta refugiarse bajo las pocas sombras existentes.







Después de 2,8 Km a través de esta carretera asfaltada, aunque sin tráfico, llego a la altura del denominado pozo de Los Tres Palos (el nombre tiene su origen en los tres palos que soportaban la carrucha o polea con la que se sacaba el agua), construido sobre uno de los acuíferos más importantes de Alcaracejos.







Prosigo caminando tras este nuevo y breve descanso, aunque sin visión todavía de la cercana población. Serían 950 metros después, siendo ya las 16:20 horas, cuando desde la cima de una pequeña colina puedo contemplar abajo la población de Alcaracejos.







Aquí en la cima se encuentra la Ermita de San Sebastián, simbolizando su llegada a esta población.

Este pequeño templo, formado por una sola nave y fechada su construcción en el siglo XIV, aunque reconstruida por suscripción popular en 1976.





Su emplazamiento en la cima de esta colina, permite disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas, incluida la correspondiente al asentamiento de la población. Además, nos encontramos en la divisoria de aguas de la cuenca del Guadalquivir con la del Guadiana.





Desciendo hacia el núcleo urbano encaminándome directamente al establecimiento en que realicé la reserva, aunque en esta población existe un excelente albergue, creí más apropiado para hoy alojarme en el Hostal 3 Jotas que dispone del restaurante Tic – Tac, situado frente al hostal, donde completo la reserva realizada y recojo parte de mi equipaje que adelanté desde Villaharta.

Son las 17:00 horas cuando accedo a mi habitación del hostal con la única intención de darme una ducha relajante y descansar un buen rato. La etapa ha sido larga y dura y bien lo merece.

Antes de anochecer, salgo a comprobar la ruta de salida para mañana y de regreso hacia el hostal me encuentro con Nicolle y Anne que se hospedan en el albergue municipal y que finalmente optaron por finalizar la etapa en el Puerto del Calatraveño. Comentando la etapa realizada, indico que la parte correspondiente al tramo desde el Puerto Calatraveño hasta Alcaracejos se hace algo pesado y solitario, atravesando la enorme dehesa repleta de encinas que abruman al caminante al no poder otear el horizonte y cuando más cansado vas, llega el final con unos interminables kilómetros por asfalto.

Ellas ya han cenado, así que las acompaño para conocer donde se encuentra el albergue, realmente en la misma calle del hostal, a unos 500 metros, pero ya casi en las últimas edificaciones de la población en dirección noreste.

Ya anochecido, decido hacer una apetecible cena regada con cerveza en la terraza del bar Tic Tac y disfrutar mientras tanto de un partido de futbol que ofrecían por televisión. Después de la cena me retiro a descansar.



Mi sugerencia: Mucha precaución por la longitud de la etapa y la climatología.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Alcaracejos:
-Albergue Municipal Casa del Peregrino
    Localización: Calle Alférez Fernández Pérez, 75
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 678 917 040 / (+34) 671 542 430
    Atención Especial a Peregrinos

-Hostal 3 Jotas
    Localización: Calle Rafael Aguirre, 26
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 957 15 62 20 / (+34) 957 15 61 21
    Atención Especial a Peregrinos

-Hostal El Parador
    Localización: Calle José Ventura, 21
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 674 556 137 / (+34) 957 15 62 35
    Atención Especial a Peregrinos

-Hostal César
    Localización: Calle del Viso, s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 655 796 930 / (+34) 957 15 63 38
    Atención Especial a Peregrinos

-Hotel Rural Miguel Ángel
    Localización: Calle San Isidro, 19
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 655 796 930 / (+34) 957 77 40 15

-Casa Rural Al Encuentro
    Localización: Calle Antonio López, 5
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 677 51 65 59 / (+34) 657 58 19 92