EL CAMINO DEL NORTE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 22º: Gijón - El Valle:



A las trece horas me encuentro a las puertas de la estación de Renfe de Gijón, la climatología efectivamente, anda algo revuelta y a pesar de la lluvia que no cesa no quiero perder la esperanza en la confianza de que mejorará.





Así que sin más dilación y puesto que me encuentro en la ruta de salida de Gijón del Camino del Norte en dirección a Santiago, aprovecho esta ventaja y comienzo a caminar por el paso elevado que salva el cruce de las vías, calle Carlos Marx que desemboca en la rotonda en la que tomo la salida de la izquierda por la Avenida de Juan Carlos I hasta la calle Lealtad, avanzando hasta el cruce con la calle Mariano Pola en su tramo final, tomo a la izquierda por la citada calle y nada mas caminar un centenar de metros, pasa a denominarse Avenida de Galicia, por la que continuaré de acuerdo con la señalización del Camino existente hasta finalizar la misma que al cruzarse con la ya conocida Avenida de Juan Carlos I, vuelve a cambiar de nombre pasando a denominarse Avenida de Argentina que nos irá sacando de la ciudad hasta desembocar en la carretera de Avilés aunque dentro del núcleo urbano.

Ya en plena carretera de Gijón a Avilés, por su trazado antiguo, puesto que la mayor densidad de tráfico se concentra por la nueva autovía A-8, no obstante hay que caminar con suma atención pues no deja de ser una importante vía de comunicación hacia las poblaciones costeras, con pasos subterráneos o elevados sobre vía férrea o autovía e incluso en algún caso cruzando por la zona autorizada sobre la propia vía férrea.





Previo consejo de un lugareño, opto por continuar por carretera evitando la subida al monte Areo, ya que debido a las constantes lluvias se encuentra muy embarrado y encharcado, aunque su elevación no sea demasiado pronunciada, incluso por seguridad debido a la inestabilidad climatológica y la soledad en el caminar ante la ausencia de peregrinos, el simple raciocinio me confirma la decisión que certeramente adopté.

Después de seis kilómetros, encuentro el desvío a la izquierda hacia la CE-6 que me permitirá caminar de una forma más sosegada y tranquila a pesar de la poca amplitud de la calzada, pero con muy poco tráfico, lo que convertirá el caminar en un agradable paseo bajo la suave llovizna (orbayu) que cada vez se va haciendo más imperceptible.

Como son algo más de las catorce horas, aprovecho la existencia de un establecimiento hostelero en el mismo desvío hacia la C-6 para tomar una cerveza en el denominado Bar Jenaro y así recabar información del trayecto y posibles puntos “gastronómicos” en que poder comer poco antes de llegar a mi destino, pues no me agrada caminar después de haber comido, siendo atendido con exquisita amabilidad en todos los aspectos. Me gustaría resaltar la excelente cocina casera de que da muestras este lugar con sus aromas y de la realidad que alguno de los comensales del local está degustando, como ejemplo de un verdadero establecimiento de cocina asturiana con la imprescindible presencia de la sidra bien escanciada y consumida por los paisanos como asiduos clientes. Verdaderamente quedé sorprendido de forma muy positiva por la raigambre del lugar a pesar de su aspecto exterior, en mi próxima visita a la zona no me perderé una buena degustación culinaria en el lugar acompañado, como no, de la degustación de una excelente botella de sidra natural.







Con pesadumbre, abandono el local por la CR-6 y comienza mi peregrinar durante otros cinco kilómetros, durante los que transito por lugares como Perver, El Riego, Guimarán, Céspedes y Carreño.

Ya en Carreño y a los pies del Monte Areo contemplo exteriormente la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, situada en La Carbayera desde la segunda mitad del siglo XVII, que alberga a la Celestial Patrona de Carreño, única Virgen Asturiana, junto con la de Covadonga, coronada canónicamente: la Virgen campesina y marinera Nuestra Señora de los Remedios.







A escasos quinientos metros en un desvío a la derecha se encuentra el Centro Cultural y Social de Carreño, sede social y deportiva que dispone de bar en el que se sirven comidas y un pequeño supermercado en el que al menos te puedes proveer de lo más indispensable siempre referido a alimentación.

La hora para comer ya es tardía, pero tengo la suerte de encontrar personas con encanto, como es el caso de Josefina, que junto a su esposo gestiona este establecimiento, ofreciéndome comer de aquello que está preparando para ellos, así que después de un par de cervezas me sorprende con una ensalada excelentemente aliñada y una impresionante paella con calmares de la que a duras penas pude dar buena cuenta, ¡¡riquísima!! Un posterior flan de vainilla casero, una infusión y algo de licor casi no me permiten ni levantarme de la mesa.

A estas horas el salón se encuentra muy concurrido con la presencia de vecinos lugareños que dejan transcurrir la tarde plácidamente con distintos juegos de mesa como cualquier centro social que se precie.

Reinicio mi marcha en dirección a mi previsto alojamiento que apenas dista un kilómetro, localizando la casa al mismo borde del Camino, La Llosa Rodré, en el barrio de Fancornio, al lado izquierdo en mi sentido de marcha. Su bonita y cuidada apariencia externa solo será el anticipo de su preciado interior.







Aunque mi conocimiento de Montse, su propietaria, solo es telefónico, la amabilidad y dulzura de su madre cubre sobradamente su ausencia así como la atención de su sobrina para documentar mi alojamiento.

La casa muy bien equipada en todos los aspectos así como la habitación en que me alojé, todo un lujo para un cliente “peregrino” que goza en solitario de esta fabulosa instalación y su bonita parcela posterior, aunque solo sea para la breve estancia de una noche. ¡¡Gracias Montse y familia!!

Una vez instalado decido realizar una breve visita por el entorno y acercarme nuevamente hasta el Centro Cultural y Social para abastecerme de algunos víveres ya de manera sosegada y sin mochila.

En mi recorrido puedo ahora de manera paciente contemplar la iglesia de Santa Eulalia del Valle Carreño y que según consta fue una donación que hizo el rey Alfonso III “el Magno” y la reina Jimena como iglesia anexa a la de San Esteban de Guimarán en el año 905.





A lo largo de los años este templo ha sufrido muchos arreglos y reformas hasta el momento, fue reconstruida al término de la Guerra Civil española, tras haber sido quemada.

Una vez efectuada la compra de algunas frutas y hortalizas en el Centro Social, regreso a mi alojamiento donde después de una cena ligera, realizo el primer acondicionamiento y reordenación de mi mochila. Me retiro a descansar dando por cumplido mi primer día de Camino.





Albergues/Alojamientos de la Etapa:

El Valle:
-La Llosa Rodré - Apartamentos rurales
    Localización: Barrio Fancornio, 6 - El Valle (Carreño)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 985 88 77 88 / (+34) 610 01 77 94
    Casa Rural