CAMINO MOZÁRABE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 29º: Medellín - San Pedro de Mérida: 29,77 Km





Hoy salgo al amanecer, son las 07:25 horas y está cerrada la cafetería, así que comienzo la etapa sin desayunar.

Está lloviznando suavemente, pero permite caminar sin chubasquero, aunque prudentemente ya voy equipado con el pantalón de lluvia ante las previsiones climatológicas. El Hostal queda a mis espaldas.





Inicio la andadura cruzando el río Guadiana por el puente de los Austrias con el suelo mojado por la diminuta lluvia que cae.





Desde la parte más elevada del puente puedo contemplar la amplitud de su cauce y la tranquilidad de sus aguas entre los pequeños islotes que se mantienen inertes.







Ya en la otra vertiente del río y desde la salida del puente, contemplo la tranquilidad de la población a estas tempranas horas, aunque aún permanece el alumbrado eléctrico, con la presencia “vigilante” de su castillo desde la cima.







Apenas salgo del puente cuando tomo el desvío a la izquierda, dejando su calzada e incorporándome a una pista de tierra que en la bifurcación avanza a la derecha.







Tomando el ramal de la derecha, que me aleja del cauce del río, de acuerdo con la señalización de las flechas amarillas y el mojón del Camino, caminando por esta vía pecuaria denominada Cañada Real Leonesa.





En la siguiente bifurcación, apenas unos metros más adelante, de nuevo las flechas amarillas dibujadas en las paredes de los sifones de la acequia, indican que debemos continuar por el ramal de la derecha.





Sin embargo, el trayecto por este tramo de la vía pecuaria es breve, porque solo 960 metros después nos incorporamos al asfalto de la carretera BA-142, donde tomaremos a la izquierda en dirección oeste.





Avanzo en dirección oeste por el lateral de esta carretera, puesto que carece de arcenes, hasta llegar 650 metros después al puente que me permite salvar el cauce del río Cagánchez.





Nada más pasar el puente, en el margen derecho, un pequeño cartel me informa de la proximidad por la senda que de allí parte, solo 150 metros, del puente romano de Cagánchez.





No lo dudo y me desplazo fuera de la ruta del Camino estos pocos metros para poder contemplar esta vieja construcción situada apenas a 40 metros de la Vía romana ab Corduba Emeritam, es decir, la vía de Medellín a Mérida. Se supone que su construcción corresponde a la época del Imperio, al considerarse de traza romana, aunque debió ser reconstruido probablemente en el siglo XVI.







Sus características constructivas llaman la atención por su vano único, acompañado de otro más pequeño, con sus 47 metros de longitud y 2 metros de ancho, es considerado prototipo de “lomo de asno”.







Retorno nuevamente al asfalto de la carretera BA-142 y prosigo caminando en dirección oeste, cruzando por encima de los conductos sifónicos de la acequia identificada como A-XXV-b que riega estas fértiles tierras.





Otros nuevos 650 metros caminando por esta carretera desde que abandoné el puente de Cagánchez, hasta llegar a una bifurcación de la que parte una pista de tierra.

En este punto he de decidir entre las dos opciones que ofrece el Camino, aunque ambas se reunificarían junto a la carretera N-430, en el puente que en dicha carretera salva el cauce del río Búrdalo.

La primera continuar recto en dirección oeste por esta carretera BA-112 hasta la cercana población de Yelbes, solo 1 Km.

La segunda opción consiste en tomar a la derecha por la pista de tierra en dirección noroeste que me conducirá hasta la población de Santa Amalia, distante 4,7 Km al norte.





La opción la tengo clara, tanto por la existencia de alojamiento en Santa Amalia por si decido dar por finalizada la etapa como por la facilidad de continuar caminando por esta Cañada Real Leonesa, abandonando el asfalto. Así que tomo a la derecha de acuerdo con la segunda opción.





Desde el trazado de esta Vía Pecuaria, todavía la climatología me permite apreciar en la lejanía las edificaciones de la población de Yelbes, de la que poco a poco me voy retirando.





La Cañada Real Leonesa por la que camino prosigue su itinerario en dirección norte, llegando después de 2,2 Km a una bifurcación señalizada mediante mojón del Camino, donde me indica continuar a la izquierda, para caminar ahora en dirección noroeste.







El recorrido por estas llanas y fértiles vegas también tiene un encanto especial que únicamente la climatología puede alterar, como efectivamente va a suceder.

De manera repentina el cielo con sus nubes comenzó a descargar el agua almacenada en ellas, por lo que, en breves minutos, solo me dio tiempo a colocarme el chubasquero y proseguir caminando en dirección noroeste por esta vía pecuaria en medio de este aguacero.

Así hasta llegar a una primera bifurcación, frente a las edificaciones de una industria conservera, lugar en que la señalización de las flechas amarillas indica tomar a la derecha, indicación que lógicamente obedezco y que teóricamente me conduce a Santa Amalia.







Cae agua en cantidades enormes, lo que me impide la visión de un espacio superior a un par de centenares de metros, no obstante, nada más tomar en la dirección norte indicada por carretera asfaltada, junto a las vallas de la industria conservera, una nueva señal del Camino me indica un nuevo cambio de dirección, debiendo abandonar la carretera y tomar la pista que parte bordeando el perímetro de la factoría, pero ahora en dirección oeste.







Ante este cambio que me aparta de la teórica dirección hacia Santa Amalia, aspecto que no puedo confirmar con el GPS de mi móvil, puesto que el agua ha mojado la pantalla y es imposible utilizarlo, exponiéndome a dañarlo de manera irreversible, decido esperar.

La factoría tiene cerrada sus instalaciones, así que no me queda más remedio que hacerlo resguardado en lo posible junto a la valla, hasta que deje de llover o pase algún vehículo que me confirme la dirección correcta hacia Santa Amalia.

Sin embargo, no todas las personas están dispuestas a facilitar una simple consulta informativa, ya que en medio de la tormenta que está descargando aprecio como dos vehículos todo terreno se aproximan hacia mí, por lo que hago gestos con el fin de solicitar una simple información, no atendiendo en absoluto mis señales.

Comprendo que existan ocasiones en que nadie se fie de nadie, pero también entiendo que al menos por caridad, son dos vehículos de la zona, cazadores, no van solos y viendo el temporal que está descargando, ante la presencia de una persona que solicita ayuda, al menos habrían podido detenerse.

Así que prosigo esperando a que cambie la climatología y me permita alguna visibilidad para confirmar la dirección a seguir, pero también existe buena gente. En esta ocasión se trata de un tractor con cabina cubierta, cuyo conductor al apreciar mis gestos inmediatamente se detuvo, atendiendo mi solicitud de información sin el más mínimo reparo, ofreciéndome cualquier otra ayuda que necesitase. Agradecí enormemente su amabilidad y me confirmó la dirección a seguir hacia Santa Amalia, debiendo continuar hacia el norte por esta carretera asfaltada ya que me encontraba a escasa distancia de la población. Volví a agradecer su amabilidad y envuelto en mi chubasquero prosigo caminando.

Efectivamente, poco a poco el temporal de lluvia fue cesando y puedo ir apreciando la inmediatez de las edificaciones a las que llegué después de 15 minutos y recorrer aproximadamente un kilómetro.

Accedo al núcleo urbano de Santa Amalia después de conseguir cruzar la carretera N-430 y ya caminando por sus calles me encamino hacia su céntrica plaza de España, cuando son las 10:15 horas y ha cesado de llover.

En esta plaza se encuentra el edificio de su Iglesia Parroquial de Santa Amalia, construido en mampostería encalada, de sabor neoclásico, cuyas obras se prolongaron desde 1831 hasta 1837 en que se suspendieron, considerándose finalizadas en 1842.





Esta población de Santa Amalia, aunque en su asentamiento pudo haber existido algún poblado romano, no sería hasta 1827 cuando se produciría su fundación con la llegada de 100 colonos dombenitenses. Se trata de una de las últimas poblaciones fundadas al abrigo de las disposiciones de los gobiernos del siglo XVIII para favorecer la población de determinados territorios.

Está situada en plena vega del Guadiana, entre los cauces de los arroyos de Búrdalo y Cagánchez, ocupando una amplia superficie de tierras feraces, lo que da origen a su existencia, con una población de 4000 habitantes.

En esta misma plaza, de acuerdo con el diseño de creación de la población también se encuentra el edificio de su Ayuntamiento.





En este centro neurálgico de la población, también se encuentran negocios dedicados a la hostelería tales como el Hostal Fuente de la Magdalena.





Como la climatología se ha suavizado y cesado la lluvia, decido realizar un descanso para desayunar y sopesar la posibilidad de finalizar la etapa en esta población o proseguir en dirección Torrefresneda.

La existencia de esta plaza del Bar Restaurante Cidoncha, que además dispone de terraza cubierta, me anima a la parada y descanso, aprovechando para despojarme de parte de la indumentaria de lluvia para aprovechar a secarla.







La atención por parte de los gestores y propietarios del local fue excelente, además de facilitar mi “asentamiento” en la terraza, disfruté de un excepcional desayuno con unas cervezas acompañadas de una espectacular tosta de jamón, tomate y aceite, tres productos de la tierra.

Finalizado el desayuno y con el asesoramiento de los propietarios del bar, decido proseguir la etapa y amablemente me indican el recorrido urbano que debo hacer para salir de la población, gracias por la acogida y amabilidad.

La idea es proseguir hasta Torrefresneda, distante aproximadamente 10 Km, así que, de acuerdo con las indicaciones recibidas, tomo por la inmediata calle Reina en dirección noroeste, hasta que después de 300 metros, prácticamente dejo atrás el núcleo urbano y prosigo a la derecha, de acuerdo con las indicaciones del Camino por esta misma calle Reina, pero ya en terreno abierto.







Atrás quedan las edificaciones y prosigo caminando por esta vía asfaltada rodeado de estos fértiles campos de abundante producción agrícola.







La señalización del Camino, con sus mojones, me sigue manteniendo informado de la dirección acertada en busca de la ribera del río Bórdalo.





Después de 1,3 Km llego a un cruce con la pista que bordea el Canal Secundario 4-2, uno de los muchos canales que riegan estas vegas Altas del Guadiana, cruzo perpendicularmente manteniendo la dirección para avanzar a través de una pista que continua de asfalto.





A medida que avanzo cada vez me sorprende más la impresionante red de riego de que se dispone con canales y compuertas distribuidos estratégicamente en las vegas.





Después de 2,8 Km finalmente desparece el asfalto, a la altura de unas instalaciones de depuración de aguas, continuando la pista ahora con piso de tierra. Poco después una nueva bifurcación perfectamente señalizada nos indica proseguir por el ramal de la izquierda, manteniendo la dirección.





Avanzamos otros 700 metros para encontrar a nuestra derecha, en el cauce del río Búrdalo, las compuertas e instalaciones de una presa fluvial.







Un poco más adelante, una nueva bifurcación señalizada nos indica continuar por el ramal de la derecha, prosiguiendo así por la ribera del río Búrdalo.







Nos adentramos en una zona de cañaverales y humedales, dada la proximidad del río, aunque ya se vislumbra el final de este recorrido ribereño.







Efectivamente, apenas unas decenas de metros después llegamos al cruce con la carretera N-430, dando por finalizado nuestro recorrido por la ribera de este río Búrdalo.







Comenzamos a caminar por el arcén de esta carretera N-430 hacia la derecha, en dirección oeste, por lo que será necesario cruzar el cauce del río que estos últimos kilómetros nos hizo compañía, a través del puente de la propia carretera, desde el que podemos observar cómo desaparece su caudal serpenteando entre la abundante vegetación.





Hay que continuar caminando por el arcén de esta carretera N-430 durante 2,3 Km hasta llegar a la desviación que nos dará acceso a la inmediata población de Torrefresneda.





Solo 600 metros después nos encontraremos a la entrada del núcleo urbano de esta pequeña población, que como entidad local pertenece al municipio de Guareña. Situada en las inmediaciones de la autovía A-5 en su cruce con la carretera N-430





A la misma entrada nos recibe la presencia de un cruceiro ante la fachada de su iglesia.





El edificio de su iglesia, de moderna construcción al igual que la población, tiene su torre del campanario independiente de la nave de esta Iglesia de Nuestra Señora de Fátima.







Torrefresneda, es una entidad de población realmente joven, de los denominados “pueblos de colonización”, recientemente ha cumplido los 50 años desde su creación y la llegada de los 64 colonos que en 1971 daban vida a la misma.

Se puede incluir entre los casi trescientos pueblos que construyó el Instituto Nacional de Colonización en el periodo comprendido entre los años 1939 y 1971. El número de habitantes es de 359 (INE-2022).

Van a ser las 13:30 horas, por lo que entiendo apropiado dar por finalizada la etapa en esta población y para ello previamente había contactado con el teléfono de que disponía para informar de mi llegada y de la posibilidad de alojamiento, indicándome que efectivamente, no hay problema de alojamiento y que a mi llegada me dirija al bar Magro para recoger la llave.

Así lo hago, a continuación de la Iglesia se encuentra el citado bar al que accedo interesándome por la llave del albergue y aquí comienza mi sorpresa, pues me indican que ellos no disponen de la llave, no obstante, me orientan a que me dirija a otro establecimiento también cercano denominado Punto de Encuentro, junto al Ayuntamiento (a la derecha del mismo).







Por suerte aquí no hay distancias y en esta misma plaza, apenas a 100 metros hay otro bar, entiendo que debe ser como un centro social de la población, donde efectivamente me atienden y confirman que era con ellos con quienes había hablado telefónicamente pero no consigo que me aclaren el porque me informaron que me dirigiese al otro establecimiento, simplemente me indican que puedo acceder al albergue en el que ya ha llegado previamente una peregrina.

Sin salir de mi asombro me encamino al albergue, también situado en esta misma plaza, en las edificaciones existentes a la izquierda del Ayuntamiento.







Efectivamente, está la puerta abierta y allí me encuentro con la peregrina que me habían anunciado, a la que después de saludar y comentar la extrañeza de lo sucedido, acordamos ocupar de manera independiente las dos habitaciones equipadas con literas.

A continuación, me indica que estaba intentando encender el calentador para el agua caliente que se encuentra en el patio del albergue, así que me presto a colaborar con ella. Después de varios intentos comprobamos que la bombona del gas está vacía, lo que se comunica a los “gestores” del albergue y hacen caso omiso del tema.

Nos resignamos a carecer de agua caliente, así que nos adaptaremos a la situación, pero la sorpresa no queda aquí y observamos que tampoco funciona la cocina eléctrica, lo que se vuelve a comunicar a los “gestores” y la solución que nos dan es que utilicemos el microondas.

La situación ya me está cansando, no por la carencia de los medios sino por la desidia con que somos atendidos y no manifestarnos claramente la situación de precariedad en que posiblemente se encuentren en cuanto a la atención al albergue.

Ante esta situación, decido buscar otro alojamiento si existiese en esta población y en caso contrario marcharme a la siguiente población, deseo que comparto con mi acompañante peregrina y la indico que si encuentro algo volveré a informarla, pero en caso contrario estoy decidido a marcharme, aunque ella decide quedarse si no encontramos un nuevo alojamiento, pues se encuentra cansada.

Retorno al bar Magro a los que informo de la situación vivida y que intento localizar algún otro alojamiento y en ese sentido recurro a ellos. Me confirman la carencia de cualquier otro tipo de alojamiento y con toda mi pesadumbre decido proseguir la etapa hacia San Pedro de Mérida, a pesar de la buena gastronomía de la que estoy viendo disfrutar a otros clientes y de lo cansado que estoy.

Después de consumir una bebida refrescante e hidratante y llevarme otra para el Camino me pongo a caminar cuando van a ser las 14:30 horas y aún me restan alrededor de 10 Km.

Comienzo a caminar por la pista asfaltada que discurre en dirección oeste paralela a la autovía A-5, por su margen izquierdo.







Después de 2,2 Km, las flechas amarillas del Camino me indican que debo pasar por el túnel que salva el paso de la autovía A-5, aunque desgraciadamente se encuentra bastante inundado y a pesar de mis esfuerzos termino empapando las botas.







Ahora en el margen derecho de la autovía según mi sentido de marcha en dirección oeste, prosigo caminando por asfalto, si bien el aspecto que presenta el campo es espectacular a través de este Parque Natural de Cornalvo, con de la dehesa en que pace el ganado.





Un nuevo tramo por esta pista asfaltada de 2,2 Km no va conduciendo ahora en dirección suroeste, siempre en paralelo al trazado de esta autovía A-5.

Finaliza este tramo con la indicación de un mojón del Camino que nos conducirá ahora a un paso elevado de la autovía.





Este puente elevado sobre la autovía nos permite cambiar de nuevo al otro margen de la autovía, de nuevo en el margen izquierdo por el que prosigue la pista asfaltada, como se puede apreciar, perdiéndose en el horizonte de la larga recta.







Ahora el recorrido por este margen izquierdo se mantiene, en dirección suroeste, durante otros 3,2 Km, al cabo de los cuales volveremos a cambiar al margen derecho de la autovía, ahora a través de un nuevo túnel bajo la misma. En esta ocasión y como aspecto positivo, sin apenas humedad.







Son las 15:50 horas, cuando ya en el margen derecho de la autovía como último y definitivo cambio a realizar hasta terminar la etapa, inicio un ascenso que hace que me resienta en parte por el número de kilómetros que ya soportan mis piernas, como por lo inadecuado de la hora en que también se deja notar el sol que me acompaña.







Después de 1,1 Km de prolongado y pesado ascenso de este sobrevenido final de etapa, una vez superadas las edificaciones del Cementerio de San Pedro de Mérida, accedo al núcleo urbano de la población.





Previamente a la salida de Torrefresneda, aseguré el alojamiento en este final de etapa, aunque a un precio muy por encima del publicitado, no obstante di mi conformidad a la reserva, así que inicio un pequeño recorrido por las calles de San Pedro de Mérida hasta retornar a las proximidades de la autovía A-5, concretamente a la carretera que delimita su núcleo urbano, la denominada Avenida Juan de Ávalos (antigua carretera de Madrid a Lisboa), donde se encuentran las instalaciones del Hostal Juan Porro (Hostal Viñuela).





Accedo por la zona del bar, donde después de identificarme y recibir la llave de la habitación, me acomodo relajadamente en una mesa del bar a disfrutar de unas cervezas refrescantes y un revitalizante montado de jamón ibérico, pues son las 16:30 horas y la cocina ya está cerrada, agradeciendo la atención y amabilidad de Miriam, la persona que me atendió desde mi llegada.





Han sido dos horas caminando a una marcha bastante elevada para cubrir el tramo desde Torrefresneda hasta San Pedro de Mérida, pero ello ha sido posible por la necesidad de llegar y la llana orografía del recorrido, a pesar del asfalto y el cansancio que genera.

Durante mi refrescante descanso presencié la llegada de un nuevo huésped que exigió como condición indispensable el reconocer previamente la habitación en que había de hospedarse para conocer si reunía unas condiciones aceptables.

Miriam algo sorprendida por la inusual petición y previa elevación de la consulta, actuó de acuerdo con la petición del cliente.

Una vez que pacientemente finalicé mis consumiciones, decidí encaminarme hacia la habitación asignada para intentar asearme y descansar, despidiéndome de Miriam y sus demás acompañantes que ante la ausencia de clientes se habían tomado unos minutos de relajo en la terraza del bar.

Después de localizar mi habitación y abrir la puerta, mis ojos no daban crédito a lo que veían, la habitación estaba totalmente vacía, solo había un colchón situado en posición vertical junto a la pared. Después de revisar el número de habitación, lss colindantes y la llave asignada, decido retornar con mi mochila de nuevo a la zona de recepción.

Me presento en la terraza del bar en la que plácidamente continuaban Miriam y sus compañeras y no salían de su asombro cuando me ven regresar, sin embargo, en mi caso y de forma humorística comento: ahora comprendo el porqué de la insistencia del anterior cliente en conocer la habitación asignada antes de decidir hospedarse, pues en mi caso la habitación asignada estaba sin ningún equipamiento. Del asombro inicial pasaron a la carcajada general después de apreciar mis humorísticos comentarios y que la situación, de haber surgido, habría sido distinta con el cliente que solicitó la visita previa a la habitación.





Efectivamente, había existido un error en la asignación de la habitación que inmediatamente subsanaron y todo quedó en la anécdota.

Ahora ya en la correctamente habitación asignada, que lógicamente dispone de todas las comodidades y servicios necesarios, después de asearme, me retiro a descansar.

Antes de atardecer decido salir a conocer esta población, además de identificar el itinerario de salida para la etapa de mañana.

Para ello asciendo por la avenida Virgen de la Albufera que me conduce hasta la plaza de España, lugar en que se encuentra el edificio del Ayuntamiento.





Esta población, situada sobre el antiguo Camino Real de Madrid, condicionando su estructura al itinerario.

Sus antecedentes parecen encontrarse en una basílica visigoda, sobre la que más tarde se consolidó una iglesia bajo la advocación que da nombre al asentamiento. Su población actual es de 851 habitantes (INE 2022).

En esta plaza de España, junto a la que se inicia la avenida de Mérida, será la ruta de salida para la etapa de mañana a través de esta avenida en dirección oeste.

Retorno ahora por la calle Mayor hasta la cercana calle de la Iglesia, lugar en que se ubica la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, que se trata de una obra de pequeñas proporciones originaria del siglo XV, con numerosas intervenciones posteriores.





Su planta es de nave única con testero plano y modesta torre fachada al frente. Destaca en el exterior su portada del Evangelio, con arco de medio punto e indicios renacentistas, así como una pequeña hornacina donde se aloja una imagen del titular del templo. El conjunto dentro de su modestia, tiene interés.







Se pueden contemplar restos de una Basílica Visigoda aneja a la Iglesia Parroquial, uno de los escasos restos de esa época que se conservan en Extremadura. Se puede apreciar la pila bautismal por inmersión con cuatro escalones, los arranques de granito de las columnas, restos de la pared y una tumba antropomorfa, así como el pavimento original.







Después de este breve y relajado paseo, retorno en dirección al Hostal, aunque en el itinerario seguido descubro las instalaciones del Hogar del Pensionista, al que accedo para compartir con algunos vecinos la retransmisión de un partido de futbol, aprovechando para actualizar mis anotaciones y tomo una cerveza.

Ya bien entrada la noche decido tomar algo de cenar antes de retirarme a descansar, así que después de las consultas realizadas y la necesidad de tomar algún alimento caliente me encamino al cercano restaurante Ruta 5, en las inmediaciones del hostal en que me alojo.

El menú fue todo un acierto, de primer plato disfruté de una excelente y reconfortante sopa de picadillo.







Finalizando con una carne con salsa de queso realmente contundente.





Termino este homenaje culinario con una buena cuajada y ahora sí que intento dar por terminada la jornada, abandonando el local para dirigirme al cercano hostal en que me alojo, contemplando a mi paso la obra del escultor emeritense Juan de Ávalos, se trata de un monolito que aloja un altorrelieve en bronce, donación del artista, que representa a San Pedro Apóstol.







Mi sugerencia: Etapa de recorrido excesivo, preferible adelantar el final.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Santa Amalia:
-Hostal Fuente de la Magdalena**
    Localización: Plaza de España, 20
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 605 492 652 / (+34) 924 80 02 38
    Atención Especial a Peregrinos



Torrefresneda:
-Albergue Municipal de Peregrinos de Torrefresneda
    Localización: Plaza de San Martín
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 637 890 576 / (+34) 924 322 001 (En fin de semana llamar el viernes antes de las 15 H)



San Pedro de Mérida:
-Hostal Kavanna
    Localización: Avenida de Juan de Ávalos s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 609 002 195 / (+34) 924 32 50 22

-Hostal Viñuela
    Localización: Avenida de Juan de Ávalos, 5
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 924 325 010 / (+34) 689 082 608