Camino Primitivo (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)
Día 9º: Fonsagrada (Padrón) - O Cádavo: 22,86 Km
Inicio mi jornada a la hora habitual e incluso comparto desayuno con mis “compas” saboreando un delicioso pastel de nueces aportado por Rodri&Nayana.
Sin embargo para Xavi la noche ha sido agitada, parece ser que ha escuchado durante la madrugada un rítmico “ronquido” similar al solo de un trombón desafinado
que no le ha dejado pegar ojo y las posibles sospechas recaen sobre mí, pero después de analizar la posición de su habitación que está en la planta baja en la
vertical de los malagueños y de la otra pareja desconocida, mientras que mi habitación está en la planta de arriba en la vertical de Manolo&Isabel y de vecinos
laterales tenía a Rodri&Nayana que están en la vertical con los aseos, así que descartamos la posibilidad de que fuese yo, inclinándonos principalmente por la
pareja desconocida.
Sin más dilación comienzo mi andadura aún de noche y casi aprovechando las primeras luces cruzo la carretera para tomar el desvío de enfrente, perfectamente señalizado
con flecha amarilla, que me lleva directamente al centro de Padrón, enlazando con el Camino en apenas 50 metros.
Salgo inmediatamente de Padrón por la primera calle a la izquierda bordeando una gran casona existente y tomando una senda que me conduce paralelamente a la C-630,
pero distante unos metros de ella, lo que evita las lógicas molestias del tráfico.
Después de 700 metros de senda vuelvo a salir a la C-630 en un cruce de carreteras junto al desvío que señaliza hacia Carracedo a la derecha y Louxas a la izquierda,
en mi caso cruzo al otro margen de carretera, perfectamente señalizado con un mojón con “vieira”, para pasar junto a la entrada principal del cementerio desde
donde sale otra senda esta vez por el margen izquierdo de la carretera en el que ya me encuentro.
Otros 500 metros de senda forestal a través del bosque en suave descenso me lleva de nuevo a la C-630 por la que camino un centenar de metros hasta llegar a una
bonita y cómoda zona de descanso en la que se encuentra la Fonte do Pastizal, lugar en el que podemos rellenar nuestra cantimplora de un agua fenomenal.
En este mismo punto abandono la carretera a través de una senda totalmente cerrada entre abedules, pero ya no voy solo, como es habitual aunque yo me anticipe en
la salida más pronto que tarde mis amigos de Camino me terminan dando caza y hoy no iba a ser una excepción, así que ya estamos los seis.
Aquí si tenemos una corta pero pronunciada subida a través de estos bellos paisajes en los que hasta la climatología nos acompaña.
La sorpresa del día viene dada de manos de Isabel y Manolo demostrando su buen saber sobre hongos y así como quien tiene un “detector” de este preciado manjar
van escudriñando entre la vegetación y localizando pequeños “nidos de boletus”, aunque alguno de ellos sea gigante.
Continuamos el ascenso hasta llegar de nuevo a la C-634 que cruzaremos en dos ocasiones casi consecutivas y ya en descenso nos aproximamos al núcleo urbano de Vilardongo
que realmente quedará a la izquierda de nuestro sentido de marcha, pero ya reiniciando una nueva subida, esta algo más prolongada que la anterior entre campos de
cultivo en una soleada mañana por ahora.
Estos campos de labranza dan paso a unos prados espectaculares en los que el ganado vacuno pace recreándose en el manjar que la naturaleza le ofrece en este día
que a veces se torna grisáceo por la presencia de nubes.
Nosotros continuamos nuestro ascenso, ahora algo más suave, lo que nos permite ir más sosegados a pesar de la temprana hora de la mañana y la excelente temperatura
para caminar.
Dejamos atrás a nuestra izquierda y al borde de la carretera la población de Vilardongo entre el verdor de sus campos oscurecidos por las inmensas nubes aunque
el Camino dista unos centenares de metros de la población.
Terminamos de coronar la subida e iniciamos un breve descenso hacia Pedrafitelas, aldea por la tampoco se pasa aunque podemos vislumbrar su escaso volumen de
edificaciones diseminadas en el entorno de la C-630.
Un pequeño ascenso nos sitúa en la cresta de una loma en la que decidimos hacer una pequeña parada durante varios minutos, recreándonos con las maravillosas vistas
que este altozano nos ofrece con su pequeña área de descanso que Manolo&Isabel aprovechan para prolongar algo más su permanencia en ella.
Nos encontramos a 5 km del inicio de etapa y emprendemos un nuevo ascenso para conseguir tocar el techo de la misma con sus 1020 ms de altitud para lo cual, en
dos km y medio hemos de salvar un desnivel de 80 metros por un terreno bastante “rompe-piernas” con subidas y bajadas permanentes pero sin llegar a abrumar ni
resultar demasiado molesto para caminar. Pasamos por la aldea de Montouto, una de las localidades de mayor altitud en la Sierra del Hospital.
Esta población es célebre porque en sus proximidades existió el Real Hospital de Santiago de Montouto fundado por el monarca Pedro I “el Cruel” en 1357 del que
aún se conserva un pequeño lienzo de su estructura entre un pinar. Posteriormente en 1698 se volvió a construir en las proximidades el Nuevo Hospital de Santiago
de Montouto que estuvo funcionando hasta el siglo XX y del que todavía se conservan sus ruinas.
En las proximidades se ubica una capilla de reciente construcción en la que se celebra una romería anual en el mes de julio.
La construcción de este monasterio es coincidente con el lugar en el que se encuentra el llamado Dolmen de Montouto, al igual que el antiguo monasterio estaba
próximo al menhir de Pena, lo que refuerza la asociación primitiva del Camino de Santiago con una antigua ruta precristiana.
Antes de iniciar el descenso del Alto de Montouto disfrutamos delas fabulosas vistas que este “mirador” excepcional nos ofrece.
Iniciamos el descenso por una nueva senda boscosa que aún deja muestra de recientes lluvias, el recorrido se prolongará por este permanente descenso durante
cuatro km hasta llegar a Paradavella.
Son las 11 horas y creo que ha llegado mi momento para tomar algo sólido que me permita reponer fuerzas para esta bonita pero fuerte y variada etapa, así que
aprovecho la existencia de un mojón indicador que hará la función de mesa improvisada en tanto que Nayana&Rodri y Xavi optan por continuar el Camino.
Han sido casi tres kilómetros y medio de descenso que permiten bajar 330 metros la cota de nivel, con algunos escalones y requiebros de la senda que te obligan a
afianzar el bastón para evitar cualquier traspié que te lleve al suelo con mochila y todo. Finalmente accediendo a Paradavella y unos metros antes de salir a la
C-634 está el primer vestigio de vida humana con una vivienda Mesón y una pequeña zona de descanso en la que plácidamente disfruta de su refrigerio Xavi para el
que también llegó la hora apropiada.
La población de Paradavella, atravesada por la C-634 (LU-530), dispone de la pequeña y vetusta iglesia que se mantiene a pesar de los efectos de la climatología
y las soluciones caseras para sujetar la pizarra de su techumbre mediante piedras de tamaño apreciable.
Muy próximo a la iglesia y junto a la carretera encuentro otro establecimiento hostelero que también puede servir como lugar apropiado para saciar sed y apetito,
se trata de Casa Villar.
A la salida de la población y perfectamente indicado en el margen derecho está el inicio de una nueva senda por la que transita el Camino, en mi caso concreto y
haciendo eco de lo comentado con lugareños en Fonsagrada, decido sustituir este trazado del Camino por la C-630 (LU-530) hasta llegar a Lastra, evitando la
fortísima subida existente en uno de sus tramos en que se supera un desnivel de 150 metros en un km de recorrido. Como bien decía un paisano es tal el desnivel
que “…...de existir una fuente de agua habría que mirar hacia arriba para poder beber de su caño…”.
Después de cuatro kilómetros y medio llego a Lastra observando el punto en el cual se reincorpora a la carretera el trazado del Camino.
Por otra parte siento no haber disfrutado de los preciosos parajes por los que la senda discurre aunque viéndolos desde la lejanía no me arrepiento de la decisión
tomada de hacer este tramo por carretera.
La población de Lastra se extiende a lo largo de la carretera con algo más de medio centenar de habitantes cuya principal actividad es la ganadería y agricultura,
con un edificio de corte popular que acoge la iglesia parroquial de San Juan entre sus muros de mampostería y sillería de granito.
Dejando la iglesia a mi espalda y a escasos metros nada más pasar la curva venidera sale un desvío a la izquierda entre casonas de raigambre agrícola y ganadera
que me devuelve a la senda del Camino.
Esta senda en permanente y duro ascenso a través de zonas de bosque y monte me llevará después de kilómetro y medio salvando un desnivel de 120 metros hasta salir
a la carretera, pero agradeciendo a pesar de ello la comodidad del suelo que voy pisando.
De regreso a la C-630 (LU-530) que me deja a las puertas de la población de Fontaneira, parroquia con un centenar de habitantes y que dispone del Bar Restaurante
Bortelón, ocasión que aprovecho para visitarlo y tomar una refrescante bebida que me ayude a culminar la etapa cuando todavía son las 13:00 horas.
Frente al bar se encuentra la Iglesia parroquial de Santiago de Fontaneira con aspecto exterior muy cuidado ya que ha sido restaurada según reza en una placa de
su fachada en el año 2001.
Al salir de Fontaneira, precaución con la última edificación existente a la izquierda, pues esta especie de cuadra o nave de herramientas tiene a su puerta atado
un perro de considerable tamaño pero con una longitud de cadena que casi llega al arcén de la carretera, siendo tales las embestidas del animal contra cualquier
ser viviente que se mueve por los alrededores que hace temer pueda romper la cadena dada su envergadura. Nada más pasar ante las fauces de este animal y prácticamente
a la altura del cartel de señalización que informa de la salida de la población, existe un desvío a mano izquierda cuya señalización está algo escondida y que
marca el inicio de un camino que me llevará después de 600 metros de nuevo a la carretera C-630.
Un nuevo km compartiendo el trazado de la carretera al cabo del cual se toma una desviación a la derecha a través de una pista de irregular piso con bastante
piedra suelta en ocasiones y continuas subidas y bajadas que para final de etapa te castigan las piernas sobremanera, además en un cielo abierto y sin sombras
que también ayuda a que el sol te castigue a estas horas de mayor intensidad a pesar de la época otoñal.
En Cuanto a la población de O Cádavo (Baleira) parece no existir en el horizonte, ya que no hay vistas de ella hasta unos 300 metros antes de llegar casi a sus
mismas puertas, momento en que se inicia un descenso bastante pronunciado con el que se finaliza la etapa.
Son las 14:30 horas cuando llego al Albergue de O Cadavo que afortunadamente se encuentra a la misma entrada de la población en la propia ruta del Camino en un
singular edificio perteneciente a la Xunta de Galicia de reciente construcción ofreciendo al peregrino un más que digno lugar de descanso.
El edificio con una sola planta, dispone de dos salas en las que se ubican literas con capacidad para 10 personas en cada una de ellas, aseos diferenciados para
mujeres y hombres con dos duchas cada uno de ellos, una pequeña zona de relax separada parcialmente de la zona de cocina que se encuentra con el equipamiento
necesario para poder cocinar.
Como habitualmente me sucede, ya están allí mis otros cinco compañeros de Camino y la pareja ¿holandesa?, así que me acoplo a la misma sala de literas y después
de asearme estoy preparado para comer algo serio, pues todavía es buena hora.
La sorpresa que nos deparan Manolo&Isabel es increíble, han aparecido con una ingente cantidad de “boletus”, estimamos que alrededor de ocho kilos, lo que además
de una gran pericia en la labor de recolección hay que considerar, estimar y agradecer el descomunal esfuerzo de su transporte, pues incluso los llevaban en la
subida a Lastra, algo increíble si tenemos en cuenta el peso del equipamiento que transportan ¡¡Muchísimas gracias Isabel&Manolo!! Se decide prepararlos para la
cena.
Antes de que se haga más tarde salgo a comer con Rodri&Nayana y Xavi, pues tienen información sobre un restaurante llamado Moneda en el mismo centro de la población
que además dispone de un hostal, así que sin dudarlo nos encaminamos hacia allí.
La atención fue amabilísima, ya que el salón comedor estaba totalmente repleto de comensales con una celebración de “chicos y chicas de oro” aunque la mayoría
tuviesen el pelo “plateado”, así que nos acomodaron en el amplio salón del bar donde la chica que nos atendió nos deleitó con un exquisito caldo gallego sin
limitaciones y en mi caso rematé con una fenomenal ternera en salsa, a los postres nos recreamos con tarta de Santiago aderezada con orujo quemado que hizo
nuestras delicias y la sorpresa de la chica que nos atendió que desconocía este método de quemado del orujo precalentado sobre la tarta. Por cierto celebramos la
coincidencia de que tanto Xavi como la chica que nos atendió eran seguidores del equipo de futbol de “Donosti”, La Real.
De regreso al albergue conocí a Lola la hospitalera que de manera ordenada procedió a efectuar el registro de los peregrinos que aún no lo habíamos hecho, ya somos
los seis habituales más la pareja de ¿holandeses?, dos chicas italianas y Carolina&Beni, en total 12 peregrinos aunque Lola nos anticipa que llegarán dos chicas
asturianas que ya han contactado con ella, por lo que definitivamente seremos catorce.
También celebramos tan buena cosecha de “boletus” con la “contemplación “ de alguno de los ejemplares recolectados por Manolo&Isabel (según Manolo la experta
oficial en estos menesteres es Isabel quien incluso ha conseguido algún premio en su tierra por este motivo).
Llegó el momento de la limpieza y preparación de tan fabuloso tesoro gastronómico, así que manos a la obra que con paciencia todo se consigue, estableciendo la
sala de operaciones en la cocina y su amplia mesa.
La cena fue todo un acontecimiento en la que el albergue en pleno pudo al menos degustar tan riquísimo manjar que sabiamente Isabel, Nayana y Manolo elaboraron
de dos formas, un salteado de boletus con ajos y un revuelto de boletus con huevo, además de varios tipos de embutidos y una completísima ensalada, todo ello
regado por unas botellas de Albariño.
Pero la jornada no podía terminar así, de manera que ya entrada la noche tuve la osadía de convertirme en “maestro de ceremonias” para elaborar una “queimada”,
para lo que hube de recurrir a mis ancestros gallegos, pues aunque mi tierra de nacencia es Andalucía por algo será que uno de mis apellidos es gallego. Con todo
el ánimo y humor del mundo me puse manos a la obra sin olvidar la inestimable colaboración de Rodri que amablemente se prestó a leer de manera proverbial el
“Conjuro en gallego” durante el proceso de elaboración y que sin duda debió de contribuir a la bondad del caldo resultante.
El resultado fue emocionante y aunque en principio su fortaleza era excepcional, todos y cada uno de nosotros degustamos con alegría este líquido tan de la
tierra hasta que los propios efluvios que emanaban de la mismísima cacerola aconsejaron rebajar adecuadamente su nivel de dureza.
Hasta bien entrada la noche continuamos en torno a la “queimada” que poco a poco iba desapareciendo con el concurso de todos los peregrinos, incluso participó
animadamente la pareja de ¿holandesa?, ¡¡corcholis!! al final no eran holandeses sino belgas y de Lieja tal y como Jean Pierre nos aclaró.
Entre los efectos de la dureza de la etapa, la cuantiosa y espectacular cena de que disfrutamos, la amabilidad de todos y cada uno de los partícipes a lo largo
de la tarde noche, así como la callada y progresiva influencia que los efectos de esta queimada (singular producto típico gallego) iba produciendo en cada uno
de nosotros, la sobremesa se fue tornando en retirada hasta que definitivamente la noche nos envolvió con su silencio aunque para mi sonaba a despedida puesto
que tenía previsto tomarme un día sabático, con lo cual perdería tan preciada compañía de la que hasta el momento había disfrutado ofreciéndome siempre lo mejor
que como persona se puede dar ¡¡amistad!!
Albergues de la Etapa y otros alojamientos:
Cádavo Baleira:
-Albergue de Peregrinos de Cádavo Baleira
Localización: Calle Campo da Feira, s/n
Propiedad y Gestión: Xunta de Galicia
Tel.: (+34) 636 947 117 / (+34) 982 354 059
-Albergue Porta Santa
Localización: Avenida Doctor Escobar, 9
Propiedad y Gestión: Privada
Tel.: (+34) 679 828 540
Inaugurado en 2017
-Albergue San Mateo
Localización: Rúa da Feira, s/n
Propiedad y Gestión: Privada
Tel.: (+34) 982 354 009 / (+34) 616 529 514
Inaugurado en 2017
-Pensión Eligio
Localización: Rúa da Feira, 2
Propiedad y Gestión: Privada
Tel.: (+34) 982 354 009
-Hotel Moneda*
Localización: Avenida de Batalla, 46
Propiedad y Gestión: Privada
Tel.: (+34) 982 354 001 / (+34) 982 355 205