CAMINO SANABRÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 13º: O Castro de Dozón - Silleda: 27,7 Km





Aunque madrugo, algunos se han adelantado, con toda la prudencia recojo mis pertenencias, necesitando acceder a la sala de literas en dos o tres ocasiones para sacar al exterior de la misma todo mi equipamiento, hasta dejar inclusive recogidas las fundas de colchón y almohada. Después de asearme, me he instalado en el hall de entrada del albergue con el fin de introducir en la mochila todos mis enseres, incluyendo el saco de dormir después de enrollarlo.

Estaba en estas operaciones cuando aparece Montse y después de interesarme por su estado, decidimos nuevamente caminar juntos.

Como la hospitalera me había facilitado monedas, me puedo permitir el lujo de tomar un café con leche y una pieza de pastelería prefabricada. Algo es algo.

Son las 6:50 horas y ya estoy en disposición para comenzar la etapa de hoy al igual que Montse. La climatología tiene buen aspecto, aunque con nubes bajas, pero la temperatura es buena y por ahora no llueve. Comenzamos y ya dirá el Camino hasta donde llegamos. Atrás va quedando O Castro de Dozón.





Nada más salir a la N-525, enfrente a la izquierda, a la otra orilla de la carretera, en dirección norte, sale una gran pista asfaltada paralela a la N-525 (el antiguo trazado), que hemos de tomar, evitando así volver a la zona del pueblo en que se encuentra la Iglesia de San Salvador por donde transita el Camino, con el que nos encontraremos por esta vía después de 260 metros.

Continuamos caminando ascendiendo por esta amplia vía asfaltada, siempre paralelos a la N-525, recorriendo ahora 870 metros y descendiendo hasta que se acaba esta pista para desembocar en la carretera N-525.





Ahora avanzaremos por el arcén lateral izquierdo de la N-525, en dirección norte, durante 850 metros, abandonándola en breve por la izquierda.







Aunque solo evitaremos unos centenares de metros del arcén del N-525, pero siempre se agradece, así que volvemos a retornar al mismo después de un corto recorrido de 180 metros de senda, evitando así la falta de visibilidad de la curva caminando por asfalto.

Ya de vuelta a la N-525, coronamos el alto de Santo Domingo de 700 metros.







Ahora en la N-525 por su margen derecho, continuando en dirección norte, después de descender durante 170 metros, volvemos a abandonar esta calzada, para tomar la amplia pista que se abre paralela a su derecha (trazado de antigua carretera).







Ahora el desvío por esta amplia pista lateral solo se mantiene durante 800 metros, al cabo de los cuales volvemos a retornar a esta N-525 en este largo peregrinar de entradas y salidas de la misma.





De nuevo en la N-525, ahora por el arcén derecho en dirección norte, llegamos después de 180 metros a un pequeño grupo de edificaciones, entre las que se encuentra la ermita de Santo Domingo, pequeña construcción de piedra granítica. Presidiendo el descampado delantero existente, encontramos un sencillo “cruceiro” algo deteriorado. La portada de la ermita muestra el escudo del Monasterio de Oseira, poniendo de relieve así, la relación que mantuvo durante siglos.





Ahora hay que continuar caminando por el arcén de esta carretera, en cuyo margen también se encuentra un establecimiento hostelero, aunque a estas horas permanece cerrado.







Se continúa caminando por el arcén izquierdo de la N-525, aunque por suerte será de los últimos tramos de la etapa de hoy en que caminaremos por esta carretera, puesto que después de 550 metros, sale a la izquierda una amplia pista de tierra, perfectamente señalizada con mojón del Camino indicando la dirección.







Aquí comienza una amplia pista de tierra, albero, que mantiene la superficie libre de barro y charcos, toda una delicia para los pies.







Son 700 metros de suave ascenso a través de estos bonitos parajes, donde a pesar de la suavidad del ascenso, al ser los primeros kilómetros de la etapa, se hacen notar en demasía sobre nuestro físico.





Ya coronada esta pequeña cima, el paisaje se abre en el horizonte y a pesar de las nubes bajas, permite contemplar el fantástico espectáculo de las montañas que encierran los valles y el verdor de la siembra.





En la meseta de la cima, una bifurcación a la izquierda, señalizada mediante mojón con “vieira” y flecha amarilla nos indica la dirección correcta del Camino.







Aprovechando el mojón para depositar la mochila, realizamos un pequeño descanso antes de comenzar el suave descenso en dirección a la aldea de Puxallos.





Reiniciamos la marcha y después de recorrer 900 metros en suave descenso llegamos a la aldea de Puxallos, donde la presencia humana brilla por su ausencia, a pesar de sus cuidadas viviendas, lo que denota su uso como segunda vivienda.

Sus viviendas, rodeadas de esplendidos jardines y motivos alegóricos del Camino, bien sea una sencilla estatua del Apóstol Santiago Peregrino







O un “cruceiro” bellamente esculpido presidiendo la entrada principal de la vivienda.





En la explanada de la aldea, ahora encontramos otro “cruceiro” más rústico y sencillo, aunque de mayor antigüedad y que señaliza el cruce de caminos o la proximidad de un edificio religioso.





Así es, efectivamente, a una decena de metros del “cruceiro” se encuentra la ermita de San Roque, edificación sencilla, con el atrio porticado, pero bien conservada como muestra su renovada techumbre.







Salimos de la aldea en dirección noroeste, comenzando después de 280 metros una amplia pista de tierra, coincidiendo con un cruce de caminos perfectamente señalizado.







Proseguimos en suave descenso en dirección al paso elevado que nos permitirá salvar el trazado de la autovía, 1,3 Km después.







Ya en la otra vertiente de la autovía, caminamos paralela a ella unas decenas de metros en dirección norte, hasta llegar al desvío señalizado, en descenso, que nos desviará del trazado de la misma en dirección noroeste.







En este punto se inicia un recorrido espectacular, por una amplia pista, rodeados de una frondosa vegetación arbórea, que en ocasiones presenta extrañas formas y ubicaciones.







Este escenario se mantiene durante 500 metros de recorrido hasta llegar a las puertas de la pequeña aldea de Pontenoufe.







Prácticamente a la salida de Pontenoufe nos encontramos con el cauce del río Asneiro, río de pequeña longitud, aproximadamente 29 Km, que nace en Dozón y finaliza al unirse al río Deza en la parroquia de Cristimil, en este concello de Lalín.

Por esta zona describe unos pequeños meandros pasando bajo la línea férrea que por allí discurre, presentando una imagen singular.







Apenas algo más de un centenar de metros después, abandonamos esta vía asfaltada, tomando el desvío a la izquierda señalizado mediante mojón con “vieira” y flecha amarilla, que nos introducirá en uno de los tramos más bonitos de la etapa.







El recorrido es impresionante, a lo largo de 1,2 Km, distancia que hay que cubrir salvando un desnivel apreciable, pero el escenario por el que caminaremos bien merece la pena.







En ocasiones la frondosidad de la vegetación hace que se oscurezca la luz del día, a través de túneles y “corredoiras” que suavizan la dureza del ascenso.





Sin embargo, continuamos avanzando, a veces algo resentidos por el esfuerzo, pero sin forzar la marcha se puede disfrutar del recorrido.





Pero todo merece un descanso y en esta ocasión decidimos efectuar una breve parada en pleno ascenso, hay que reponer las fuerzas, para Montse es todavía demasiado después de la etapa vivida ayer.

Hoy estamos salvando una cota de 110 metros de desnivel durante 1,2 Km, ¡es más que suficiente!







Van a ser la 09:45 horas cuando llegamos a la aldea de A Sexta, acabamos de coronar la cima y ahora ya caminamos de manera más sosegada.







Esta aldea, debido a la progresiva despoblación, apenas tiene 50 casas cuyos y sus moradores no llegan a los dos centenares, hay que tener en cuenta la masiva emigración que se produjo, fundamentalmente a tierras mexicanas, convirtiéndose sus antiguos vecinos en visitantes de temporada.







Según nos adentramos por sus calles, llegamos hasta la Capilla del Carmen que dispone de unas escalinatas frente a su entrada, las que nos permiten volver a descansar junto a la “Fonte do Peregrino” y una pintura mural sobre la pared con graciosos motivos alusivos a los peregrinos.





Frente a la fuente se encuentra la fachada principal de la “Capela do Carmen” en honor a la Virgen que en ella se venera, celebrándose una romería que concentraba una gran muchedumbre.





Proseguimos el Camino saliendo a la carretera provincial PO-902 que cruzamos perpendicularmente y que divide longitudinalmente la distribución de sus construcciones de la aldea.

Ya en la otra vertiente de la carretera, comenzamos abandonar la zona urbanizada con sus últimas viviendas en las que se disfruta de la abundante vegetación y el alegre surtido floral que decora sus paredes.







Ahora continuamos caminando por una amplia pista, en suave descenso, que nos conduce a través de tierras de cultivo y zonas boscosas durante 800 metros, hasta cruzar por un paso elevado la línea de ferrocarril.

De nuevo la pista prosigue su recorrido, manteniendo el suave descenso en dirección noroeste, por una frondosa zona boscosa que finaliza después de 1,3 Km en la carretera PO-534.







De acuerdo con la indicación del mojón del Camino con “vieira y flecha amarilla”, tomamos a la izquierda, adentrándonos así en una zona de edificaciones que dispone de múltiples servicios de hostelería, se trata de la Estación de ferrocarril de Lalín, también conocida por estación de ferrocarril de Botos.

Como consecuencia de la entrada en servicio de la red ferroviaria de Alta Velocidad, el tráfico ferroviario ha disminuido de manera notable a través de este antiguo trazado.







Aquí nos desviamos apenas 140 metros del Camino, continuando por la PO-534 tras salvar la rotonda, para acceder al establecimiento hostelero A Taberna de Vento, son las 10:30 horas y va apeteciendo tomar algo más serio de desayuno, así que aprovechamos para disfrutar de un suculento desayuno que en mi caso se compone de un buen bocadillo de chorizo acompañado de una cerveza, Montse se conforma con algo más suave.

Ya medio rehabilitados físicamente después del descanso, retornamos a la ruta del Camino sin ningún esfuerzo, pues frente a este bar, perfectamente señalizada, hay una pequeña senda en bajada de apenas 80 metros que nos devuelve al Camino.

El Camino prosigue por una vía asfaltada que nos conduce a través de caseríos diseminados entre los campos de cultivo y labranza, hasta llegar a la aldea de Baxán, después de 400 metros.

Al abandonar sus edificaciones, giramos a la derecha en dirección noreste, saliendo de la aldea para recorrer los 170 metros que nos llevan al paso subterráneo que permite salvar el paso de la línea ferroviaria.

Después de pasar bajo la vía férrea, giramos a la izquierda para caminar ahora en dirección noroeste, paralelos a la vía férrea, llegando después de 800 metros a la aldea de Botos.





En el corto recorrido por la aldea de manera longitudinal, se puede contemplar la existencia de un bonito “cruceiro” instalado en 2003, aunque la ausencia de presencia humana es notoria.





A la salida de la aldea si encontramos unas vacas pastando, sin que extrañen en absoluto nuestra presencia, aceptando incluso una caricia.







Proseguimos andando por estos parajes agrícolas en dirección norte, por una pista de asfalto que nos llevará, después de 800 metros, a desembocar en la carretera local EP-6001 que tomando a la derecha conduce a Lalín, nosotros sin embargo la cruzaremos perpendicularmente.





En este punto, de acuerdo con la señalización del Camino mediante mojón, “vieira” y flecha amarilla, comenzamos la andadura, ahora en dirección noroeste, por una inmejorable pista de tierra, rodeado de vegetación por todas partes.







Además de un recorrido sin grandes desniveles, prácticamente llano, la belleza del paisaje se une al encanto del lugar, permitiendo avanzar de manera relajada y sin sobresaltos, así nos iremos acercando a la siguiente población, a través de esta pista de tierra durante 1,1 Km.





La sensación de paz y tranquilidad que transmite este recorrido de inmensa belleza, entre árboles y helechos, conformando en ocasiones túneles construidos por la propia vegetación, así como una mullida capa de hojas que alfombra el suelo, siendo una verdadera delicia para nuestros pies.





Después de casi media hora desde que abandonamos la anterior aldea, ya podemos vislumbrar al fondo algunas edificaciones y la silueta de la torre de la iglesia de la siguiente aldea, siempre rodeados de la vegetación que nos ofrece un variado surtido de tonalidades verdes.







Entramos en la pequeña aldea de A Eirexe, en la que ya sus primeras y casi únicas edificaciones particulares nos identifican la sencillez y raigambre del lugar.







A medida que avanzamos unas decenas de metros, encontramos un bonito “cruceiro”, se trata de un ejemplar datado en 1789.

En su base tiene la imagen de un reptil en representación del demonio. En la columna se representa una tortuga y las imágenes de Adán y Eva, situando por encima el árbol de resurrección.

El capitel está decorado con flores y pergaminos en el centro de cada cara. En la cruz se representan las imágenes de Cristo por el anverso y la Virgen por el reverso.







En las inmediaciones también hay un bar, Taberna Ruta da Plata, pero que al menos en estos momentos permanece cerrado, aunque tiene instaladas mesas en la puerta.







En el mismo núcleo de edificaciones, unos metros más adelante descubrimos la existencia de un magnífico edificio que corresponde al Templo de Santa Eulalia, de estilo barroco, construido en el siglo XVIII en sustitución de la primitiva iglesia.





Fue mandado construir en 1731 por Cayetano Gil Taboada, obispo de Lugo y Arzobispo de Santiago, cumpliendo así el deseo de su tío Felipe Antonio Gil Taboada quien nació en esta Parroquia, concretamente en el Pazo de Bergazos, llegando a desempeñar la función de Gobernador Real con Felipe V, además de Obispo de Osma y Arzobispo de Sevilla.

Este edificio que llama la atención por sus grandes dimensiones, cuya ejecución se llevó a cabo por maestros del barroco compostelano. El campanario está dividido en dos plantas, la inferior cuadrangular y la superior octogonal rematada en cúpula.

En el interior de la iglesia destaca tanto su retablo realizado por el tallador de Chapa, Silvestre Colmeiro, como las tumbas de la familia Gil Taboada, con sus armas y escudos. Junto a los muros existen otra serie de tumbas.





Después de esta agradable sorpresa arquitectónica, continuamos caminando para abandonar la aldea en dirección norte, a través de la misma vía asfaltada durante 350 metros, pasando por la aldea de O Campo en la que atravesamos longitudinalmente sus pocas edificaciones.

Proseguimos por la vía asfaltada otros 150 metros, momento en que finaliza el asfalto y accedemos a una pista de tierra que ahora continúa en dirección noroeste, rodeados por la intensa vegetación de la zona y descendiendo en dirección a Laxe.





Después de 800 metros de recorrido por esta sensacional pista, llegamos a la carretera N-525 por cuyo arcén caminamos en dirección noroeste durante 1,0 Km, quedando a la derecha, en el otro margen de la citada carretera la aldea de Laxe y el Albergue Municipal, con indicaciones claras de su ubicación. Sin embargo, nosotros hemos continuado por la N-525 hasta llegar a las puertas del Bar Restaurante María José.

Son las 13:00 horas, así que hemos decidido efectuar un breve descanso y tomar unas cervezas, ya que es preferible avanzar un poco más en dirección hacia el final de etapa antes de hacer una comida más contundente.

Hasta ahora habíamos tenido suerte y la climatología nos había acompañado, comprobando, al dejar este singular y atractivo establecimiento, que ha comenzado a llover lo suficiente como para temer que colocarnos el equipamiento de lluvia.

Casi a las puertas del establecimiento, apenas 10 metros después, la señalización del Camino mediante una placa azul con flecha amarilla, nos indica abandonar la N-525, tomando el desvío señalizado a la izquierda.

Ahora caminamos por una vía asfaltada durante 300 metros hasta finalizar en una pista de tierra por la que continuamos en dirección oeste, conduciéndonos después de 1,1 Km hasta una nueva vía asfaltada, paralela al trazado de la N-525, aunque a varias decenas de metros de ella.

Coincide este lugar con el desvío, donde según la señalización, se accede al Pazo de Bendoiro, cuyo origen se remonta al siglo XVI, si bien en el siglo XIX se realizaron nuevas obras para adaptarlo a la época, agregándose la capilla que se trasladó desde la vecina aldea de Xubin. En la actualidad se ha convertido en un establecimiento de turismo rural.







Continuando 350 metros por esta pista asfaltada en dirección oeste, desembocamos en el arcén de la N-525, carretera por la que caminaremos manteniendo la dirección durante 250 metros ya entre las edificaciones del núcleo urbano de Prado, tomando el desvío señalizado a la izquierda, justamente en la esquina del estanco, dejando la N-525.

Continuamos ahora por una calle que discurre paralela a la carretera N-525, hasta llegar después de 650 metros a otra vía urbana asfaltada que cruzaremos perpendicularmente, para proseguir por una pista de tierra entre edificaciones que nos lleva después de otros 280 metros hasta otra nueva vía asfaltada, donde ahora tomaremos a la derecha en dirección norte durante 180 metros, regresando hacia la carretera N-525, tal y como y como señaliza el mojón con “vieira” y flecha amarilla, junto a la pista de tierra existente.







Regresamos hacia la N-525, todavía caminando entre alguna que otra edificación que llama la atención por la maravillosa decoración floral de su fachada.







No obstante, no llegaremos a entrar en esta calzada, puesto que en ese punto tomaremos ahora a la izquierda, en dirección suroeste, continuando por esta vía asfaltada que procede de la N-525.

Ahora a través de esta estrecha carretera, abandonando la continuidad de las edificaciones, caminaremos descendiendo por este trazado serpenteante durante 900 metros en dirección al valle por el que discurre el cauce del río Deza.

Al llegar al cauce de este río y sin cruzarlo por el puente que permite a esta carretera salvarlo entre la rica vegetación que lo rodea, nos detendremos.





Desde este mismo punto también podemos contemplar la bonita imagen del puente de exclusivo uso del ferrocarril que con sus arcadas resalta en el horizonte.





Aquí finaliza nuestro recorrido por esta vía asfaltada, porque efectivamente, en este bonito escenario y antes de cruzar el puente, sale un desvío a la izquierda a través de una pista de tierra perfectamente señalizada que nos conducirá hacia uno de los parajes más bonitos de la etapa, incluso a pesar de la lluvia que no cesa.







A través de esta pista también serpenteante, aunque todavía con niveles suaves, casi en descenso y bordeando la ribera del Deza, nos permite contemplar desde otra parte, el viaducto de la vía férrea, como incrustado en la abundante vegetación como queriendo envolverlo y tapizarlo de verde.







En esta ribera del Deza, donde la vegetación, como un tupido tul, deja traslucir la presencia de las aguas en su andadura por estos parajes.







La amplia pista de tierra con su alfombra de hojarasca, majestuosamente nos va conduciendo hasta el punto en que podremos salvar el cauce del río.





La permanente información de las diferentes rutas que se entrecruzan y la señalización del Camino, nos permite continuar nuestros pasos con la seguridad de que estamos en la ruta correcta, evitando cualquier duda dentro de esta bella inmensidad natural.





El cauce del río Deza, afluente del río Ulla, con sus negras aguas convierten su superficie en un espejo “empañado”, únicamente alterado por las finas gotas de lluvia que no cesa.





Finalmente nos encontramos ante la majestuosidad y belleza estructural del Ponte de Taboada, toda una obra arquitectónica perteneciente al camino real que unía las ciudades de Ourense y Santiago de Compostela.

Posiblemente sea el sustituto de anteriores puentes de tabla de los que puede proceder su nombre (Pons Tabulata, ponte de tabóas, ponte Taboada).

Construido en el año 950 (se corresponde con el año 912) como puede apreciarse en la cara plana de uno de los peñascos próximos.

Está soportado por un arco de medio punto, con una altura de nueve metros sobre el nivel del agua, aprovechando para su construcción el estrechamiento del río producido por dos peñas próximas. También se conserva parte de la calzada de acceso al mismo.





La lluvia no cesa, ahora nos queda el ascenso hasta llegar a Taboada, a través de este maravilloso paisaje, así que hay que seguir adelante por una senda enlosada con grandes piedras que evitan el embarrado del suelo.







Las rampas se llegan a hacer bastante duras por momentos, tengamos en cuenta que a lo largo de 1,3 Km hemos de salvar un desnivel de 95 metros.







Trascurridos unos minutos llegamos a las primeras edificaciones pertenecientes a la esparcida parroquia de Taboada, ya que están diseminadas en pequeños núcleos como este de A Ponte de Taboada, que dispone de una típica casa gallega convertida en taberna, aunque cerrada a estas horas.

Adosada a la fachada de uno de los edificios encontramos una sencilla fuente pública estratégicamente situada para el paso de los peregrinos.







Van a ser las 14:40 horas cuando entramos en el núcleo principal de la parroquia de Taboada, ya en la cima del ascenso, junto a la carretera N-525. Ha sido duro el ascenso a estas avanzadas horas y con lluvia.





Al salir a la carretera N-525, apreciamos que en una explanada del otro margen de la misma se encuentra un conjunto arquitectónico religioso formado por un bello cruceiro y templo.

El “cruceiro” con una base elevada que la conforman cuatro escalones sobre los cuales se sitúa su fuste cónico acanalado, con altar y un capitel vegetal que soporta la Cruz.





En cuanto al templo, es la Iglesia de Santiago, con su planta rectangular, un claro ejemplo del románico de la transición, construida a principios del siglo XIII, manteniendo algunos motivos decorativos románicos de esa época, tales como la portada con doble arquivolta y la doble columna con basa y capiteles vegetales.

La espadaña que remata la fachada, construida en el siglo XVII en estilo barroco, compuesta por dos campanas y cuatro bolardos junto a la Cruz.

Asimismo, llama la atención la figura esculpida en el tímpano de la puerta principal representando la lucha de Sansón y el León.







A pesar de la hora, tenemos la suerte de que hay una persona encargada de facilitar el acceso y poder mostrarnos su interior, así que no lo dudamos ni un momento.

La entrada al templo, mediante una sencilla puerta de dos hojas, da paso a la nave rectangular en la que se dispone de un pequeño coro volado sobe la sala, construido en madera tanto el mismo como su acceso.







Su capilla mayor está separada de la nave principal mediante un robusto arco toral de medio punto y doblado, que apoya en medias columnas adosadas y termina en dos grandes capiteles adornados con amplias hojas. Esta capilla mayor es abovedada, reforzando su bóveda también dos arcos torales sobre medias columnas y capiteles.

El curioso retablo, muestra del arte barroco popular, representa una interesante interpretación de la batalla de Clavijo, vistiendo a los combatientes cristianos a la moda del siglo XVIII.







Después de la agradable acogida de la persona que nos recibió y las explicaciones sobre el templo, nos sugirió ante nuestra muestras de cansancio por la larga etapa y el interés por la distancia que aún nos quedaba por recorrer hasta Silleda, la posibilidad de continuar por la carretera N-525 cuya pista de rodadura no tendríamos que ni pisarla, puesto que lo haríamos a través de una calle paralela del polígono industrial y posteriormente ya entraríamos en zona urbana, evitando así el posible embarrado del trazado del Camino hacia Trasfontao.

Al salir no tuvimos la más mínima duda, así que continuamos junto a la N-525 en dirección a Silleda.





Y efectivamente, no tenemos que pisar prácticamente la calzada de la carretera N-525, haciéndolo inicialmente por una vía paralela ideada como área de descanso para vehículos.





Caminamos así durante 1,6 Km, pasando por el vial del polígono industrial de Silleda. Al incorporarnos al lateral de la N-525, estamos accediendo ya al núcleo urbano, convirtiéndose en aceras los laterales de esta carretera.

Aquí descubrimos un singular establecimiento donde posiblemente podríamos tomar algo de comer, antes de que se nos haga demasiado tarde.

La realidad es que fue un verdadero acierto, pues además del cansancio y la lluvia, ya eran más de la 15:00 horas cuan accedimos a este local llamado Restaurante Parrillada Coteliño.

Tuvieron la amabilidad de permitirnos el acceso al comedor donde degustar un excelente y abundante menú, compuesto por una maravillosa y reconfortante sopa caliente de la que dimos buena cuenta.







Continuamos con una espectacular parrillada acompañada de ensalada y unas recién hechas patatas fritas, ¡todo un lujo! Solo la expresión de relajación y sorpresa de Montse lo dice todo.





Después de un buen postre e infusiones, así como un buen orujo, abonamos el importe de los dos menús y los extras consumidos por un total de 24 €. ¡Excelente la atención, calidad, cantidad y precio!

Pasadas las 16 horas, continuamos caminando con el área urbana al fondo, aunque ya por aceras que bordean la N-525, puesto que esta carretera se convierte en la calle principal de Silleda.

Habíamos decidido hospedarnos en el primer albergue que teníamos localizado, se trata del Albergue Turístico Silleda (de propiedad y gestión privada), a la entrada de la población, en una perpendicular a la derecha de esta calle principal.







Nos asignan una habitación con cuatro camas, de las que una de ellas ya estaba ocupada por un peregrino italiano que descansaba. Se encontraba algo fastidiado con enfriamiento.

Conseguimos instalarnos sin provocar demasiadas molestias dedicando la tarde a descansar.

Por mi parte después de asearme y descansar un buen rato, decidí salir a dar una vuelta por la población, en tanto que Montse optó por disfrutar de un merecido descanso en la planta alta del edificio, donde según me informó posteriormente, disponen de una terraza acristalada reconvertida en solárium.

Salgo del albergue y después de regresar a la calle principal denominada Rúa Trasdeza (N-525), tomo a la derecha por ella hasta llegar al final de la población para comprobar la salida de la etapa de mañana, pasando en el trayecto ante la fachada de la sede del Concello.





De retorno hacia el albergue, nada más pasar de nuevo ante la l edificio del Concello, tomo una de sus calles a la derecha, entiendo que la más comercial, se trata de la avenida del Parque que me lleva ante el templo de la población.

Se trata de su Iglesia Parroquial de Santa Eulalia, construido en 1845 en fábrica de sillería, de aspecto bastante sobrio, destacando la composición de su torre con dos cuerpos, uno de ellos cuadrado donde se ubica la campana y otro superior octogonal coronado por una cúpula y la Cruz.





Puedo acceder a su interior, ya que al parecer se acaba de realizar un acto religioso, pudiendo comprobar la sencillez y sobriedad de su construcción, presidiendo su altar mayor un retablo con tres imágenes y un Crucifijo en el centro.







De regreso hacia el albergue, encuentro una pastelería que ofrece los dulces típicos del lugar, tales como las “rosquillas y melindres” de Silleda, pero están agotadas dado lo avanzado de la hora, así que continuo mi camino de retorno. Encuentro ahora una panadería en las proximidades del albergue, donde puedo adquirir dos dulces de tamaño más que considerable.

En una de los edificios limítrofes de esta panadería/pastelería, una de sus paredes aparece cubierta con múltiples paneles de baldosas donde se recogen una colección de refranes escritos en gallego. Me entretengo un buen rato mientras intento descifrar la traducción de algunos de ellos.







A continuación, frente al albergue hay un supermercado, donde aprovecho para comprar algunos productos que me permitan afrontar la etapa de mañana con cierta tranquilidad.

Definitivamente me retiro al albergue.

Parece ser que ha llegado algún peregrino más, pero en nuestra habitación solo estamos tres, lo que nos permite algo más de amplitud al poder usar la cuarta cama vacante para depositar algunas de nuestras pertenencias, dado lo ajustado del espacio de que disponemos.

Tengo problemas con el cargador del teléfono, así que comparto el de Montse con el fin de comprobar el estado de mi móvil, a la vez que compartimos la mesa de la cocina donde damos buena cuenta de los maxi pasteles. Al final pude determinar que mi cargador funcionaba correctamente, lo que me dio cierta tranquilidad. Nos despedimos y nos retiramos a descansar, mientras el peregrino italiano continúa descansando, aunque ya mejorado.



Mi sugerencia: Etapa espectacular con un recorrido para disfrutar.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:

Bendoiro de Baixo:
-Pazo de Bendoiro
    Localización: Bendoiro – Prado
    Junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 794 289 / (+34) 687 462 785



A Ponte Taboada:
-Casa A Posta da Prata
    Localización: A Ponte Taboada, 2
    Junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 00 11 / (+34) 648 186 318



Trasfontao:
-Albergue Turístico Trasfontao
    Localización: Trasfontao, 7
    Juntoa al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 650 261 774
    Inaugurado en 2015



Silleda:
-Albergue Santa Olaia
    Localización: Avenida del Parque, 17
    Tras la Iglesia Parroquial, anteriormente fue residencia de estudiantes
    Céntrico, 240 metros al sureste de la Casa del Concello, junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Fundación Privada María Seoane Colmeiro
    Tel.: (+34) 986 58 00 13 / (+34) 606 434 386
    Inaugurado en 2010

-Albergue Turístico Silleda
    Localización: Rúa Venezuela, 38
    500 metros al noreste de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 01 92 / (+34) 986 59 20 01 / (+34) 689 505 690
    Inaugurado en Mayo de 2012

-El Gran Albergue Silleda
    Localización: Calle Antón Alonso Ríos, 18
    500 metros al norte de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 580 156
    Inaugurado en 2013

-Hostal Pardo
    Localización: Rúa Alfonso Trabazo, nº 14
    Céntrico, 140 metros al norte de la Casa del Concello y del Camino (CN-525)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 09 65

-Pensión Bar Toxa
    Localización: Rúa do Trasdeza, 88
    Céntrico, 160 metros al oeste de la Casa del Concello y junto al Camino (CN-525)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 01 11

-Hostal Gonzalez
    Localización: Rúa Antón Alonso Ríos, 20
    500 metros al noreste de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 580 156

-Hostal Fonda Maril
    Localización: Rúa Venezuela, nº 40
    500 metros al noreste de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 09 55

-Hostal Casasnovas
    Localización: Rúa Barrio do Campo, nº 19
    550 metros al oeste de la Casa del Concello, (CN-525)
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 08 98 / (+34) 646 718 015

-Hotel Ramos*
    Localización: Rúa Antón Alonso Ríos, 24
    600 metros al noreste de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 581 212

-Hotel Vía Argentum****
    Localización: Outeiro, 52
    1,1 Km al noreste de la Casa del Concello y del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 13 30