El Camino Del Norte - Etapa 8

EL CAMINO DEL NORTE (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)

8º Día: Gernika – Goikolexea (Bilbao): 17,36 Km

Amanece y después de desayunar en el Albergue de Aterpetxea en Gernika – Lumo, da comienzo la etapa con un cielo grisáceo “llorando” suavemente. Creo que habría merecido la pena visitar Gernika y sus alrededores tal y como nos sugirió la chica que regentaba la recepción y tan amablemente nos atendió a la llegada a pesar de la hora (se marchaba a comer). Entre sus sugerencias estaba el desplazamiento en tren hasta Mundaka y así poder conocer la desembocadura del río Oka, ya convertido en la ría de Mundaka, así como el parque de la Marisma y la Isla de Txatxarramendi. ¡¡Otra vez será…!!

Hoy comparto etapa con JB, Sigrid, y Jordi,

además el recorrido se presenta con mucha carretera y en principio existe la opción de pernoctar en Lezama, mas concretamente en Derio, donde he localizado una residencia de estudiantes y con buenas comunicaciones a Bilbao, pero es mejor no hacer planes.

El inicio para tomar la carretera BI-635 nos obliga a realizar un recorrido algo descontrolado, pero al fin nos situamos en el margen izquierdo de la carretera en la dirección correcta, aunque con la lluvia y el tráfico de vehículos existente hace bastante desagradable el trayecto que además discurre de forma paralela a la vía del tren.

Al llegar a Muxika, tomamos el desvío a la derecha señalizado como dirección a Mungia y Alto de Morga a través de la BI-2121. Llegados a este punto decidimos reponer fuerzas en la Taberna Kaltzada, que se encuentra nada mas tomar el desvío en el margen derecho. Desde luego mayor acierto no pudimos tener al encontrarnos unos pinchos recién hechos de diferentes tipos de tortillas, una verdadera satisfacción que nos dio ánimos y fuerzas para continuar hasta el alto de Morga.

En esta carretera cambia totalmente el volumen de tráfico, siendo una vía menos transitada y mucho más agradable su entorno, aunque la lluvia apareciese de forma espaciada y de manera suave.

Ya en el Alto de Morga, comienza a arreciar de manera contundente la lluvia, circunstancia que evidencia la necesidad de continuar por carretera, evitando las posibles sendas señalizadas del Camino que se encuentran muy embarradas y sin una contrapartida que permita disminuir de forma sensible el recorrido a realizar. Se continúa el trayecto hacia Larrabetzu a través de la BI-2713.

Iniciando el descenso y ante nuestra sorpresa se detiene un vehículo saludándonos, era el marido de Stephanie (la canadiense) que se dirigía hacia Bilbao como punto de encuentro concertado con ella y lugar donde definitivamente dejaría el Camino.

Antes de comenzar un nuevo ascenso, llegamos a Andra Mari, son las 10:45 horas y definitivamente optamos por tomar unos pinchos acompañados de cualquier tipo de líquido elemento. El lugar elegido es Jatetxe Katxi (a estas horas hay pocos locales abiertos), donde nuevamente repusimos fuerzas con unos pintxos, cerveza y algún que otro café.

Nuevamente la climatología mejoró desapareciendo la lluvia y dejando un día esplendido permitiéndonos disfrutar del entorno y sus maravillosas vistas de los caseríos y sus verdes prados

e iniciando la subida que nos introduciría en Larrabetzu en pleno alto del mismo nombre.

La bajada es prolongada y para todo hay que tener facultades, en este caso Sigrid en las bajadas lo hace a “tumba abierta” y es imposible seguirle el paso.

La expresión “tumba abierta” me recuerda como durante nuestra bajada pedestre observo un ciclista que sube el puerto en dirección contraria a mi, ascendiendo a una velocidad considerable, pero lo sorprendente es que casi de inmediato procedía a la bajada, pero no solo esta vez, sino que la misma actuación la realizó cuatro o cinco veces mientras continuaba mi descenso pedestre. No me extraña en absoluto que con esta preparación nos brinden esas espectaculares acciones en las carreras ciclistas.
Finalmente se suaviza el descenso llegando a Goikolexea y como se va aproximando la hora de comer, el tiempo se pone variable y analizado el trazado observamos que de aquí a Bilbao será un transito constante de urbanizaciones y zonas industriales, decidimos realizar el resto del recorrido hasta Bilbao en autobús de línea regular que tiene una periodicidad horaria de paso bastante frecuente.

Dicho y hecho, una vez en Bilbao y después de muchas consultas sobre el posible punto en el que hemos de apearnos para estar lo mas cerca posible del Albergue Akelarre en el que pensamos pernoctar, nos apeamos en la parada terminal de línea.

Momentos antes de la parada terminal de línea nos despedimos de Sigrid pues ya tiene concertado alojamiento junto la pareja alemana (Rosemarie y Wolfang) que ha realizado el trayecto en autobús para que ella fuese atendida en un centro sanitario a raíz de su caída en Deba. Desde este momento no vuelvo a coincidir con Sigrid puesto que no descarta incluso la posibilidad de abandonar el Camino.

En el Albergue y después de registrarnos y asearnos, intentamos localizar algún sitio donde comer, pero fue imposible porque el horario era tardío para tomar algo de cocina, consecuentemente nos conformamos con los alimentos que compramos en un supermercado y degustamos en el Albergue.

En este Albergue llego a rencontrarme con Tina (la alemana) y por suerte ya no consigue sorprenderme, pues nada mas detectar mi presencia, exclamaba con la misma voz e intensidad que Penélope en la entrega de los Oscar con Pedro Almodovar, con un grito que se oía en todo el albergue ¡¡¡Antonio!!! (creo que era la única palabra que conocía en español) y el alemán (supuesto hijo de Martin) que la acompañaba.

Al atardecer, salgo a dar una vuelta por Bilbao en compañía de Jordi por la ribera de la ría, lo que nos permite comprobar las tonalidades de los distintos colores que adopta la estructura del Guggenheim en función de la luminosidad y la incidencia de los rayos solares,