Quien quiera edificarse en tierra extraña levántese y sea mi compañero de viaje al Apóstol Santiago. Procúrese dos pares de zapatos, escudilla y cantimplora.
St. Jacobs Pilgerlied

CONSEJOS PRÁCTICOS


Qué llevar: Esta es una de las decisiones que mas nos cuesta al peregrino, queremos ser tan previsores que difícilmente entraremos dentro de los márgenes del peso aconsejado del 10% de nuestro peso. Lógicamente las prendas a llevar variarán en función de la época del año en que pensemos realizar el Camino y que recorrido elijamos. No obstante podemos enumerar algo genérico y las cantidades dependerán de la disponibilidad que tengamos para lavar nuestras prendas bien diariamente o cada determinados días.
Además de las botas y la mochila, a las que hemos dedicado un apartado especial, es aconsejable ser prudentes con todo aquello que pensemos llevar y cuanto de cada cosa, hemos de evitar el “por si acaso…”, ya que nos haría transportar cantidad de cosas que con el paso de los días nos demostrarán su inutilidad. No debemos olvidar que tampoco vamos a atravesar un desierto y que cada poco, salvo alguna excepción, tenemos poblaciones muy próximas entre si. Pensemos que el Camino supone muchos días de andar e ir con el equipaje a nuestras espaldas en volúmenes excesivos puede dañarnos seriamente.
La experiencia nos aconseja un poco de casi todo y en cantidades razonables, lo que vamos a intentar enumerar:

1.Saco de dormir:
Existen sacos que no superan 1 Kilogramo de peso, incluso de 600 o 700 gramos y para unas temperaturas mínimas de 5 grados centígrados, ya que en invierno es prácticamente imposible dormir al “cielo raso” y tampoco es aconsejable. En cuanto al verano se puede presentar la ocasión de dormir en algún jardín de los albergues, dada la gran afluencia de peregrinos que se da en la época estival.

2.La esterilla:
No es imprescindible, solo como precaución por si en alguna ocasión dormimos en el suelo, esta nos aislaría de la humedad. Si realmente no tenemos intención de dormir en exteriores o en zonas aisladas, se puede prescindir.

3.El bordón:
LLamado así al “palo” que se usa como bastón y es el más original y auténtico desde los tiempos primitivos. En cuanto a utilidad, posiblemente sea más adecuado un bastón de trekking, ya que permite aumentar o disminuir su longitud y es más cómodo para su transporte si se decide no usarlo. En épocas lluviosas son aconsejables incluso dos bastones. Recientemente se están comercializando unos bastones que al desmontar su empuñadura, aparece un tornillo del paso apropiado para cámaras fotográficas, por lo que puede usarse como trípode sobre todo para cuando vamos solos utilizando la posibilidad automática de la cámara.

4.Toalla:
Para la ducha y aseo; es especialmente apropiada la toalla de microfibra que pesa poco y seca rápidamente, la base de su fabricación es la poliamida y el poliéster. La podemos encontrar en tiendas especializadas en deportes.

5.Ropa interior:
Tres mudas. Son muy apropiadas las prendas tipo bóxer, normalmente compuestas por poliamida y elastán. Evitan rozaduras y escoceduras.

6.Calcetines:
Tres pares cortos, transpirables, anti rozaduras y con zonas de mayor fijación en el empeine.

7.Camisetas:
Tres unidades, que sean transpirables y mantengan la temperatura del cuerpo; existen algunos modelos de peso reducido que siempre es de agradecer.

8.Pantalón:
Puede ser de dos piezas desmontable, lo que nos permite su uso apropiado en función de las circunstancias e incluso el lavado de la parte inferior de forma independiente en caso piso embarrado, así nos evitaremos llevar varias prendas.

9.Pantalón chubasquero:
En zonas y épocas de lluvias es la prenda mas apropiada y casi de uso permanente, lo que nos permite dilatar el uso del chubasquero o capa.

10.Mallas de fibra:
Son mas que apropiadas para llevar debajo del pantalón, del chubasquero e incluso para dormir.

11.Polar:
Una unidad poco pesada.

12.Chaqueta:
Una ligera y que sea impermeable; también existen impermeables para lluvia suave y la vez transpirables y poco pesadas, sin embargo su coste económico se eleva.

13.Gorra o sombrero:
En ambos casos dichas prendas nos serán de utilidad, personalmente soy mas partidario de la gorra con visera, ya que en caso de lluvia, la citada visera nos servirá de soporte para la capucha del chubasquero. En caso de decidirnos por el sombrero, tengamos en cuenta que lleve sujección para evitar que el viento nos vuele el sombrero.

14.Braga:
Es muy apropiada para las mañanas fresquitas y en ocasiones puede hace la función de gorro. De mucha utilidad.

15.Guantes:
Tipo polar fino e incluso mitones.

16.Chubasquero:
Es muy apropiado el tipo poncho, sin embargo en caso de viento nos protege poco del agua. Existe un impermeable similar a una prenda de vestir tipo gabardina, pero lógicamente de material poco pesado e impermeable, que además dispone de una zona en la espalda con broches que al desabrocharlos nos permite llevar la mochila bajo esta prenda. Cuando no se lleva mochila, la podemos usar como chubasquero normal sin desabrochar los broches (el peso es similar al de la capa).

17.Chanclas:
Para ducha. Sin embargo podemos elegir un tipo de chancla que nos permita utilizarle para ducha y para descansar diariamente del uso de las botas, incluso para pasear en los ratos de descanso de final de etapa, evitando duplicar o triplicar prendas, con el consiguiente incremento de peso. Hay que ser prácticos.

18.Linterna:
Pequeña, de mano o frontal. Son muy apropiadas las de mano tipo dinamo, los que nos ahorrará disgustos por falta de pilas. Algunas linternas tipo dinamo disponen de una conexión para cargar un teléfono móvil, lo que es una tranquilidad para no quedarnos incomunicados en caso de necesidad.

19.Aseo:
Cepillo de dientes, dentífrico (tamaño viaje), gel y champú, peine, cuchillas de afeitar (poco peso) y jabón para lavar la ropa.

20.Botiquín:
Ibuprofeno, aspirina, tiritas, agua esterilizada y aguja con un poco de hilo para tratar las ampollas, betadine en gel, apósitos tipo compeed y esparadrapo. Crema solar de protección apropiada. Muy útil la vaselina estéril para untar los pies antes de ponernos los calcetines al iniciar la jornada, nos evitará rozaduras innecesarias (en grandes superficies la podemos encontrar en tarros a precios asequibles).

21.Cosas varias:
Dos o tres imperdibles y cuatro o seis pinzas de la ropa (útiles para el secado de la ropa), navaja multifunción pequeña, par de tapones para los oídos (hay que ser inmunes a los ronquidos). Gafas de sol. Teléfono con cámara de fotos y su correspondiente cargador, evitando así multiplicar el número de objetos y sus respectivos cargadores con el consiguiente peso.

22.Documentación:
Tarjeta Visa, Dni y/o Pasaporte, tarjeta sanitaria y credencial del peregrino.



Las etapas:
Normalmente todas las guías relativas al Camino, estructuran unas etapas tipo, pero sugeriría que únicamente nos sirvan como referencia y que seamos nosotros mismos y nuestras propias sensaciones las que determinen la duración de las mismas, aunque con el matiz de ir conociendo los probables sitios en los que exista posibilidad de alojamiento con el fin de evitar tener que dormir al cielo raso, principalmente cuando la climatología no acompaña.

Los alojamientos:

Dependiendo del Camino que elijamos, las infraestructuras pueden ser mas o menos numerosas, así por ejemplo el Camino por excelencia con mayor infraestructura es el Camino Francés, pero no olvidemos que también es el mas frecuentado.
Existen los denominados Albergues, que en la inmensa mayoría nos ofrecen un mínimo de prestaciones para poder descansar , asearnos e incluso en algunos casos, con elementos para poder cocinar y hasta lavar nuestras prendas.

Los Albergues, engloban bajo esta denominación tanto los Públicos (que son propiedad y/o gestionados por entidades públicas, parroquias u órdenes religiosas) y Privados, en ambos casos tienes sus propias particularidades y normas.
Por lo general en los Albergues Públicos solo admiten el alojamiento durante una noche salvo en caso de enfermedad o causa de fuerza mayor.
El orden de prioridad para el alojamiento, referido a los Albergues Públicos, se establece de acuerdo a los siguientes condicionantes: Peregrinos con limitaciones físicas, Peregrinos a pie, Peregrinos a caballo, Peregrinos en bicicleta y finalmente, peregrinos que viajen en coches de apoyo, ocupándose la plaza al llegar el Peregrino, no admitiendo en ningún caso la posibilidad de reserva previa.

La mochila:

En esta prenda, al igual que en el calzado, no debemos escatimar en cuanto a sus prestaciones, tengamos en cuenta que será parte de nuestro cuerpo durante un tiempo prolongado, por lo que también se dejará notar en los ascensos y descensos.

Su capacidad debe estar en el entorno de los 50 litros, debiendo disponer del sistema que permita su regulación en altura, con refuerzos lumbares y correas ajustables para el pecho y la cintura. En la parte exterior, en su partes laterales inferiores, tanto izquierda como derecha, es aconsejable disponga de redecillas elásticas que nos permiten durante nuestro trayecto poder extraer botellas de bebida sin necesidad de tener que descargar la mochila.

Para las etapas con lluvia, la mochila, normalmente trae adosada en la base de la misma un pequeño bolsillo en el que se aloja una bolsa impermeable que nos permite cubrir la mochila evitando que se moje. Dicha bolsa habitualmente viene fijada a la mochila, lo que nos impide la perdida de la misma, dadas las continuas ocasiones en que a veces hemos de hacer uso de esta protección, sobre todo cuando visitamos las zonas del Norte. Comprobar la impermeabilidad de estas bolsas con el fin de evitarnos posteriores sorpresas. Es aconsejable no exceder, incluida la propia mochila, en el peso a transportar, en un 10% de nuestro propio peso, por ejemplo, una persona de 80 Kg el peso a transportar no debe superar los 8 kg. Incrementos superiores a estas cantidades pueden ir generando lesiones musculares, recalentamiento de los pies y rozaduras indeseadas con el paso de los días.

Tipo de calzado:

Aunque la decisión en cuanto a bota o zapatilla, pero siempre con características similares a las usadas para trekking o trail runnig, es muy personal, también hemos de tener en cuenta la climatología y el tipo de trazado del Camino elegido. La bota permite una sujeción mayor de la parte del tobillo, evitando posibles torceduras y una mayor fijación del pie jugando con la mayor o menor tensión del cordaje según afrontemos zonas en descenso muy pendientes o ascensos pronunciados. Se debe tener en cuenta cuando se eligen el peso de las mismas y no olvidar que la bota recalienta algo más el pie que una zapatilla.

Otro de los criterios a tener en cuenta es que el calzado sea impermeable y transpirable, tipo Gore-Tex, que permite una mejor traspiración y a su vez evita que el pie se moje.

El calzado que usemos en el Camino debe de tener ya un tiempo de uso, no se nos debe ocurrir iniciarlo con un calzado sin estrenar, ya que no lo tenemos adaptado a nuestros pies y lo mas probable es que nos produzca rozaduras u otro tipo de afecciones que nos impedirán caminar adecuadamente e incluso nos puede hacer retirarnos del Camino.Una vez que nos pongamos en Camino, la climatología puede provocar que tengamos que transitar por zonas con numerosos charcos de agua que en ocasiones es difícil poder salvar, por lo que inevitablemente al final de la etapa nuestro calzado aparecerá húmedo incluso interiormente, en este caso, lo primero que hemos de hacer al llegar al Albergue, es introducir papeles de periódico a presión en el interior del calzado (normalmente en los Albergues disponen de periódicos en cantidad para este objetivo) y lo mantendremos en esta situación durante unas cuatro horas, volviendo a cambiar los papeles antes de acostarnos y así a la mañana siguiente cuando vayamos a iniciar la nueva etapa extraeremos los papeles y veremos el resultado. No es aconsejable acercar el calzado a zonas de calor, ya que puede afectar a la estructura del calzado y perder algunas de sus propiedades. El calzado, una vez extraídos los papeles estará en perfectas condiciones de uso.

La preparación física:

Es básica para poder afrontar con una cierta tranquilidad el Camino mas apropiado en función de nuestra preparación. Es conveniente realizar con antelación suficiente, al menos una vez a la semana durante un mes o dos, pequeñas rutas de 10 a 15 Km con el calzado que vayamos a utilizar para caminar diariamente y una mochila con un peso que iremos incrementando a medida que avanzamos la preparación hasta un máximo aconsejable que no supere el 10 % de nuestro peso. Asimismo también es aconsejable durante este periodo de prácticas el ir endureciendo nuestros pies con baños diarios de agua con sal, que nos irán preparando los pies con una mayor resistencia a los posibles roces que finalmente provocarían las temidas ampollas.

Se puede iniciar la preparación con recorridos cortos, sin mochila y por zonas más bien llanas, sin desniveles pronunciados. En la siguiente fase, ya con los músculos algo mas fortalecidos, comenzaremos a practicar con algo de peso en la mochila y buscando terrenos con algo de desnivel. Finalmente, procederemos a realizar los recorridos mas amplios con el peso aproximado que llevaremos durante el Camino e intentando transitar por rutas con desniveles mas pronunciados.

No debemos olvidar que los lugares por donde hemos de transitar en el Camino son de lo mas variado: asfalto, pistas agrícolas, caminos forestales, gravillas, etc., sin olvidar las posibles variaciones meteorológicas en función de la temporada.