VÍA DE LA PLATA (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 21º: La Calzada de Bejar - Fuenterroble de Salvatierra: 21,04 Km





Por ser el primer día que duermo ya en el Camino, posiblemente la falta de hábito ha ocasionado que no me despierte hasta las 07:00 horas. Ya se han marchado la mayor parte de los peregrinos, incluido Davis, el peregrino sueco con quien he compartido sala.

Así que pacientemente me he aseado, preparado la mochila y estoy dispuesto para tomar el desayuno concertado con el albergue. Accedo a la sala común que dispone de un acogedor rincón como zona de descanso con una sencilla chimenea, del que anoche disfruté unos momentos.





En el otro extremo de la sala se encuentra la mesa común a utilizar como punto de reunión, así como para desayunos y cenas, por cierto, solo queda el mío, hecho que corrobora que debo ser el último.





En estos aparece por la puerta de la cocina, la hospitalera y propietaria Manuela, persona con encanto que comprende, entiende y comparte la vida de los peregrinos, con sus buenos y malos momentos, que seamos realistas, de todo hay.

Me sirvió un espléndido desayuno y después comentamos vicisitudes y vivencias del Camino, resaltando por mi parte, que para ser hospitalero hay que entender y amar esta dedicación, ya que no es una profesión y requiere siempre una predisposición hacia los demás sin esperar mejor recompensa que una sonrisa y el agradecimiento del peregrino. Gracias Manuela.







Después de compartir nuestras inquietudes, me despido, hay que comenzar la etapa, hoy un poquito más larga que ayer, pero que salvo imprevistos es mi intención llegar a Fuenterroble de Salvatierra.

Abandono el albergue por su calle principal de Vía de la Plata en dirección norte y veo como me preceden dos peregrinos.







Finalizando la zona urbana de la población, atrás queda esta sencilla calle y sus edificaciones con sabor serrano, con sus soportales que denotan la grandeza de otras épocas y que hoy hacen verdaderos esfuerzos por mantenerse en pie.







En la última casa de la margen derecha, un cartel sobre su fachada refleja la información relativa a las distancias kilométricas desde este punto, tanto a Sevilla (443 Km) como a Santiago de Compostela (541 Km). ¡Buen Camino! Todo es comenzar….





Dejo atrás la población por carretera asfaltada, aunque solo 200 metros, al final de los cuales la abandono por la izquierda para continuar por una amplia pista, aunque cubierta de una fenomenal capa de hierba verde y fresca, que todavía a estas horas de la mañana, el rocío se deja sentir con su inmensa humedad poniendo a prueba el “goretex” de las botas.





Después de 1,2 Km caminando por esta mullida alfombra vegetal, se llega a la intersección con la carretera SA-220 (carretera de Béjar a Ciudad Rodrigo) que cruzaremos perpendicularmente, para continuar ahora por una amplia pista libre de vegetación en el suelo.

Lo temprano de la hora hace que el rocío esté sobre los pastos de la dehesa en la que el ganado vacuno retoza a sus anchas, entre encinas y robles, con un sol naciente que provoca unos juegos de luces muy especiales.







Las recientes lluvias siguen dejando su huella en charcas y caminos, con las espectaculares vistas de las sierras de Béjar y Candelario a la derecha.







Este tramo del Camino cuenta con la presencia de numerosos Miliarios romanos, que como podremos ver, van jalonando los laterales de esta larga y rectilínea pista a través del valle de Sangusín.







Continuamos en dirección al río Sangusín, pero un poco antes de llegar al puente que nos permitirá cruzarlo, se encuentran los miliarios correspondientes a la milla CXLII, que retornaron a su lugar después de un periplo en el que se usaron como tema ornamental.





A escasos metros del miliario se encuentra el puente, construido recientemente (año 2016), facilitando así el paso de los peregrinos, que en ocasiones se complicaba sobremanera por el excesivo caudal que circulaba y la forma casi imposible de vadearlo.





Atrás voy dejando el río, el puente y los miliarios romanos, para después de recorrer 200 metros, incorporarme a la carretera asfaltada CM-316 (carretera de Valdefuentes).







Salgo al asfalto de esta carretera CM-316, tomando hacia la derecha, pero solo durante otros escasos 200 metros, para abandonarla ahora por la izquierda, a través de la pista que allí se abre.





Este nuevo tramo de pista, con una longitud de 1,8 Km me llevará prácticamente a las puertas de Valverde de Valdelacasa. Durante este trayecto me cruzo con varios de ciclistas que circulan en dirección contraria a la mía, son un grupo de deportistas que han salido a practicar su afición.





Antes de finalizar la pista para incorporarme a la zona asfaltada del área urbana, encontramos un crucero de piedra que nos da la bienvenida, con la bella imagen al fondo de las cimas de sus montañas cubiertas por la nieve.







Ya en Valverde de Valdelacasa, continuando las indicaciones de las flechas del Camino, llego hasta la fachada principal de la su Iglesia Parroquial del Apóstol Santiago, templo renacentista del siglo XVII.







Van a ser las 10:00 horas, así que, aprovechando la existencia de un bar, creo que es el momento de tomar algo de alimento que vaya complementando el desayuno que hice esta mañana. Esta población también dispone de Albergue Municipal.

En la misma ruta del Camino y antes de salir de la población, se encuentra el Bar el Peregrino, propiedad del ayuntamiento.







Se me han anticipado varios peregrinos que ya toman sus consumiciones. Por mi parte decido abrir ya la mañana con un buen bocadillo y puesto que todavía no hay nada de cocina, opto por un buen lomo de caña, resultando que tampoco el pan es del día, lo que hace perder a tan enorme y apetitoso bocado parte de su encanto, de todas formas, consigo darle fin con la ayuda de una cerveza.





Mientras tomo el bocadillo, un nuevo cliente se incorpora a la barra del bar y al cabo de unos minutos, mientras toma un café, establece conversación conmigo.

Se trata de un vecino del pueblo que dice llamarse Tomás, con aspecto físico de persona de edad avanzada, me comenta el gran tamaño y peso de mi mochila, dato que confirmo, pero también indico que llevo lo mínimo imprescindible, pues debe tener en cuenta que he de ser autónomo en el Camino y por muchos días.

Me pregunta si con mi teléfono móvil se puede mirar si figura él en internet, pues se dedica a tratar problemas de salud de las personas. Ante mi afirmación de que puedo acceder a internet me indica que consulte por su nombre y apellidos, aunque es más conocido como “El Célebre”.

Y efectivamente, aparece con la descripción indicada como curandero en Valverde de Valdelacasa. Entonces me explica la procedencia familiar de estas facultades, que en principio poseía su madre y que su hermana mayor, a quién le correspondía a la falta de su madre, nunca quiso hacer uso de ellas. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que quien posee esta facilidad es él, y de ahí su dedicación actual.

Después de mi desayuno y de la sorprendente conversación mantenida, me despido de Tomás con el fin de retomar el Camino. Los peregrinos que había allí cuando llegué, ya hace rato que se marcharon.

El siguiente tramo hasta la cercana población de Valdelacasa, distante 3 Km, discurre exclusivamente por carretera asfaltada en progresivo ascenso, de pequeño ancho y sin arcén, lo que aconseja prudencia a pesar del escaso tráfico que por allí circula.

Después de recorrer los primeros 700 metros, llego hasta un nuevo Miliario, en este caso se trata del situado aproximadamente en la milla CXLIV, junto a la carretera.





El Camino continúa avanzando a través esta carretera, haciéndose por momentos el ascenso más pronunciado, aunque siempre rodeado por el verdor de esta dehesa parcelada en innumerables corrales.

Ya han trascurrido 2,3 Km desde que abandoné Valverde de Valdelacasa y puedo contemplar otro nuevo Miliario. En este caso se trata al correspondiente a la milla CXLV, localizado en el lugar aproximado que originariamente debió ocupar, aunque se encontró adosado a la escalera del campanario de la Iglesia del cercano pueblo de San Medel, de ahí su deterioro por ambos extremos.

Este miliario corresponde a la época del emperador Caio Messio Quinto Traiano Decio y al cesar Quinto Merennio Etrusco. Al no aparecer el consulado ni la Tribunicia Potestas, la cronología debe basarse en los períodos de gobierno de los emperadores. Por tanto, el miliario se fecha en el periodo de tiempo comprendido entre mayo de 250 y mayo de 251 d.C.







Solo 600 metros más de ascenso por esta estrecha carretera y ya nos encontramos a las puertas de Valdelacasa, que nos recibe con una fuente y un gran pilón, presidiendo este espacio de descanso un crucero de piedra. Buen lugar para relajarse unos instantes y refrescarse.







Ya en el núcleo urbano, decido realizar una rápida visita a esta pequeña población ronda los 230 habitantes, que dispone además de bar y supermercado.

Me encamino hacia la iglesia que se encuentra en la parte alta, se trata de la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia o del Dulce Nombre. El templo se construyó en el siglo XVII, exactamente en 1699, según reza en uno de los arcos que cruza el recinto.

En la parte más alta del campanario destaca el reloj, cuya maquinaria se mantiene desde que se instaló en el año 1935.







En las proximidades se encuentra el edificio que alberga los servicios del Ayuntamiento y ya descendiendo, para retomar a la ruta del Camino, paso ante la fachada de la Ermita de San Antonio.

Este santuario es del siglo XVIII, aunque conserva elementos de los siglos XVI y XVII.





Abandono la población también por carretera asfaltada, se trata de una pequeña vía que discurre entre los muros de piedra que conforman las diversas fincas acorraladas que la circundan.

Ya desde la lejanía observo un promontorio con espacios abancalados, aunque hasta que no me aproxime un poco más no llego a distinguir de que se trata.

Después de recorrer 1,8 Km desde que abandoné Valdelacasa, llego a una explanada con grandes rocas de cantos redondeados, observo como varios peregrinos se han tomado un momento de descanso.





En este punto y frente la explanada rocosa, parte una pista a la izquierda por la que continúa el Camino, perfectamente señalizado el desvío con flechas amarillas.

Desde aquí ya puedo distinguir que la zona abancalada del promontorio, se corresponde con una cantera (Cantera La Cupa) de pizarras al aire libre y que por su volumen debe tener una producción excepcional.







Continúo ahora por una amplia pista de tierra hasta encontrarme con un inmenso rebaño de ovejas que ocupa tanto el ancho de la pista como las laderas de la misma, encabezado por su pastor.





Así que me aparté lo más posible en la parte de debajo de la pista y por allá pasaron dando buena cuenta de la hierba que encontraban.





Una vez que casi había pasado el rebaño en su totalidad, fue cuando empecé a preocuparme.

El rebaño iba acompañado de dos enormes perros y después de la experiencia sufrida por tierras cacereñas, quise evitar males mayores, así que avisé al pastor voceando, sin embargo el me repetía también a voces que no me preocupase que no hacían nada, pero no me quedé realmente tranquilo hasta ver al par de perros continuar tras el rebaño.







Pasado el mal trago, continúo caminando y después de 500 metros por la pista, hay un giro de 90 grados a la derecha continuando la pista por donde se debe proseguir, comenzando aquí un suave y progresivo ascenso y dejando la cantera de pizarras a la izquierda de mi sentido de marcha.

En la primera sombra que encuentro con un punto apropiado de “descarga” para depositar la mochila, decido descansar unos instantes a la vez que contemplo las espectaculares vistas que el horizonte me ofrece. .







Pero hay que proseguir, así que después de este receso, continúo el ascenso, siempre emparedado entre los muros de piedra que delimitan y separan la pista de los grandes corralones ganaderos.







Después de recorrer 3,9 Km por esta amplia pista, casi siempre en ascenso, llego al punto de mayor altitud, 1.000 metros, divisando ya desde este lugar, aún en la lejanía, la población de Fuenterroble de Salvatierra.





Comienzo el descenso, llegando a incorporarme después de 900 metros al lateral de la carretera asfaltada que ya me llevará directamente a la población de Fuenterroble de Salvatierra.

Durante mi tránsito por el lateral de la carretera asfaltada pude contemplar el traslado andando de una res acompañada de sus retoños, con una serie de personas y vehículos que iban cerrando el paso en aquellos lugares en los que la res debía cambiar de dirección. Prudentemente yo me situé en el margen contrario de la carretera al que ella caminaba.





Son las 13:30 horas cuando accedo al núcleo urbano de Fuenterroble de Salvatierra, así que me dirijo, según marca la señalización, a través de la denominada Calle Larga, que cruza longitudinalmente la población hacia el albergue de peregrinos.

Según camino veo con en el margen izquierdo de la calle se encuentra la Ermita del Santo Cristo del Socorro que espero poder contemplar más detenidamente a lo largo de la tarde.







Casi al final de la calle, en la placeta con cruce de caminos junto al ayuntamiento, se encuentra el Albergue Parroquial de Santa María, también conocido como Casa de Acogida – Hogar de Peregrinos Santa María, aunque la descripción más popular y cariñosa entre los peregrinos es Albergue del “Cura Blas”.







Desde luego las características y peculiaridades de este albergue, junto a la singularidad de su gestor y promotor, el “Cura Blas”, hacen que resulte uno de los más entrañables de esta Vía de la Plata.

Según se accede al edificio, a mano izquierda está la habitación que se utiliza tanto para el registro de los peregrinos como lugar de uso social para peregrinos y hospitaleros voluntarios, a través de la cual se accede a la cocina privada del albergue.







Me recibe el hospitalero voluntario Thomas (alemán), que comparte tareas con varios más, tales como Luis, Juanmi, Alfonso, Enrique y alguna persona más que por allí pulula.

El hospitalero Thomas, intentó explicarme algo sobre carros y santos, enseñándome alguno de los existentes en el albergue y relacionado con un acontecimiento que se produciría durante la tarde.

Después de informarme de las distintas salas de alojamiento existentes y las características de los aseos, decido por instalarme en una de las camas de la planta alta, zona abuhardillada.





Después de pasar por el aseo y recolocar la mochila, creo que es la hora apropiada para salir a comer, así que me encamino a escaso metros del albergue, estoy en pleno centro del pueblo, al bar que me ha recomendado un vecino a quien pregunté a mi llegada (solo hay dos bares), se trata del Bar El Pesebre, muy bien equipado y con instalaciones agradables.





Para la comida me decidí por unas buenas lentejas de primer plato, seguido de una carrillada con salsa, finalizando con unas fresas.

Una vez terminé la comida, aproveché la tranquilidad del lugar para tomar una infusión, poner mis anotaciones al día y revisar las posibilidades de mañana.

Regreso al albergue, donde el hospitalero Thomas me consulta si voy a participar en la cena comunitaria a las 19:00 horas, pero me sucede lo que ayer, acabo de comer y creo que es una hora demasiado temprana para mis costumbres, así prefiero hacerlo posteriormente por mi cuenta.

No obstante, observo mucho movimiento en el pueblo e incluso en el albergue, donde hay gente acondicionando la gran sala de la entrada a la derecha.

Me informan que hoy se celebra una Peregrinación (Vía Lucis), organizada por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Vía de la Plata, que como todos los años en esta fecha parte de Beleña para finalizar en la iglesia de esta población de Fuenterroble de Salvatierra.

Ahora entiendo los intentos por parte de Thomas por explicarme el acontecimiento que se iba a producir, desde luego para él sorprendente y para mí de difícil entendimiento sus explicaciones.

Con motivo de esta fiesta que se celebraba, tanto la ermita como la iglesia se encontraban abiertas, así que aprovecharé la tarde para visitar estos dos monumentos.

En primer lugar, me dirijo a la Ermita del Santo Cristo del Socorro, ante cuya fachada pasé esta mañana. Efectivamente se puede acceder a su interior, así que aprovecho la oportunidad. Se trata de un edificio sencillo, probablemente construido en 1900, ya que su altar mayor se construyó en 1905.





Desde aquí y a través de la calle Larga, ya de retorno, vuelvo a pasar ante el albergue, camino de la Iglesia Parroquial de Santa María la Blanca que también se puede visitar.





Es un edificio de importantes dimensiones, construido en las postrimerías del gótico, en el siglo XV, realizado totalmente en sillería de granito, aunque sobre su autoría hay cierto desconocimiento, sin embargo, se maneja la hipótesis de que fuese el mismo cantero que dirigió las obras del torreón de Guijuelo o la de la Villa de Salvatierrra.

Llama la atención el escaso número de vanos de que dispone, lo que confiere al interior un carácter más intimista y un cierto aspecto defensivo a su exterior. Adosado a la torre aparece un cubo que alberga en su interior una escalera de caracol para acceder al campanario.





El que pase por este lugar el Camino de Santiago entronca directamente con la talla de un Cristo peregrino resucitado, encargada en 1996, con motivo de la restauración del templo, al artesano Ángel Domínguez Velázquez, de Beleña. Se trata de una bella escultura de 243 centímetros, efectuada en pino de Oregón, que preside el altar Mayor.

En cuanto a otros de los elementos destacables, la torre, dividida en tres cuerpos y que forma un portal abierto al exterior mediante un arco de medio punto y rematado por bóveda de ojivas.





Son tres los accesos existentes al edificio, la referida puerta principal a los pies de la nave central y dos puertas laterales con arcos de medio punto.





Regreso en dirección al albergue y me encamino al pequeño supermercado que hay próximo a la ermita, allí coincido con Luis, persona que creí entender era hospitalero voluntario, sin embargo, resultó ser un vecino de la zona que ha venido a esta población para transportar los burros del “Cura Blas” una vez finalice la Peregrinación.

Paso parte de la tarde en compañía de Luis, quien me informa de los actos previstos el día de hoy con la llegada de la Peregrinación, que está formada por personas que vienen en carreta y a caballo. Por la noche hay prevista, después de la entronización de las imágenes que traen en la peregrinación, un acto social en las instalaciones de la planta baja del albergue en la que se consumen alimentos cocinados por los propios partícipes locales. Me anima Luis a asistir, pero pienso que puede terminar muy tarde.

En esto, cuando son las 20:00 horas, comienzan a llegar las primeras carreta y caballistas, aunque esto se prolongará hasta la llegada de las carretas con las imágenes de los Santos.





Viendo que el tema de la llegada de los últimos carros y peregrinos se prolongaba, decido tomar algo de alimento en el mismo establecimiento en el que comí a mediodía, a estas horas repleto de las personas que han peregrinado desde Beleña y visitantes.

Después de una cena rápida y ligera, decido acercarme a la iglesia donde deben estar procediendo a bajar las imágenes de las carretas para introducirlas en el templo. Efectivamente, así está sucediendo y presencio las últimas entronizaciones.

Y tal y como alguien me respondió a la pregunta que hice de ¿cómo podría reconocer al Padre Blas entre la muchedumbre? Es fácil me respondió, la verdad es que era fácil, pues es el alma de todas las actividades que se realizan, incluso intenta hacerlo todo personalmente, como pude comprobar en la entronización, conduciendo el mismo la carretilla que transporta la imagen.





Ya con la iglesia abarrotada, el Padre Blas celebró y felicitó a sus paisanos por ser también peregrinos.

El acto se prolongaba y como la noche avanzaba, decidí regresar al albergue, aunque de buena gana me hubiese gustado ser participe hasta el final.

Desde aquí este peregrino te agradece esa fuerza y vitalidad que trasmites Padre Blas, ¡Buen Camino!





Regreso al albergue y compruebo como los peregrinos de mi sala ya descansan, así que definitivamente me retiro también.

No obstante, a partir de las 23 horas, comienzo a escuchar el murmullo que genera la celebración del previsto acto social en las instalaciones del albergue y que se prolongó hasta bien entrada la noche.

Ha sido una suerte que mi visita a esta sencilla población haya coincidido con esta magnífica celebración peregrina, con la movilización casi plena de sus habitantes.



Mi sugerencia: Imprescindible la visita al Albergue Parroquial de Santa María (Albergue del Cura Blas)



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Valverde de Valdelacasa:
-Albergue Santiago Apostol
    Localización: Calle Real, 25
    Propiedad y Gestión: Municipal
    Tel.: (+34) 923 16 50 50 / (+34) 696 368 046
    Inaugurado en Marzo de 2015

-Albergue Nenúfar
    Localización: Calle La Iglesia, 13
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 923 16 50 54 / (+34) 648 401 608
    Inaugurado en Mayo de 2009



Fuenterroble de Salvatierra:
-Albergue Parroquial de Santa María
    Localización: Calle Larga, 37
    Propiedad y Gestión: Parroquial
    Tel.: (+34) 923 15 10 83
    Inaugurado en 1994

-Casa Rural Arrieros Familia Garcia
    Localización: Calle Conejal, 8
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 636 21 34 91

-Casa Rural Paqui
    Localización: Calle la Fuente, 1
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 923 15 11 35 / (+34) 649 60 23 40