EL CAMINO DEL NORTE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)




10º Día: Portugalete – Castro Urdiales: 29,9 Km



Es un nuevo día y el “lujo” de la pensión permite disfrutar de baños, aunque independientes de la habitación, pero sin agobios, amplios y aseados. Salen al Camino en primer lugar Carlos (el portugués) y las irlandesas, posteriormente lo hacemos JB y yo con la idea de desayunar en la Cafetería Venecia, ya que el día anterior pude confirmar su apertura antes de las siete y la verdad es que pocas cosas hay como empezar la jornada con un desayuno calentito. En mi salida del día anterior también localicé una panadería en la misma ruta de salida que iniciaba su jornada a las seis de la mañana, esto ya fue la dicha completa al permitirnos otro lujo de llevar pan recién horneado para nuestro refrigerio mañanero de la ruta.

Por cierto, la responsable de la panadería, un encanto, aparte de recomendarnos el “pan verde” dadas sus especiales propiedades para organismos estreñidos. Al indicarle que nos dirigíamos a Castro Urdiales, nos recomendó un buen sitio en la zona del puerto donde poder comer a unos precios de peregrino y calidades más que aceptables, La Goleta.

Iniciamos la salida de Portugalete siguiendo la avenida de Carlos VII





hasta incorporarnos al carril bici (bidegorri = camino rojo) que nos permitirá llegar a la playa de La Arena tanto a peatones como a ciclistas para retornar al mar Cantábrico.





Durante los once Km de “bidegorri”, encontramos ya en las proximidades de La Arena una zona descendente con algunos huertos y pequeñas almacenes para alojamiento de los aperos de labranza casi artesanal pues son pequeñas parcelas de uso doméstico. Observamos como un ciclista que circula en dirección a Portugalete es atacado por un enorme perro que se ha escapado de una parcela, logrando esquivar el ataque. Sin embargo un lugareño que nos antecedía no tuvo la misma suerte y tuvo que hacer uso de palos piedras y todas sus fuerzas para esquivar los ataques del enorme chucho. Por suerte para nosotros apareció el propietario que calmó al animal, aunque no tuvo tanta suerte con el enorme disgusto que tenía el lugareño. Esto nos confirma la necesidad de llevar un bordón o bastón de trekking.

El "bidegorri" finaliza entre las edificaciones que conforman la infraestructura turística correspondiente a la playa de La Arena que se abre ante nosotros





hasta que aparece el cauce por el que desemboca el río Barbadun. Dicha desembocadura se puede vadear a través de un puente peatonal que nos permite llegar a Pobeña, saliendo junto a la ermita de la Virgen del Socorro,





dejando Pobeña a la izquierda, y a través de unas escaleras salvamos el desnivel que nos devuelve al mismo borde de la costa durante tres km hasta llegar a Cantabria, a través de un camino del que se ha aprovechado el antiguo trazado de una vía férrea.





Estos kilómetros son una preciosidad, máxime si tenemos la suerte de que las condiciones climatológicas nos acompañen como sucedió en nuestro caso, ¡¡una verdadera gozada!!





Con estructuras habilitadas para descender y aproximarnos a las edificaciones existentes como cargaderos de mineral de otros tiempos en que se llevaba el mineral hasta la costa donde era embarcado.



Fue el primero de lo cargaderos construidos en Vizcaya (año 1870 por la Compañía Mac Lennan de Minas S.A.) y el único que cargaba mineral en mar abierta. Estuvo funcionando hasta 1963 y en la actualidad se conserva la base del cargadero.



En este recorrido podemos observar cual era el procedimiento utilizado para la extracción de algas,



manteniéndose una representación el sistema mecánico de poleas, jaulas y cables que en su momento hacían efectivo el trabajo. Se utilizan como fertilizantes, en alimentación, en medicina o incluso en la industria textil.



Después de tanto “trabajo” entre los minerales y las algas, son las once de la mañana, así que buena momento para recuperar fuerzas, que para algo hemos transportado el jamón, queso, vino y el pan recién hecho comprado en Portugalete. En este marco incomparable y en una sencilla zona de descanso comenzamos a dar buena cuenta delas viandas.



Dejamos Vizcaya y entramos en Cantabria, se comienza a observar el cambio regional incluso en el recorrido y la diferente atención que se presta al mismo ¡¡estamos en Cantabria!!

Encontramos un cartel en el que claramente advierte de los peligros que pueden sobrevenir y consecuentemente en caso de que suceda algo “el problema es nuestro “.



Efectivamente hemos de cruzar por un túnel entibado y que nos conducirá hasta la ya familiar N-634.



La decisión es continuar por la N-634 hacia Ontón y desde aquí otros cinco kilómetros de carretera que nos llevarán hasta Mioño con sus minas al aire libre con la huella de la extracción de sus menas en el camino hacia Castro Urdiales, ya sin abandonar la citada carretera. Ha sido un día de camino excelente con una temperatura ideal para caminar y disfrutar de las vistas de este gran mar Cantábrico. Entramos en Castro Urdiales a las 14:30 horas.





El albergue se encuentra situado al otro extremo de la población, junto a la plaza de toros, ya en la salida dirección Santander, así con un poco mas de ánimo después de descansar un tiempo nos decidimos poner rumbo al albergue y como el desayuno había sido fuerte creemos apropiado esperar a la cena.

Ya en las proximidades del albergue que aun no habíamos localizado coincidimos con Jordi que relajadamente se encaminaba a buscar un sitio donde comer puesto que ya se había alojado y dejado sus pertenecías en el albergue.

Somos recibidos por Alfonso (hospitalero de verano, el titular es Sidia), un personaje singular con su historia y sus salidas de tono algo difíciles de entender. Las sensaciones algunas veces intuyen la posible evolución de los hechos, así que sugiero cambiar de alojamiento, pero me dejo convencer por la ilusión de poder participar en una cena preparada por el hospitalero y celebrarla en plan comunitario. Dicho y hecho.

Como la tarde se presenta agradable, aprovechamos la parcela ajardinada de que dispone el albergue y mientras unos reposan bajo los suaves rayos de sol que aún llegan degustando un vino, otros con sus ejercicios relajantes y yo mismo con una agradable baño de pies en agua con un poco de sal que ayuda a fortalecer la piel.



A media tarde decido salir a pasear y conocer algo de Castro Urdiales en compañía de Jordi, así que nos encaminamos hacia la zona del Paseo Marítimo, el lugar más céntrico de la ciudad con la sede del Ayuntamiento. Ya van siendo las seis de la tarde y aunque la cena prevista en el albergue sea temprana, decidimos visitar La Goleta (recomendado en Portugalete) y la verdad es que hubiese merecido la pena disfrutar de su cocina, solo con la prueba de unos mejillones en salsa picante con un par de cervezas quedé plenamente convencido del acierto del lugar. Continuamos visitando el puerto donde pudimos apreciar de cerca las traineras que estaban siendo preparadas en el propio muelle,



así como alguna que otras que se encontraban recorriendo el pantalán del puerto a modo de preparación para las regatas venideras.



Como cierre del puerto, junto al espigón, se encuentra la Iglesia de Santa María de la Asunción, monumento gótico del S-XIII prácticamente unido al Castillo de Santa Ana que debió construirse a finales del S-XII y principios del S-XIII, con su reducido tamaño (actualmente se usa como sala de exposiciones). Sus propietarios fueron alternativamente monarcas castellanos y el Monasterio de las Huelgas, hasta que definitivamente pasó a propiedad real.



Destaca la singularidad del faro ubicado sobre la cubierta del castillo pudiéndose apreciar la superposición sobre una estructura militar de una arquitectura industrial.



Por último el Puente de origen medieval es de un solo ojo con arco de ojiva muy trasformado, ya que en 1617 se efectuó una redificación de los parapetos y de la calzada, y a menudo se ha reparado por haber sufrido los embates de los temporales que hacen peligrar su estructura.



Regresamos al albergue para en “comunidad” degustar la cena preparada por Alfonso y aunque los inicios fueron algo “tensos” por la drasticidad de los mandatos en cuanto al uso de la tv, la utilización del plato único tanto para la sopa de pan como para las posteriores salchichas y tortilla de patatas, esto junto a las errores de interpretación debido a la mezcla idiomática de los peregrinos, pudieron generar malentendidos cuyas consecuencias se resaltaban de manera desproporcionada.





Finalmente se terminó la cena y varios se retiraron a sus actividades previas al descanso, otros como JB, Carlos, Sebastian y los dos irlandeses se acercaron al pueblo con el compromiso de estar de regreso a las 22:30 con algunas viandas que nos permitiesen ver el partido de futbol de los “leones”, momento que se entendía como cierre del acceso al albergue. Con anterioridad recibimos la visita del hospitalero titular, Sidia, una persona encantadora interesado por todos y cada uno de los detalles del albergue y sus usuarios. La verdadera pena es que un edificio tan agradable se encuentre algo desatendido en su mantenimiento, ya que en la sala de literas por ejemplo existen filtraciones que generan humedades en el techo y la pared, respirándose una atmósfera desagradable, pues pensemos además que normalmente está repleto de peregrinos dada su pequeña capacidad. Sería muy interesante que Castro Urdiales, con su belleza y entidad, dispusiese de un albergue mas apropiado y acorde con esta maravillosa ciudad.



La verdad es que el retorno de los “exilados” se produjo “fuera de hora”, exactamente a las 22:55, lo que provocó una desmedida reacción sugiriéndoles dos posibles opciones a Carlos y JB, que se alojasen como mal menor en el lavadero. Lógicamente, entendieron que no era adecuado el ofrecimiento, por lo que optaron por la segunda opción que era abandonar el albergue. Ante esta situación hice causa común con ellos, por lo recogí que mis pertenencias, previo abono de la cena de JB y mía, aunque ya hubiésemos pagado también el alojamiento y nos retiramos del albergue a la espera del regreso de Sebastian y los dos irlandeses, que lógicamente siguieron la misma suerte que nosotros y también fueron desalojados a disfrutar de la noche “castreña”.

Después de analizar la situación, era ya el nuevo día, y sopesar la posibilidad de dormir en la playa, aunque con cierta preocupación por mi parte pues dada mi edad lo mas probable es que al día siguiente tuviesen que llevarme en parihuelas, a pesar de la generosa oferta de los irlandeses que gentilmente me cedían su tienda y esterillas. Finalmente en un “rayito” de cordura localizamos una Pensión, que entraba dentro de las posibilidades económicas requeridas y tomamos posesión de seis plazas. Una vez resuelta la principal necesidad, decidimos aprovechar y vivir la noche castreña, ya llevamos diez días de Camino y creíamos que era apropiado disfrutar de algo mas. La noche fue bella y entretenida, se dispara la alegría, se relaja la mente y se dejan los prejuicios, así que después de varias docenas de cervezas, acompañadas de música y mucha salsa, consideramos que era apropiado retirarnos a nuestra pensión, pues prácticamente habíamos cerrado Castro Urdiales.







Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Pobeña (Muskiz):
-Albergue de Pobeña
    Localización: Barrio de Pobeña, 6; Edificio de las antiguas escuelas (a 400 metros del Camino)
    Propiedad: Municipal; Gestión: Agrupación de Hospitaleros Voluntarios del Camino de Santiago para Bizkaia

-Apartamentos Rurales Mugarri
    Localización: Plaza de Pobeña s/n (a 450 metros del Camino)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 617 03 82 92



Ontón:
-Albergue Tu Camino
    Localización: Carretera N-634 - (PK-138)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 74 03 89
    Inaugurado en 2018



Mioño:
-Pensión Los Tres Caños*
    Localización: Barrio Tresvilla, 90
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 87 96 58 / (+34) 687 66 32 11

-Hotel Suite Mioño**
    Localización: Carretera Mioño-Lusa, s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 87 95 55



Castro Urdiales:
-Albergue de Peregrinos de Castro Urdiales
    Localización: Valle Subida a Campijo (detrás de la Plaza de Toros)
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 620 60 81 18

-Pensión Hostería Villa de Castro*
    Localización: Calle Los Huertos, 2
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 650 48 36 50

-Pensión Ardigales 11*
    Localización: Calle Ardigales, 11
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 78 16 16

-Pensión Jade*
    Localización: Calle La Ronda, 16, 1º
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 692 84 65 79

-Pensión Catamarán*
    Localización: Calle Victorina Gainza, 3 bis 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 78 41 37

-Pensión La Marina*
    Localización: Calle La Plazuela, 20
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 86 13 45

-Pensión La Sota**
    Localización: Calle La Correria, 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 87 11 88

-Pensión La Mar**
    Localización: Calle La Mar, 27
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 87 05 24

-Hotel La Ronda*
    Localización: Calle de la Ronda, 18
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 86 40 40

-Hostal Vista Alegre***
    Localización: Brazomar s/n
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 86 01 50 / (+34) 646 66 88 68

-Hostal Las Rocas****
    Localización: Calle Flaviobriga, 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 942 86 04 00