CAMINO DEL SALVADOR (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 2º: Cabanillas - La Robla: 10,31 Km



La noche ha trascurrido con fuertes tormentas, aunque a la hora de comenzar la etapa solo cae una suave llovizna que lógicamente me obliga a utilizar el equipamiento de lluvia.

Abandonamos el albergue José Luis y yo, quedando allí todavía la pareja belga. Son las ocho horas pasadas, la idea es desayunar en La Seca, distante 3,2 Km.

El recorrido es bonito, aunque la lluvia que cae impide apreciar su belleza, pero sin perder el encanto.

En La Seca, existe un único bar, debiendo desviarnos del Camino al llegar a la altura de esta población, cruzando el puente sobre el río Bernesga para entrar en el casco urbano.

Nos adentramos en esta pequeña población hasta llegar a las puertas del bar Marisa, y efectivamente, se cumplen las previsiones de José Luís, sus puertas aún están cerradas.

No queda más remedio que retroceder de nuevo para retornar a la senda del Camino, aunque no desaprovechamos la ocasión, dando un pequeño paseo por algunas calles de la población hasta cruzar de nuevo el río Bernesga, cuando todavía se mantiene el alumbrado eléctrico en esta mañana cerrada.





De nuevo caminando por la senda, aunque la velocidad que imprime José Luís a la cadencia de su paso, hace que yo vaya quedando rezagado, pero creo que la observación de la naturaleza que me rodea, bien merece disfrutar del paseo, recreándome en la caprichosa vegetación.





Solo 1,5 Km después, llegamos al cruce con la carretera LE-4514, siempre manteniendo a nuestra izquierda el cauce del río Bernesga. Cruzamos perpendicularmente la citada carretera y prácticamente estamos a la entrada del núcleo urbano de Cascantes de Alba.







A la entrada de la población me vuelvo a reunir con José Luís, quien ya me anticipa que el único bar de esta población todavía no abrió sus puertas, sin embargo, yo prefiero esperar, pues no tengo necesidad de mantener su intensidad de marcha.

El motivo, tal y como recuerdo a José Luís, esa marcha demasiado forzada para mí, ya me produjo una mala pasada en uno de los momentos en que compartimos recorrido por el Camino Portugués.

A pesar de su insistencia y mi interés por disfrutar de su compañía, creemos que lo más razonable es continuar cada uno en la forma que tuviese prevista, ya que mi objetivo inicial de hoy es solo llegar a La Robla, en tanto que José Luís estima más apropiado continuar hasta la siguiente población.

Así que al igual que el Camino se ha encargado de unirnos de una manera tan fortuita, dejamos en sus sendas el como y cuando volveremos a coincidir. Lo acompaño unos metros hasta la salida de la población y retorno a esperar la apertura del bar.







Como la población es pequeña y aún queda tiempo hasta que abran el bar, en esta misma calle Real, coincidente con la carretera que atraviesa longitudinalmente el pueblo, se encuentra la iglesia de San Pedro, construcción del S.XVI, aunque con bastantes modificaciones posteriores, (la reciente construcción de una estructura metálica aneja empobrece su figura), levantada sobre una construcción románica, posiblemente de los siglos XI y XII (aunque sin apenas vestigios de esta época).







La lluvia continua suave, pero moja, de ahí que mantenga el equipamiento para protegerme de la misma. A la iglesia se accede por un patio con un pórtico cubierto y discretamente decorado.





La hora de apertura del bar se aproxima, así que me acerco a sus inmediaciones hasta que a las 10:00 horas, tras la llegada de un vehículo, veo como abren sus ventanales y puerta de acceso, se trata del bar Casa Esteban.





Un lugar con encanto, además de unos excelentes productos y cocina, todo un acierto. Era tal la sencilla variedad y calidad de su oferta culinaria de platos y productos de la tierra, que después del fenomenal desayuno consistente en unas cervezas, bocadillo de chorizo picante y algunas otras tapas acompañadas de vino de la tierra, que llegué a sentir la tentación de finalizar prácticamente la etapa aquí mismo.







Después de este sabroso y suculento desayuno, saco los ánimos necesarios para no quedarme enganchado en este lugar de delicias culinarias y me pongo de nuevo en Camino cuando son las 11:30 horas.

Emprendo la dirección hacia mi previsto final de esta corta etapa que me he planteado, La Robla. Son los primeros días de Camino y es conveniente ir probando la respuesta del organismo y las sensaciones que percibo de esta nueva andadura, por eso sigo estimando la conveniencia de iniciar los Caminos con etapas breves durante los primeros días.

Continuando la calle Real para salir de la población, camino durante 1,2 Km a través de asfalto hasta desembocar en la carretera LE-4514.

Ahora por el arcén de esta carretera, siempre con el río Bernesga a mi izquierda, un nuevo tramo de asfalto durante 1 Km, al cabo del cual, se continúa por la senda que parte del margen izquierdo de la carretera, bordeando la valla lateral de la Central Térmica.

Una inmensa mole de carbón se abre ante mi vista, se trata del combustible que usa esta central para la producción de energía eléctrica. Diariamente consume 6.000 Toneladas de carbón.







Aunque la lluvia se mantiene de manera suave, decido realizar un breve descanso en la mesa y bancos existentes, pudiendo contemplar las instalaciones térmicas en toda su magnitud.







Continúo caminando y a escasos metros, en este lateral de la Central térmica, casi ahogada por la proximidad de este complejo industrial, se encuentra la Ermita de Celada, construcción en mampostería de piedra, salvo el pórtico de sillería.

Su parte más antigua, corresponde a un arco de traza gótica, posiblemente del S. XIV, mientras que el resto del edificio puede datarse en el S. XVII, a excepción del pórtico de acceso, algo posterior, levantado en el S. XVIII





Atrás queda la ermita y tras rodearla continuando la senda unas decenas de metros, vuelvo a salir al arcén de la carretera LE-4514 durante 800 metros, cruzando en primer lugar bajo la carretera N-630 y posteriormente mediante un paso elevado peatonal, salvar la vía del tren.

En este punto puedo considerar que estoy en el núcleo urbano de La Robla, caminando por la calle Ramón y Cajal, durante 1,2 Km, al final de la cual, ya a la salida de la población en dirección norte, se encuentra el albergue.

En el tránsito hasta el albergue, llego a la sede del Ayuntamiento, donde me informo de la forma de acceder a su albergue municipal, a la vez que sello la credencial.





De nuevo en dirección hacia el albergue, ahora a través de la calle Mayor (puesto que la continuación de Ramón y Cajal cambia de nombre), a donde llego y espero para que procedan a su apertura de acuerdo con las indicaciones recibidas en el ayuntamiento, ya que un funcionario se desplazaría allí para facilitar la entrada.

La lluvia se mantiene, pero el albergue dispone de un porche cubierto, en el que puedo desprenderme del equipamiento de lluvia y esperar ya de manera sosegada sin el peso de la mochila.







De inmediato llegó un funcionario municipal que procedió a abrir el albergue e informarme de las singularidades del mismo, al igual que a la pareja de peregrinos belgas que también finalizaban aquí su etapa.

Después de tomar posesión de mi litera y asearme, salgo en dirección al centro de la población con la intención de comer en alguno de los establecimientos existentes. Durante el trayecto coincido con una pareja de peregrinos a los que informo de la correcta dirección que llevan para llegar al albergue.

Después de recorrer el centro y comprar unos productos en el mercadillo existente, decido regresar al albergue para dar buena cuenta de ellos.





A lo largo de la tarde llegan varios peregrinos más, en total seremos diez (la pareja belga formada por Rita y Luc, la pareja valenciana compuesta por Inma y Vicente, una chica vasca llamada Angela, el estadounidense Martin, el polaco Ivan, el esloveno Machet y un madrileño llamado Jorge que llegó a última hora).

La ubicación del albergue es perfecta, junto a un parque con una verde pradera que permite disfrutar de la naturaleza, destacando entre sus instalaciones una “tirolina” que hace las delicias incluso de los peregrinos, como es el caso de Inma y Vicente.







Antes de que anochezca, realizo una nueva visita al centro, aprovechando para conocer su Iglesia Parroquial de San Roque, edificio de una gran limpieza de formas con una alta torre, datando su construcción del S. XVI.





De regreso al albergue, acordamos compartir la cena que se elabora con la participación de todos los peregrinos, salvo la pareja belga y el madrileño que se han retirado a descansar, degustando una excelente pasta. Por mi parte aporto el aceite de oliva que llevo de mi tierra para aliñar unos buenos tomates, así como una botella de orujo de León.

La cena fue todo un acontecimiento y la sobremesa aún mejor, disfrutando de las melodías que interpretó el peregrino Machet con su armónica.





Terminamos el día después de esta agradable sobremesa, retirándonos a descansar en nuestras literas de la sala común, donde ya lo hacen los otros tres peregrinos.

Mi sugerencia: Disfrutar del tramo de Camino hasta Cascantes de Alba



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

La Robla:
-Albergue de Peregrinos de La Robla
    Localización: Calle Mayor, 69
    Propiedad y Gestión: Municipal (Ayuntamiento de La Robla)
    Tel.: (+34) 659 09 36 47
    Inaugurado el 12 de Marzo de 2011

-Pensión Mundo - Bar Yosumar
    Localización: Calle Gordón Ordás, 7
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 987 57 07 33

-Hostal Ordoñez de Celis
    Localización: Calle Ramón y Cajal, 5
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 987 57 23 42

-Hostal Restaurante "El Valle"
    Localización: Carretera La Robla-Matallana, s/n (a 5 Km de La Robla y del Camino)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 987 57 84 26 / (+34) 987 57 84 27