CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






El Retorno



Se normalizaron las temperaturas, así que entiendo que es el momento apropiado para retornar al Camino Mozárabe y afrontar las últimas etapas que me restan hasta Mérida, partiendo de Hinojosa del Duque, donde la excesiva temperatura de finales del mes de mayo me aconsejó retirarme temporalmente.

Para ello hoy, 24 de octubre de 2022, salgo de Madrid usando como medio de transporte el tren AVE, partiendo de la estación de Atocha en dirección a Córdoba, población a la que llego alrededor de las 11:30 horas.





El horario se cumple perfectamente de acuerdo con lo previsto, ya que según me informaron, el autobús que hace la ruta Córdoba a Hinojosa del Duque parte a las 11:40 horas, no existiendo problemas dada la proximidad de las estaciones de Renfe y Autobuses.

Sin embargo, no todo se ha de cumplir, me sorprende al acceder a la estación de autobuses la tranquilidad existente y la ausencia de personas. Al comprobar que las taquillas están cerradas, el único punto abierto, el de información, me indican que hoy prácticamente la totalidad de las rutas provinciales están suspendidas debido a la festividad del Patrón San Rafael.

Después de consultar a uno de los conductores que llegó de la Empresa de Autobuses San Sebastián, me informa que efectivamente, el único autobús que podría utilizar sería el existente a última hora de la tarde con destino a Hinojosa del Duque, a donde llegaría ya bien anochecido.

No obstante, una hora después, este mismo conductor, después de realizar algunas gestiones me indica que tome el autobús que sale sobre las 13:00 horas hasta Alcaracejos, donde un par de horas después podré enlazar con otro autobús que me podrá trasladar definitivamente a Hinojosa del Duque.





Desde aquí quisiera agradecer la amabilidad y preocupación de esta persona, conductor de la empresa de Autobuses San Sebastián (cuyo nombre desconozco), solucionándome el problema del transporte que me había surgido. Vaya mi reconocimiento a la profesionalidad de esta persona quien no cesó hasta dejar solucionada mi situación.

Llego a Alcaracejos pasadas las 14:00 horas y me encamino al bar Tic Tac (perteneciente al Hostal Tres Jotas, donde me hospedé en mayo), situado en las proximidades de donde me ha dejado el autobús y cercano a su vez del punto donde debo tomar el siguiente.

Esta nueva situación me permite disfrutar de una buena comida en el Tic Tac y esperar a la hora indicada para tomar el enlace en dirección a Hinojosa del Duque.







Después de comer, puntualmente, a las 15:00 horas estoy preparado en una parada de autobús cerca de la que teóricamente debe pasar el autobús según me indicaron.







El tiempo de espera se hizo largo, ya que se trata de un servicio discrecional que me recogerá en las proximidades de esta parada de autobús según entendí por las indicaciones que me dieron, no obstante, consulté a varios autobuses que por allí circulaban, desconociendo el servicio a que hacía referencia.

Después de aproximadamente media hora de espera, observo que se aproxima por la calle inmediata un autobús de servicio discrecional que se detiene ante mi presencia. Efectivamente, se trata del autobús que esperaba, al que después de acceder y abonar 2 € como importe del trayecto a realizar, apenas diez minutos después me deja en la población de Hinojosa del Duque.

Camino por las calles de esta población en dirección a la Plaza de la Catedral, para pasar por el Ayuntamiento donde registrarme y recoger las llaves del albergue.







El albergue municipal se encuentra en las inmediaciones de la plaza, escasamente a 100 metros del Ayuntamiento. Unas sensillas y cómodas instalaciones permiten el alojamiento de ocho personas. Puedo comprobar que ya se me ha anticipado un peregrino.





Además del correspondiente aseo, dispone de una cómoda sala común equipada con microondas.





Finalmente, todo se ha resuelto favorablemente llegando a mi destino dentro de un horario lógico, lo que me permite alojarme en el albergue y disfrutar de parte de la tarde para recorrer la población, realmente desconocida para mí, puesto que la anterior visita la dediqué más a descansar y preparar el retorno a casa.

Inicialmente me dirijo a identificar la ruta de salida para la etapa de mañana, comprobando que aún restan 903 Km hasta Santiago de Compostela.





Posteriormente, esta población con más de 6.000 habitantes, se fundó a principios del siglo XIV como Finojosa del Pedroche, adoptando su nombre actual en 1533, al convertirse en duque el titular del condado, Francisco de Sotomayor. Fue la villa más próspera y poblada del condado.

Entre su arquitectura religiosa, encontramos el Convento de las Madres Concepcionistas, edificio de airosa planta, con lujo, y de espectaculares contrafuertes en la fachada donde se abren dos portadas. En el friso destacan los escudos de Zúñiga y Sotomayor.





Lo más importante que tiene este convento es su patio interior de 27 metros de lado con arcos sobre columnas de granito. Su iglesia fue consagrada el 28 de abril de 1693.





La ermita de San Isidro Labrador, ubicada en la calle del mismo nombre. Su construcción es circular cubierta por una cúpula con seis puntos de luz. La inauguración tuvo lugar el 5 de abril de 1753.







La ermita de Santa Ana es el prototipo de “iglesia serrana de la Mesta” en sencillo estilo gótico. Fue la primera parroquia de la villa, data del siglo XIII. Es entre todas las ermitas, la más antigua y probablemente construida con las donaciones de los pastores de ganado trashumante.

Es Monumento Histórico Artístico desde el 8 de febrero de 1984, catalogada como bien de interés cultural. Consta de una nave con portada de granito.







La parroquia de San Isidro Labrador, con su portada adintelada con jambas de granito. Su torre es rectangular y de un solo cuerpo.

La existencia de ermita y parroquia se debe según dice el Padre Juan Ruiz: “que al crearse, en el arreglo general de Parroquias de la Diócesis de Córdoba en 1890 una parroquia en esta villa de Hinojosa del Duque con el título de San Isidro Labrador ésta se colocó interinamente en la iglesia del Hospital de la Santa Caridad por tener ésta mayor amplitud que la ermita del Santo Titular”.







Su bóveda es de cañón con lunetos. La cúpula sobre el crucero tiene decoraciones mixtilíneas.





Esta parroquia se encuentra formando parte del edificio también denominado Hospital de Jesús Nazareno.





La ermita de San Sebastián Mártir, originariamente construida, extramuros de la villa, constituye respecto a este tipo de ermitas serranas, un ejemplo de las más grandiosas de la provincia. Su antigüedad es paralela a la ermita de Santa Ana.





En cuanto al Convento de San Diego, del que se relata su construcción en 1589, de un convento de frailes franciscanos para atender las necesidades espirituales de los vecinos de Hinojosa del Duque. Esta comunidad convivió en esta villa por espacio de 244 años. Posteriormente, en 1890 se instalaron en su antiguo convento los Padres Carmelitas, quienes introdujeron en él múltiples reformas a través de los años.

Dicho convento ya desparecido, era de una grandiosa magnificencia en su construcción. Con amplio corredores, grandes aulas y hermosos patios. Fue colegio y seminario durante años, siendo cuna de cultura, gozando de un gran prestigio y popularidad.

Actualmente, su iglesia modernamente regia es del siglo XVI, reconstruyéndose una vez finalizada la Guerra Civil Española.





En la plaza de la Catedral, podemos contemplar la fachada de la ermita Virgen del Castillo, de la que también destaca su ábside. Construida a mediados del siglo XV y ampliada en el XVI, constituyendo el mejor testimonio de este estilo barroco de toda la comarca de los Pedroches.





En otra de los laterales de la plaza, se encuentra el edificio de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, también conocida como Catedral de la Sierra y declarado Monumento Histórico Artístico de carácter Nacional en 1981.

Templo de estilo gótico construido a mediados del siglo XV. Su torre compuesta de un primer cuerpo gótico, sobre el que se eleva el campanario y la torre renacentista. Su bella imagen nocturna destaca de manera espectacular en esta plaza de la Catedral.







Ya entrada la noche decido tomar algo de cena en el bar La Peña, situado junto al ábside de la ermita de la Virgen del Castillo, en esta misma plaza de la Catedral.







El tapeo en este bar fue excelente, un poco jamón, unos trozos de bacalao rebozado y una refrescante cerveza, dando por finalizado el largo y ajetreado día de retorno al Camino Mozárabe, retirándome a descansar al albergue en el que ya lo hace el otro peregrino.