CAMINO SANABRÉS (pulsar sobre cualquiera de las imágenes para ampliarlas)






Día 14º: Silleda - Outeiro (Albergue de Peregrinos de Vedra): 24,43 Km





Al amanecer ya estoy levantado, todavía duermen mis acompañantes de habitación, Montse y John el “bicigrino”.

Con el fin de molestar lo menos posible, intento llevar todo mi equipamiento a la sala contigua donde tranquilamente recolocar todo en la mochila.

Todavía el albergue permanece en calma, solo en uno de los momentos, durante el recorrido entre la sala donde estoy preparando la mochila y el aseo, me cruzo con un peregrino al que desconozco, debe estar en otra habitación, aunque creo que se trata del mismo peregrino que en Orense charlaba al atardecer con el hospitalero, aunque no se hospedaba en el albergue.

Son las 07:00 horas cuando abandono el albergue apreciando como Montse continúa descansando, así que prefiero no molestarla e iniciar la etapa, puesto que ella se encuentra restablecida y el Camino ya decidirá cuando y donde debemos volver a coincidir.

Con el objetivo de intentar tomar algo de desayuno me encamino por la calle que sale frente al albergue, la calle Cartagena, en la que en la tarde de ayer pude comprobar la existencia de varios bares. Como medida de precaución ante el aspecto de la climatología, llevo protegida la mochila con la bolsa impermeable de lluvia.

La realidad es que estaban cerrados todos los bares, así que continué tomando a la izquierda por la primera calle, la denominada Rúa do Progresso que me lleva hasta la N-525, donde tomo a la derecha para continuar el trazado del Camino.

Después de 240 metros por esta vía principal, me desvío a la izquierda de acuerdo con la señal existente que me conduce hasta una inmediata senda que evita caminar por el asfalto de la N-525 durante los 300 metros de longitud de esta senda, paralela a la carretera, al cabo de los cuales me devuelve de nuevo al asfalto.

De nuevo en la calzada de la N-525 durante 350 metros, hasta llegar a un nuevo desvío señalizado a la izquierda mediante mojón con vieira y flecha amarilla, conduciéndome por una senda hacia el Foxo de Deza.





Según desciendo adentrándome en este pequeño núcleo urbano de otros tiempos, lo primero que encuentro es la existencia de un lavadero público abastecido por un buen caudal de agua.





Continúo avanzando entre las pocas edificaciones de este núcleo que constituye uno de los conjuntos históricos más antiguos del actual ayuntamiento.







Destaca su importancia en la época medieval, donde según diversas fuentes coincidían varios cruces de caminos como paso obligado para arrieros, pues se trata del Camino Real que unía Castilla con Compostela, a la vez de vereda religiosa para aquellos que peregrinaban desde el sur de la Península Ibérica y nordeste de Portugal en dirección a Santiago de Compostela. A la salida del pequeño núcleo urbano existe una fuente de agua potable de rústica construcción.







Dejo atrás este histórico núcleo, dirigiéndome en dirección a la carretera N-525, puesto que discurre paralelo a ella, sin embargo, no llego a incorporarme a ella, puesto que continúo en la misma dirección hasta llegar ante la fachada de una planta industrial próxima de fabricación de piensos para animales.







Aquí comienzo a descender por la vía asfaltada que bordea esta planta industrial en dirección oeste durante 900 metros, pasando entre algunas edificaciones pertenecientes al poblado de San Fiz, hasta llegar a un desvío a la derecha señalizado con mojón, vieira y flecha amarilla, introduciendo por una amplia senda boscosa, en la que la vegetación la convierte en un tramo con encanto.





Después de 600 metros por este bonito paisaje, retornamos a una vía asfaltada en la que una nueva indicación con mojón nos desvía nuevamente por una pista sin asfaltar.





Esta pista nos conduce hasta dejarnos junto a una nave industrial, donde se inicia un corto trayecto por vía asfaltada, perteneciente al parecer a un pequeño polígono industrial, caminando ahora por ella, paralelamente a la N-525 aunque distante de la misma un centenar de metros.

Después de un breve recorrido, el asfalto se transforma en una pista sin asfaltar, donde según las indicaciones, a la izquierda, se encuentra en las proximidades el Molino de Covian, edificación construida en 1810 en el que destaca su gran magnitud de producción, ya que disponía de cuatro muelas, siendo considerado uno de los mayores molinos de Galicia.







Casi inmediatamente después, avanzando por esta pista llegamos hasta el cauce del río que generaba la energía necesaria para el funcionamiento del molino, se trata del río Toxa, que salvaremos a través del pequeño puente existente.







A pesar del estrecho cauce, por el fluye un caudal importante de agua.







Nada más salir del puente, la pista realiza un giro de 90º a la izquierda e inmediatamente otro idéntico giro, pero ahora a la derecha, retornando a la vía asfaltada que me conduce en dirección noroeste para cruzar perpendicularmente la carretera N-525, a través de un paso subterráneo existente.





Apenas 200 metros después, superaremos la autovía AP-53 a través ahora de un paso elevado, para continuar en dirección noroeste a través de una recta desde la que podemos apreciar a la derecha, las edificaciones de la cercana aldea de Eirexe, en la que destaca desde la distancia la torre de su Iglesia.





400 metros después de sobrepasar el desvío hacia la aldea de Aeirexe, llegamos a un cruce de caminos, donde de acuerdo con las indicaciones debemos tomar a la derecha, bordeando una edificación existente.







Después de 230 metros, llegaremos a una nueva intersección donde volveremos a tomar a la derecha, ahora en dirección norte, de acuerdo con la indicación del mojón.





Después de ascender durante 400 metros por este vial asfaltado manteniendo la dirección norte, desembocamos en el arcén de la carretera N-525.

Ya en el arcén de esta vía, tomaremos a la izquierda para continuar ascendiendo durante 250 metros para entrar en el núcleo urbano de A Bandeira.

Son las 08:30 horas y por fin encuentro una cafetería abierta a la misma entrada de la población de A Bandeira en la acera de la izquierda, se trata de la Pastelería Dulce Deza.







Todo un acierto, ya que pude disfrutar de la sencillez y calidad de los productos, además de la atención que me prestaron. En mi caso había solicitado un café con leche y un bollo de leche, obsequiándome además con un vasito de un preparado, al igual que con un trozo de tarta, ambos especialidad de la casa.





Prosigo mi andadura cruzando la población por su vía principal (coincidente con la N-525), con sus dos centenares aproximadamente de habitantes y toda clase de servicios, incluyendo un albergue de peregrinos de la Xunta de Galicia.

Observo durante el recorrido la existencia de una losa de piedra situada en las inmediaciones de una zona ajardinada, mediante la que se homenajea a una persona por su labor y dedicación a este Camino.





Nada más salir del casco urbano, tomo el desvío señalizado a la derecha hacia A Casela, iniciando así un descenso a través de la carretera PO-6511, de calzada estrecha y buen firme, con frondosos árboles y vegetación que llegan hasta el mismo borde del asfalto.







Después de 900 metros de descenso llegamos hasta un pequeño puente que salva el Regueiro de Cervañiño, abandonando en este punto esta carretera, continuando recto de acuerdo con la señalización en dirección noroeste.







Ahora se asciende durante 400 metros hasta llegar a un cruce de caminos junto a unas edificaciones pertenecientes a la aldea de Vilariño (Lamela), debiendo continuar en dirección noroeste de acuerdo con la señalización.







Ahora nos enfrentamos a través de esta carretera asfaltada en suave ascenso, a una enorme recta de 1,3 Km, manteniendo la dirección noroeste hasta llegar a la parcela de una edificación que dispone de un amplio hórreo, lugar en el que la señalización existente, tanto de flechas amarillas como de mojón con vieira, indica continuar a la izquierda bordeando el contorno del hórreo e incorporándonos ahora a una pista de tierra.







Nos adentramos a través de esta pista en una zona boscosa, nada más pasar el Regueiro de Romanín, que a estas horas de la mañana es un verdadero lujo, disfrutando de la tranquilidad que transmite el entorno repleto de vegetación.







Después de 900 metros disfrutando de este idílico paisaje, llegamos hasta una carretera asfaltada donde giramos 90º a la derecha para continuar en dirección norte, a través de una gran recta en suave ascenso en dirección a la población de Dornelas, encontrando al final de la recta el edificio del Albergue Casa Leiras, después de 650 metros







Otro pequeño tramo de recta ya accediendo entre las primeras edificaciones a la población de Dornelas.

Las raíces de esta población se remontan al año 1115 en que el Coto de Dornelas fue donado por la reina Doña Urraca a la iglesia compostelana.

Destaca monumentalmente su Iglesia de San Martiño, cuyas raíces se remontan a al año 1115, fecha en que el Coto de Dornelas fue donado por la reina Doña Urraca a la iglesia compostelana.

Puede catalogarse en el marco del románico compostelano rural del siglo XII. Si bien la finalización de sus obras pudo tener lugar en el año 1171, según inscripción existente en el lateral sur. Se supone que en la construcción participaron canteros del maestro Mateo, que en aquella época dirigía las obras de la Catedral de Santiago.

El aspecto actual del edificio es prácticamente idéntico al que corresponde a su construcción, ya que apenas ha sufrido modificaciones, excepto la espadaña en que se alojan las campanas y la sacristía en la fachada norte.







Su portada principal, con dobles arquivoltas de medio punto, sostenidas por cuatro columnas con sendos capiteles. Alrededor de la arquivolta exterior aparece una decoración ajedrezada, en tanto que los capiteles tienen motivos vegetales.

En ambos lados de esta portada principal aparecen dos hornacinas ciegas de la misma altura que ella.







Hoy no ha habido suerte y el edificio está cerrado, no pudiendo acceder a su interior para poder contemplar al menos su singular coro y cubierta de madera, de manera que sin más dilación continúo caminando para abandonar esta pequeña población.

Continuamos en dirección noroeste durante 50 metros, al cabo de los cuales llegamos a un cruce de caminos donde tomaremos la vía asfaltada de la izquierda, caminando entre un templete (a la izquierda) y un cruceiro (a la derecha).

Caminaremos por esta estrecha vía asfaltada durante 1,2 Km en dirección sur – suroeste, adentrándonos en una bonita zona repleta de arbolado y vegetación, cuando observo como se aproximan un grupo de “bicigrinos” y dos peregrinos a pie.







Los dos peregrinos a pie se tratan de Marga y Miguel, los hermanos australianos con quienes habíamos coincidido en el Monasterio de Oseira.

Lógicamente los cinco “bicigrinos” me sobrepasan rápida y cómodamente, aunque respetando a aquellos peregrinos que prefieren hacer el Camino en bicicleta u otro medio más rápido, por mí parte continúo siendo partidario de disfrutar del paisaje y del tiempo, sin prisas y agobios, que ya la vida diaria se encarga de tensionarnos lo suficiente.





Después de recorrer los 1,2 Km antes indicados, se llega, en medio de esta inmensa “selva” vegetal que nos rodea, hasta un desvío señalizado a la izquierda en dirección suroeste, mediante mojón con “vieira” y flecha amarilla, cuya indicación lógicamente sigo.





Apenas 120 metros después del último desvío, ahora una nueva desviación a la derecha, en dirección noroeste, también perfectamente señalizada. En este punto coincido con Marga y Miguel que ya me adelantan, ya que su cadencia al caminar es superior a la mía.







En este tramo nuevo tramo, ahora por suerte sin asfalto, discurre con cierto paralelismo a la carretera N-525 (distante al sur solo un centenar de metros) lo que nos permitiría en caso de necesidad acercarnos hasta ella, donde existen algunos establecimientos hosteleros.

En mi caso continúo por el trazado del Camino a través de esta pista sin asfaltar durante 1,0 Km, al cabo del cual una nueva intersección aparece sin que tengamos necesidad de variar nuestra dirección noroeste, lo único que varía es el entorno, comenzando a caminar ahora por una pista de tierra en la que la vegetación se adueña del espacio, describiendo los pinos, eucaliptos y helechos todo tipo de formas con que la naturaleza nos deleita.







La belleza del lugar se acrecienta a medida que nos vamos internando en lo más profundo de esta zona boscosa a través de un perfil en suave descenso. Ahora observo como los hermanos australianos en estos momentos caminan por separado, adelantándose Miguel a su hermana a través de este maravilloso recorrido.







Sin embargo, unas decenas de metros más atrás, se acerca su hermana acompañada de una nueva peregrina que resultó ser de la misma nacionalidad de ellos. A partir de ahora, una buena parte del recorrido caminaremos prácticamente con visión directa entre nosotros, aunque caminando de manera independiente.





Después de 1,3 Km a través de esta delicia de pista y entorno en el que la naturaleza brota en todo su esplendor, llego a la población de A Carballeira cuando van a ser las 11:30 horas.

De regreso al asfalto, camino entre algunas edificaciones diseminadas, cruzando la carretera CP-2017 y manteniendo la dirección noroeste. Después de 1 ,0 Km por vía asfaltada llegamos a otro conjunto urbano, se trata del lugar de A Seixo (perteneciente a la parroquia de Castro).

El cielo se están tornando oscuro, lo que hace presagiar la necesidad de recurrir al equipamiento de lluvia, no obstante, todavía no llueve, así que seguiré disfrutando del encanto del día mientras paso ante la ermita Nuestra Señora de las Angustias, situada junto a esta vía asfaltada.

Se trata de un pequeño edificio en perfecto estado de conservación debido a las recientes reformas realizadas. Su fachada principal con una puerta soportada por un arco de medio punto y sobre él, una pequeña ventana. Corona el edificio una espadaña con dos arcos de medio punto donde se alojan las campanas, rematando con un frontón triangular.





Se continúa en suave descenso por esta vía asfaltada, cuando por momentos hace acto de presencia algo de lluvia, pero todavía no molesta demasiado, así avanzando hasta llegar después de 700 metros a la aldea de Castro.







Desde este punto se puede contemplar una amplia panorámica del valle por el que discurre el río Ulla, con la presencia del viaducto que ha sido necesario construir para el tren de alta velocidad. Aquí comienza un descenso muy pronunciado y peligroso al que ya se me han anticipado los tres peregrinos australianos.







El desnivel del descenso es enorme, si bien una vía asfaltada con el piso seco no ofrece ningún peligro, sin embargo, con el piso algo mojado como ahora, debido a la fina lluvia que por momentos hace acto de presencia, se puede volver muy resbaladizo y peligroso.

Voy descendiendo con muchísimo cuidado, buscando las zonas menos resbaladizas y afianzando los pies a cada paso. Poco después mis temores se confirman ya que al salir de una curva me encuentro con los tres peregrinos australianos que me antecedían, concretamente la afectada es Sharon, la chica que venía caminando con los hermanos Marga y Miguel.

Al parecer acaba de resbalar y ha caído al suelo. Después de comprobar su estado solo apreciamos unos arañazos la pierna derecha, ya que por suerte la mochila que transporta ha amortiguado en parte la caída.







Finalmente, una vez limpia y desinfectada la herida, se pone de pie y decide continuar caminando, ya que afortunadamente al parecer no ha habido ninguna rotura.

Proseguimos el descenso y por mi parte continúo adoptando todo tipo de precauciones, el suelo asfaltado parece que lo han untado con mantequilla, posiblemente debido a la mezcla del agua con los restos de la carburación de los vehículos provoca esta situación tan peligrosa para los caminantes. La carretera continúa zigzagueando a través de este pronunciado descenso.





Después de 1,5 Km de descenso en el que he invertido casi 40 minutos, llego al final del descenso, pudiendo comprobar como el trio australiano prosigue caminando sin causa que lo impida, principalmente a Sharon, lo que me alegra.





Las nubes en el cielo venían anunciando lluvia, aunque hasta el momento ha sido una lluvia fina y contenida, sin embargo, de repente, parecía haberse abierto el cielo y cayó agua en gran cantidad, obligando a colocar el chubasquero de manera precipitada para evitar ponerme empapado.

Ha sido un chaparrón repentino que por fin se calma y me permite proseguir el camino, llegando ya a la parte baja del valle, junto a la ribera del río, pudiendo contemplar el puente que cruza sobre el río Ulla y las edificaciones en la otra vertiente, el núcleo urbano de Ponte Ulla.







Este río Ulla marca el límite geográfico de las provincias de Pontevedra y A Coruña, siendo el segundo río más caudaloso de Galicia que con sus aproximadamente 132 Km recorre parte de la geografía gallega, iniciando su andadura por tierras de Lugo (en los montes de Olveda, en el municipio de Antas de Ulla) hasta desembocar en la ría de Arosa.

Cruzando este denominado Puente Viejo, construido en el siglo XVIII, si bien no fue el primero, ya que los anteriores fueron dañados en sucesivas crecidas del Ulla, se accede a la población de Ponte Ulla.





Según voy cruzando el puente, además de apreciar su caudal por la cara norte también podemos contemplar el puente construido para el tren de Alta Velocidad.







Nada más cruzar a la otra vertiente del río, ya en la población de Ponte Ulla, a la izquierda me sorprende gratamente la edificación de la Iglesia de Santa María Magdalena.





Del románico solo conserva su ábside con algún canecillo original, situándose su construcción o reedificación en el siglo VIII, en cuanto al resto mantiene la sobriedad del barroco gallego. Además de la puerta lateral, dispone de otra en la fachada principal con una pequeña ventana circular sobre ella y una espadaña para soportar dos campanas.





Decido dar un paseo por el núcleo urbano, lo que me permitirá conocer los distintos lugares donde poder comer, antes de acometer el último tramo de la etapa hasta Outeiro.

Además, aprovecho para informar a Montse de la dificultad que tiene el descenso por Castro hasta Ponte Ulla, agravado hoy por la lluvia. Me confirma la posibilidad de comer juntos en Ponte Ulla, así que intentaré reservar para tres personas, puesto que viene en compañía de un peregrino.

Durante mi paseo en dirección a la salida de la población hasta encontrarme con la carretera AC-240, puedo contemplar el Pazo de Vistalegre, hoy reconvertido en establecimiento hostelero después de la amplia restauración a la que se hubo de someter para recuperarlo de su estado ruinoso.







Junto a la calzada de la AC-240, en una zona pública ajardinada, existe un sencillo pero bonito cruceiro, por cuyo margen pasa la ruta de salida del Camino, tema en el que inicialmente no me había fijado.







Por la calzada de la AC-240 continúo caminando hasta llegar, después de pasar bajo la carretera N-525, hasta el supermercado existente, donde además de adquirir algunos productos, tengo conocimiento de que el día de hoy es festivo en tierras gallegas, aunque por ahora está abierto.

Con las perspectivas festivas y las conclusiones obtenidas ante las informaciones solicitadas respecto a posibles establecimientos donde comer, me he decidido por hacerlo junto al río Ulla, en el Restaurante Ríos, así que hacia allá me encamino, cuando son las 13:00 horas, donde además de tomar unas cervezas en la barra del local, confirmo la reserva para comer.







En el picoteo previo, durante la espera de los otros dos peregrinos, me confirman en el restaurante la festividad que se celebra, el Día de las Letras Gallegas, en consecuencia, hoy no disponen de menú diario, pero en nuestro caso harán una excepción y nos proveerán de toda aquello que nos apetezca y dispongan.

Conversé con los propietarios sobre las cuestiones que han surgido con la instalación del Albergue de Peregrinos en Outeiro, en cuya decisión, al parecer, no exenta de presiones e intereses, pues parecía lo más apropiado ubicarlo en Ponte Ulla, donde ya se dispone de una serie de servicios básicos.

Sin embargo, la actual ubicación del albergue en una zona de belleza increíble, pero sin ningún tipo de servicio cercano, en plena naturaleza, tiene una deficiencia importante, al parecer, al menos eso indica las guías de peregrinos, no existe ningún tipo de menaje para la cocina, lo que agrava la situación de aislamiento y carencia de servicios, pues a pesar de disponer de unos electrodomésticos con buenas prestaciones, se carece de cualquier utensilio apropiado para cocinar o elaborar el más mínimo alimento.

Entre cerveza y cerveza, aún estábamos en esta conversación cuando aparece Montse acompañada de Jaime, peregrino valenciano que había pernoctado en el mismo albergue que nosotros en Silleda.

Pasamos al comedor que tiene una ubicación excelente, junto a la ribera del Ulla, además somos los únicos comensales, así que ocupamos un lugar privilegiado.







Me comenta Montse el encuentro fortuito con Jaime a la salida del albergue en Silleda, aunque ella salió más tarde, Jaime lo hizo temprano, yo mismo llegué a coincidir con él momentos antes de iniciar la etapa, pero hubo de regresar al albergue puesto que había olvidado algo de su equipamiento y así coincidieron.

Ya centrados en la comida y en el objetivo común de finalizar la etapa en Outeiro, disfrutamos de un variado menú incluidos unas salchichas con pimientos de Padrón, por mi parte me pudo más el inicial caldo gallego que compartimos y unos posteriores callos, ¡digestivo…!

Finalizada la comida, y agradeciendo a sus propietarios las atenciones recibidas, retornamos al Camino comentando la agradable comida de que habíamos disfrutado, saliendo a la carretera AC-240 y pasando bajo el puente de la N-525 hasta comprobar que el supermercado se encuentra cerrado.

Ahora nos vinieron las dudas, puesto que con la charla y el disfrute de la comida nos hemos olvidado de controlar las flechas amarillas, así que sin pensarlo dos veces, decido regresar al restaurante para confirmar el itinerario, donde soy atendido por la propietaria quien además de informarme del itinerario correcto tuvo la amabilidad de regalarme unos tomates y algo de pan para lo noche al comentar la situación del supermercado.

Retorno nuevamente hasta la AC-240 y enfrente, compruebo que allí están Montse y Jaime que han localizado la flecha amarilla existente junto a la pista empedrada ascendente que parte de esta AC-240, junto al cruceiro y por debajo del Pazo de Vistalegre.

Una vez recuperada la tranquilidad y el aliento, comenzamos el ascenso por esta empinada pista empedrada.





Son 500 metros de prolongado y fuerte ascenso que me obligan a caminar de manera acompasada sin decaer en el ritmo, porque de hacerlo de otra manera, aseguro que después del caldo gallego y los callos, no habría podido ascender.

Finalmente abandonamos esta pista para acceder a la carretera N-525, por cuyo arcén o vías paralelas existentes en el margen izquierdo caminaremos durante 900 metros en dirección oeste.

En este punto, de acuerdo con las señales existentes en mojones y tabletas azules con flechas amarillas, cruzamos la N-525, partiendo del otro margen una nueva pista ascendente.





Solo 70 metros después llegamos al túnel que nos permite salvar la vía de ferrocarril.





Al salir del túnel hay un cambio drástico de dirección, debiendo tomar a la izquierda, recuperando de nuevo la orientación oeste hasta llegar a las edificaciones de la aldea de Eiravedra.







En este tramo debemos estar atentos a la señalización, porque tenemos inicialmente un recorrido de 350 metros manteniendo esta dirección oeste hasta llegar a una calle asfaltada, donde giraremos a la derecha caminando por ella en dirección norte apenas 100 metros, momento en que la abandonaremos ahora por la derecha, en dirección este.

Por esta vía asfaltada recorremos 290 metros, al cabo de los cuales existe un desvío a la izquierda, perfectamente señalizado con mojón, que ahora nos conduce a una amplia pista forestal de tierra, en permanente ascenso.







A través de esta pista forestal que discurre a través de un inmenso pinar en dirección noroeste, inicialmente sin ningún tipo de sombra que proteja del sol, se prolongará en permanente ascenso durante 1,5 Km, distancia en la que intentaremos salvar un desnivel de 60 metros.







Esta nueva subida me obliga a adoptar “mi” método de ascenso, manteniendo una marcha constante con el fin de evitar que me venga una “pájara” que me deje destrozado, aunque Montse y Jaime crean que intento impresionar con mi ritmo, ya les expliqué posteriormente que era mí método y que hasta ahora me resultaba positivo para ascensos prolongados, ya que la edad te reconvierte en un tren de mercancías, sin prisa, pero sin pausa y calladito para no gastar energías.





Después de esta inmensa recta de 1,5 Km, la pista ahora se torna ahora más estrecha y se sumerge en un bosque más denso.





El trazado algo más zigzagueante, aunque manteniendo la dirección noroeste, a través de esta densa masa forestal, pudiendo observar la permanente existencia de señalización que siempre te aporta una cierta sensación de seguridad.







Son apenas 400 metros durante los que ya caminamos por zona llana de meseta hasta desembocar en una carretera vecinal asfaltada, donde tomaremos a la izquierda en dirección oeste, de acuerdo con la señalización.







Apenas 290 metros hasta llegar a un cruce que sale a la derecha, con una pista sin asfaltar, donde se encuentra el edificio de la Capilla de Santiaguiño, estamos en Outeiro.







Por esta pista de tierra, junto a la Capilla, estaremos a 180 metros del albergue. En el margen derecho del camino se encuentra la fuente barroca que se instaló en este punto el año 1724, procedente de su anterior ubicación. Tiene una inscripción en la que se relata el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago. Se consideraba esta fuente como el último lugar en el que el peregrino podía asearse antes de llegar a Santiago.

En el margen izquierdo y frente a la fuente barroca, se encuentra la Capilla de Santiaguiño (perteneciente a la parroquia de Vilanova, Concello de Vedra), construida en 1676, teniendo que contemplarla exteriormente, puesto que se encuentra cerrada.





En la capilla resalta la sencillez de su fachada, con su arco peraltado de medio punto y sus dos campanas, una en el vano y la otra adosada exteriormente. Este pequeño templo, edificado donde según la leyenda se sitúa el acontecimiento en el que los bueyes de la reina Lupa se detuvieron sedientos a calmar su sed, mientras trasladaban los restos de Santiago Apóstol.





Finalmente me encamino ya al cercano albergue distante 180 metros, situado en solitario en un lugar privilegiado. Se trata de una moderna construcción realizada por la Xunta de Galicia.





La panorámica que se contempla desde el exterior del mismo es impresionante.





Con un punto de observación en el interior de la parcela que anima al reposo y la meditación, disfrutando de la tranquilidad y belleza del lugar.







Accedo al albergue cuando son las 17:00 horas. Me atiende y registra el hospitalero Emilio, quien me informa de las instalaciones.

El albergue que dispone de una sencilla pero moderna sala de estar / cocina, en la que oficialmente se carece de menaje, aunque posteriormente podemos comprobar la existencia parcial del mismo, al parecer procedente de una donación desinteresada, pero que oficialmente no existe.







También dispone de una zona de lavado con electrodomésticos (lavadora y secadora) de pago por uso, siempre son de agradecer.







El largo y luminoso pasillo, distribuidor para las dos salas de literas, sala de estar /cocina y zona de lavado, acoge el zapatero de los peregrinos, que como se puede apreciar, ya superamos la decena.





Desde el interior, con las enormes cristaleras de que dispone en el largo pasillo, se pueden seguir observando las magníficas vistas que ofrece su excelente ubicación.





Se me asigna la litera en la Sala 2 y como ya está completa la parte baja de las literas, me veo obligado a ocupar una de las literas superiores, puesto que todavía no han abierto la Sala 1 que dispone de otras ocho literas.

Sitúo mi mochila en la Sala asignada, haciendo acto de presencia Montse y Jaime que acaban de llegar, así que después de informarles de las singularidades del albergue, les presento a Emilio el hospitalero, quien ya los pone al corriente del uso y disponibilidad de las instalaciones, pero al producirse la apertura de la Sala 1, me sugiere la posibilidad de instalarme en esta nueva sala y así disponer de una litera baja, detalle que agradezco.

Ya instalados en la nueva ubicación, procedo a colocar mi equipamiento y preparar la litera con la sábana y funda de almohada de un solo uso, procediendo después a asearme.

Posteriormente doy un paseo por el exterior del albergue, aunque la tarde se está poniendo con aspecto de lluvia próxima, nos obstante todavía me da tiempo para disfrutar de la bonita zona ajardinada de que se dispone por ejemplo en la parte delantera.







También en la parte posterior, dispone de otra zona ajardinada con los tendederos adosados en la pared.







Doy por terminada mi visita a las instalaciones y ya me recluyo en el interior del albergue donde me comenta Emilio el hospitalero que existe la posibilidad de solicitar, quien lo desee, menú para cenar, bocadillos y bebida. Después de comentarlo con Jaime y Montse, únicamente nos animamos Montse y yo, así que uniendo los víveres que transportábamos, todavía llevamos el chorizo que nos regaló Carmiña, además de algunos complementos más, decidimos encargar una ensalada y algo de bebida.

Llegó el atardecer y como era de esperar, la lluvia hizo acto de presencia, teniendo Emilio el hospitalero el gran detalle de recoger la ropa que Montse había puesto en el tendedero exterior, evitando que se mojara, ya que Montse estaba descansando en su litera y no quiso molestarla, por lo que agradecimos el detalle.

Estaba bien entrada la noche y la recepción de la comida encargada se retrasaba, al parecer la gran afluencia de clientes que había tenido el establecimiento que se encarga del suministro con motivo de la fiesta gallega, estaba generando un retraso inhabitual.

No obstante, lo tomamos con humor y paciencia, lo que nos permitió conocer a otros peregrinos con quienes compartíamos la sala de estar / comedor, a la vez que nos brindábamos una prueba de los diferentes alimentos de los que cada uno disponíamos, conociendo allí a una pareja italiana y a la pareja española compuesta por Antonio y Mari Carmen.

Pero todo llega, puesto que los más importante en nuestro caso era disponer de la bebida encargada, pudiendo finalmente completar la cena y la velada, disfrutando de un opíparo “banqueta” con nuestro jamón, queso, chorizo de Carmiña, tomates del restaurante Ríos, así como la ensalada y bebidas encargadas, agotando el aceite de oliva que todavía transportaba, pues sin quererlo nos estamos dando cuenta que nuestro Camino ha iniciado la cuenta atrás y mañana será la última etapa. Nos está invadiendo la "morriña" y "saudade" del Camino.

Después de la cena, una vez recogidos los restos del “banquete” e independizar la materia orgánica como nos sugirió Emilio para un buen aprovechamiento por parte de los animales de que dispone, dejo preparada la litera y al igual que algún otro peregrino, me dedico a repasar mis notas y revisar la etapa de mañana para llegar a Santiago de Compostela hasta casi las 23:00 horas en que definitivamente me retiro a descansar.



Mi sugerencia: Emplazamiento ideal del Albergue de Peregrinos de Outeiro, merece la pena conocerlo.



Albergues de la Etapa y otros alojamientos:





Riocalvo:
-Ecohotel Restaurante Nos
    Localización: Lugar de Riocalvo, s/n
    140 metros al norte del Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 928 561 258 / (+34) 676 330 001



A Bandeira:
-Albergue de Bandeira
    Localización: Rúa Lourás s/n
    170 metros el noreste del Camino y de CN-525, núcleo urbano
    Propiedad y Gestión: Xunta de Galicia
    Inaugurado en Julio de 2013

-Hostal Conde Rey
    Localización: Rúa Xeral, 27
    Juntoa al Camino CN-525, núcleo urbano
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 585 861 / (+34) 606 88 26 44

-Hotel Victorino*
    Localización: Ctra. N-525 Santiago - Ourense
    Juntoa al Camino y CN-525, núcleo urbano
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 986 58 53 30



Dornelas:
-Albergue Cafetería Casa Leirás 1866
    Localización: Barrio Dornelas, 8
    Junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 620 48 36 03 / (+34) 634 613 690
    Inaugurado en Abril de 2015



Ponte Ulla:
-Albergue O Cruceiro da Ulla
    Localización: Vista Alegre s/n
    Junto al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 981 51 20 99
    Inaugurado en Julio de 2014

-Hotel Restaurante Ríos
    Localización: Ponte Ulla, 7
    Juntoa al Camino y puente sobre el río Ulla
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 981 51 23 05

-Pensión Juanito
    Localización: Calle Ponte Ulla, 3
    Juntoa al Camino
    Propiedad y Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 981 512 619



Outeiro:
-Albergue de Peregrinos de Outeiro - Vedra
    Localización: Outeiro, s/n
    Junto al Camino
    Propiedad: Xunta de Galicia; Gestión: Privada
    Tel.: (+34) 630 94 12 88
    Inaugurado en Julio de 2006